El
dictador organizó en su destierro en Canarias el Alzamiento Nacional
que traería más de cuatro décadas de dictadura en España y varios
siglos de atraso intelectual, político, económico y social con
relación a los países de su entorno. En la isla de Tenerife está
la capital de la provincia llamada Santa Cruz de Tenerife y aquí la
calle principal, una rambla muy soleada, se llama todavía, a treinta
y dos años de la muerte del dictador fascista, del General
Franco. La clase política, en general, en Canarias suele ser
bastante bananera, soberbia y tienen un oscuro pasado caciquil. El
alcalde de esta ciudad, Miguel Zerolo, tiene antepasados de su
familia que estuvieron muy vinculados al Movimiento y a la Falange.
Este personaje gobierna su ayuntamiento con bastante poco respeto a
la democracia. Es de destacar que es el único mandatario de capital
de provincia española que está
doblemente imputado, e investigado por la fiscalía, por unos
presuntos delitos de cohecho y malversación de caudales públicos
y parece que ha encontrado en su cargo una forma de defenderse de sus
imputaciones.
La
Ley de la Memoria Histórica, que no es Ley porque no repara a las
víctimas ordenado sino que se queda en una declaración de
intenciones, dice que obligará a que
sean retirados los símbolos franquistas de una vez de las calles.
En espera de que la justicia quite de en medio a su alcalde, que de
seguir en su cargo acabará ensuciando la institución
irreparablemente, ojalá que esta descafeinada ley sirva para que de
una dichosa vez la calle más importante de esta isla se llame de
otra forma.