En el momento que se publican estas
líneas han pasado 2.622 días desde el 13 de julio de 2007, fecha en
la que fue investido por primera vez Paulino Rivero Baute como
presidente de Canarias habiendo perdido las elecciones y gracias a
los votos del PP. En el año 2011 vuelve a perder las elecciones pero
sigue siendo presidente del gobierno de Canarias ahora gracias a los
votos del PSOE. Esto es, sin duda, un hito de la política mundial
por la que un perdedor nato decide
los destinos de millones de ciudadanos gracias al sistema corrupto y
trilero que hay montando en un archipiélago de origen bananero como
es el canario.
El viernes 12 de septiembre de 2014
empezaba el principio del fin del Paulinato,
la época más gris de Canarias en muchos aspectos en la que un
completo mediocre ha estado gobernando canarias, con dos millones de
habitantes, como si fuera su pueblo natal de El Sauzal que no llega a
los diez mil. La mediocridad de todos estos años se ha notado en que
en Canarias los casos de corrupción galopante ha aumentado llegando
hasta que el mismo presidente intentara enchufar a su sobrina en la
policía municipal de Arona a través del conseguirdor
y condenado por corrupción José Alberto González Reverón, hemos
asistido a un aumento brutal de las cifras del desempleo llegando a
350 mil personas registradas y una tasa del casi el 33 por ciento,
hemos vivido un completo desprestigio de las instituciones canarias
con nulas calidad democrática y participativa, la televisión que
dirige su amigo Willy
García ha llegado a cotas de manipulación insuperables, la sanidad
y la educación han empeorado considerablemente y los amigos más
poderosos de este presidente han aumentado su riqueza a costa de
machacar a las clases medias y crear auténticas bolsas de pobreza en
nuestro archipiélago con centenares de miles de ciudadanos por
debajo del umbral de ésta.
Después del Consejo Político de CC
donde se eligió a un astuto Fernando Clavijo como candidato de su
partido a la presidencia del
gobierno, en realidad a presidente en 2015 gracias a la misma
aritmética que ha mantenido a un perdedor durante 7 años gobernando
en las islas, Rivero se tiene que estar tragando toda la campaña que
a nivel personal se ha hecho gracias al tema, aprovechado de manera
oportuna, de las dichosas
prospecciones petrolíferas frente
a las costas de Fuerteventura y Lanzarote. Como un viñetista de la
revista El Jueves que siempre acababa su tira sobre el expresidente
Aznar diciendo éste que nunca debió haber salido de Valladolid
Paulino Rivero debe estar diciendo, a día de hoy, que nunca debió
haber salido de El Sauzal.
Ahora más que criticar a Rivero por este asunto habría que hacerlo
por los cómplices
que el caduco presidente ha tenido durante meses en este asunto
intentando que el fervor popular contra las prospecciones les
salpique. Partidos políticos como Izquierda Unida, Nueva Canarias o
Sí Se Puede y organizaciones ecologistas como Greenpeace o Ben
Magec, controlada en Gran Canaria por Nueva Canarias y en Tenerife
por Sí Se Puede, han sido incapaces de poner a este oportunista en
su sitio con este tema que cada día insulta más a la inteligencia.
Que Ben Magec esté pidiendo ahora una audiencia con el presidente
Rivero, un presidente que ha hecho todo lo posible para hundir a esta
organización con le puerto de Granadilla o el impuesto Catálogo de
Especies Protegidas en la anterior legislatura, da cuenta del
patetismo en el que los movimientos sociales y políticos
alternativos
se encuentran
en la actualidad
en Canarias. Estamos pendientes de una regeneración social y
política. Tristemente, hace poco tiempo pensaba que estas instancias
estaban contra el régimen que nos asfixia, son ellas las que también
tienen que renovarse y desaparecer.
Entre lo
malo y lo malo para nuestro futuro, Rivero o Clavijo, salió elegido
más
de lo mismo pero a peor.
Fernando Clavijo llegó al ayuntamiento de La Laguna en los noventa
con aquella promoción de Económicas de la Universidad
de La Laguna que se supo colocar de buena manera en el ayuntamiento y
formó parte de la ICAN que acabó traicionando a la izquierda que
representaban y se vendió a los caciques de extrema derecha que
representaban
ATI y los partidos insularistas que crearon Coalición Canaria. Es un
tipo que estuvo años haciendo sus cosas particulares a la sombra
hasta que Ana Oramas la designó a dedo alcalde de La Laguna
siguiendo el modelo de cómo se hacen las sucesiones
hereditarias
en los ayuntamientos y el
Cabildo
de Tenerife: dejando al sucesor gobernando a la mitad de la
legislatura. Hasta
este momento ha sabido nadar
y guardar la ropa pues nunca ha sido
capaz de dar una opinión
clara sobre ningún asunto. Su
estrategia siempre ha sido la de agradar a todos para llegar hasta
donde lo ha llegado.
A partir de ahora tendrá que empezar a mojarse en
cosas
que nos aclararán
muchos rasgos sobre sus auténticas ideas. Es también el tipo que
hace unos años defendió a González Reverón con el tema del
enchufe a Rivero diciendo que él como alcalde a la semana recibía
cientos de llamadas de gente que le pedían ayuda y consejos. Clavijo
es, sin duda, un joven cacique que ha aprendido de sus mayores, que
ahora se están retirando quién sabe si a Suiza, para que su
generación siga medrando de la política y preparar a las venideras
para que hagan lo mismo. De la alegría de ver a Rivero humillado por
la victoria de este joven
intempestivo
pasaremos pronto a la sensación de que, pasara lo que pasara
en la votación del viernes 12, los que de verdad hemos perdido somos
todos los ciudadanos de Canarias.
Al hecho
de que los ciudadanos estemos viviendo la peor etapa de nuestra
historia reciente hay que añadirle el que estamos gobernados por
unos políticos completamente indecentes y que en uno de
los principales partidos de este régimen se ha producido el falso
relevo generacional
para que las cosas sigan como
hasta
ahora. Sin embargo, nunca habíamos estado tan huérfanos hasta el
punto que los partidos que hasta hace poco significaban una opción
para desbancar a la casta
van camino a convertirse en
esta misma.
Esto es una gota más que colma el vaso y que representa que este
sistema, en el que estamos encarcelados, es más duro y más terco de
derrotar de
lo que muchos llegamos a pensar.