Leo
hoy, no sin estupefacción, que el gobierno de Israel ha perdido
perdón a los dos componentes de los
Beatles, nada menos que 43 años después, por haberles prohibido
actuar en aquel país en el año 1965 porque entonces consideraban
que este grupo era pernicioso para la salud moral de la juventud.
Pensando que en los que por aquellos días fueron jóvenes son hoy
adultos y tienen, seguramente, poder de gobierno y mando en hoy en
día en Israel quizá haya que pensar, en virtud a cómo trata el
gobierno israelita a los Palestinos, que con o sin los Beatles algo
se les torció moralmente hablando. Eso sí, aunque sea por marketing
pues lo que quiere hacer es invitar a los que quedan de este grupo
para celebrar el 60 aniversario de la fundación de este estado, hay
que reconocer que Israel reacciona con más premura que la iglesia
católica que tardó casi cuatro siglos en exculpar a Galileo por
decir que, en efecto, la tierra era redonda ya en tiempos del Papa
Wojtyla.
Hoy,
un día más, siguen las pésimas
condiciones de más de un millón de personas en la Franja de
Gaza por culpa de la política xenófoba y fascista del estado de
Israel y el visto bueno, por el silencio cobarde, de la Unión
Europea y Estados Unidos. A estas alturas si por una nimiedad como la
de los Beatles tardan 43 años cuanto no tardarán en pedir perdón
al pueblo de Palestina por la forma asesina en la que lo están
tratando. Quizás para el siglo XXII, suponiendo que con esta
escalada de violencia queden todavía palestinos o israelitas con
vida. Es una pena que un pueblo tan sabio como el judío no haya
aprendido de su pasado muy reciente. Y es que cuando los Beatles no
pudieron tocar allí todavía la memoria el genocidio nazi estaba
caliente.