Que
el titular del periódico El Día del 23 de julio fuera que Arcila
asesoró a Granadilla por 10.200€,
refiriéndose a una factura totalmente legal que este abogado y
concejal de Sí Se Puede le pasó al ayuntamiento de Grandilla en
2008 por
servicios prestados,
me parece completamente indecente no sólo con la que está cayendo
sino con el nivel de corrupción que los trileros nos han sometido
durante décadas y de la que este diario ha guardado silencio por
obediencia debida. Sin duda, por la misma obediencia han publicado
esta noticia
que tiene más de humo que de otra cosa. Como votante de Sí Se Puede, cosa que no
volverá a pasar en la
vida por cierto, me hubiera parecido más coherente
con esta formación que Pedro Fernández Arcila le hubiera pasado la
factura a su partido en vez de hacerlo al contribuyente pero creo que
esto es otra cosa. En su momento celebré que las obras del dichoso
puerto de Granadilla se hubieran detenido y, en cierto sentido,
cualquiera que hubiera sido el precio me parece insignificante por lo
que se logró por
aquellos días. Otra cosa es que esta formación haya dejado
completamente por perdida la batalla contra el destrozo que se está
produciendo en Granadilla y que mire ahora hacia otro lado: el de las
prospecciones petrolíferas que ya sabemos que a día de hoy es algo
que tiene más perspectivas electorales desde que Paulino Rivero se
volvió ecologista.
Cuando
alguna vez he cuestionado el gasto que produjo la concejalía de
medio ambiente en el ayuntamiento de Granadilla cuando, entre 2007 y
2011, el exsocialista Antonio Cabrera fue concejal de esta formación
se me ha respondido, con acritud y no con el debido respeto de un
ciudadano que pide cuentas públicas, que el gasto en personal era
antes 89 mil euros menor al que es ahora con el alcalde Cejas. Lo
he pedido porque se sabe que allí ocurrieron cosas graves: que se
rompió el partido cuando se acabó el poder, que nunca se explicó
donde fue a parar cierto dinero de subvenciones y que José Luis
Fernádez Fuarros se acabó llevando documentación sensible.
La falta de transparencia en las administraciones públicas y en los
partidos políticos siempre está injustificada pero en una formación
supuestamente alternativa que llegó al poder afirmando ser lo
opuesto a lo que hemos conocido es algo completamente indignante. Es
normal lo que le ha pasado a Sí Se Puede con la desconocida factura
de Pedro Fernández Arcila y con lo que le pueda pasar si aparecen
otro tipo de cosas que aún siendo legales puedan sonar extrañas.
Todo esto se hubiera curado con un ejercicio de transparencia
absoluta publicando en una web hasta el último céntimo que se mueve
en el partido, de dónde viene el dinero con el que se financia, el
gasto que se produce en las áreas de gobierno que tiene el partido
en los diversos municipios sobre todo en el periodo de Granadilla y
una declaración de bienes de sus cargos electos cosa a la que, por
cierto, alguno son reacios. La transparencia es un ejercicio
imprescindible en la vida pública y no se entiende que un partido
que ha exigido por activa y por
pasiva
que las administraciones y los partidos lo sean luego tenga tanta
falta de ésta cuando ha tocado poder. A lo mejor es problema mío
por exigir un uso exquisito de mi dinero que pago en impuestos y que
tanto me cuesta ganar.
En
una entrevista mitin en Radio San Borondón, una radio donde por
cierto estuvo Sí Se Puede vetado
una buena temporada, decía Pedro Fernández Arcila que Sí
Se Puede
aspira a ser Podemos
y a ir de la mano en las elecciones de mayo de 2015. Por mucho que intenten buscar paralelismos traídos de cara a sacar titulares de prensa fáciles Arcila e Iglesias no son iguales, no hablo de la coleta, ni sufren el mismo acoso. Como a cualquier
partido, no es que ponga mucho la mano en el fuego por Podemos pero
lo que ha conseguido esta formación no ha sido, precisamente, por
comportarse como Sí Se Puede. Podemos ha sabido llegar a la gente
sin ser sectarios como la formación de Tenerife, usando de manera
democrática las redes sociales y creciendo sin gente que aspire a
empoltronarse en la política. Otra cosa es lo que pueda pasar con
esta formación en el futuro, cosa que no veo muy clara. En Gran
Canaria Podemos obtuvo 48 mil votos con gente que trabajó la campaña
y que huían de la burocracia de partidos como Izquierda Unida. En
Tenerife Podemos es más difusa y la estrategia de Sí Se Puede, como
buenos profesionales de la política que a veces están resultando
ser, es apoderarse en cierta medida de este nombre que, a día de
hoy, funciona bien como una marca y que muchos votos de gente descontenta podría traerles. A mi esto me parece una estrategia tan
legítima como otras para obtener el poder pero yo hubiera seguido
profundizando con la que dejaron atrás después de las elecciones de
mayo de 2011: la de trabajar en lo local sin importar lo que pueda
significar de cara a las urnas.
No
es probable sino que es seguro que Sí Se Puede vuelva a crecer en
las próximas elecciones locales y autonómicas pero el mérito no
será de un partido que, salvo excepciones como la de Buenavista con
un montón de críticas posibles, han pasado por el aro del poder
asumiendo muchos
de
sus malos vicios. Sin duda, el grado de desesperación en el que la
ciudadanía anda metida jugará una baza importante para esta
augurada victoria tanto como el desplome del PSOE y no tanto del PP en la representación local. No sé qué pasará entonces pero está
claro que en la legislatura que casi acaba Sí Se Puede no ha sabido
gestionar el enorme poder local que han tenido por una completa falta
de autocrítica, por sectarismo, por un buenismo al que se creen
inherentes por el simple motivo de que a cada noche le suceden los
días y porque han faltado a la norma democrática más básica: la
transparencia.