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En
los temas de ecología y el medio ambiente el Gobierno de Canarias
tiene dos caras. Por un lado está el Paulino Rivero más combativo
que hemos visto nunca, llegó a decir aquello que hemos dicho muchos
contrarios al modelo que su partido nos ha impuesto de que Canarias
no se vende sino que se defiende,
pero que en realidad usa
el tema de las prospecciones para hacerse
su particular campaña a la presidencia del gobierno y por otro la de
una autonomía bananera que permite y ampara el destrozo ambiental
que se está produciendo en las costas de Granadilla. Todo ello con
el beneplácito de un PSOE completamente corrupto en Canarias que es
socio de este gobierno, por tanto cómplice necesario de todo lo que
ha pasado en Canarias en estas dos
décadas de gobiernos
de CC,
que lo único que le interesa es el cacho de poder que han pillado
desde 2011 para mantener enchufados a sus mediocres políticos de la
más pura casta. Ahora parece que el enemigo público número uno es
José Manuel Soria por el tema de las prospecciones, hace menos de
una legislatura Rivero
y él gobernaban
codo a codo, cuando los verdaderos enemigos de Canarias están
ocupando sillón en el Consejo de Gobierno de Canarias que se celebra
todos lo jueves.
Domingo
Berriel tiene muchos defectos pero, sin duda, posee una gran virtud:
la tenacidad. Desde que fue consejero de medio ambiente en la
legislatura en la que él mismo puso en marcha el Catálogo de
Especies Protegidas más infame y vergonzoso de toda la historia,
redactado en
secreto
por un impresentable como el
biólogo revanchista Antonio
Machado, no ha parado en su empeño de privar de contenidos a la
misma consejería que presidió para dárselos a la que ahora
preside, la de infraestructuras. En este sentido la vida de Berriel
es la de un sueño convertido en realidad y es fácil imaginárselo
de pequeño jugando a hacer castillos en las playas de Fuerteventura
donde ahora han crecido los hoteles ilegales al amparo de las décadas
de corrupción que hemos vivido. Su mayor empeño desde que puso en
marcha el Catálogo de Especies era la de hacer una Ley de
Armonización del Territorio que privará de contenido a las leyes
ambientales del archipiélago a favor de priorizar las
infraestructuras y la especulación sobre
el
territorio. Canarias no necesita más leyes sino que la
administración, que es la principal infractora legal del
archipiélago y el principal delincuente en materia de medio
ambiente, cumpla y haga cumplir a todos por igual las leyes que ella
misma ha aprobado. Con esta ley se demuestra, una vez más, que en
Canarias no hay una visión de futuro hacia el modelo que necesitamos
verdaderamente sino que el interés político está en resucitar el
modelo que nos ha llevado a esta situación, que ha depredado como
nunca nuestro territorio y que ha dejando unas desigualdades sociales
terribles en el archipiélago.
La
actitud del PSOE en todos los temas que afectan al gobierno, en
cuestiones ambientales sobre todo, ha sido la de nadar guardando la
ropa. El PSOE fue la única instancia que podía haber interpuesto un
recurso de inconstitucionalidad a la ley de Catálogo de Especies
pero dejo pasar miserablemente la oportunidad porque al final de la
pasada legislatura ya tenían en mente que podía pasar lo que está
sucediendo ahora: ser socios de gobierno de CC sin voz ni voto en los
grandes asuntos políticos pero sí garantizándose una parcela
ínfima de
poder
y los cargos y enchufes de los que han disfrutado por más de tres
años. A
las airadas críticas que en 2010 tenia contra el Catálogo de
Especies se ha sucedido un silencio miserable, empezando por el de
José Miguel Pérez que es, supuestamente, consejero de medio
ambiente. El
partido está inmerso en un proceso que puede acabar en poco tiempo
con sus 135 años de historia pero los dirigentes canarios parece que
no se han dado cuenta de ello y están a otras cosas. En este sentido
es sorprendente que la casta dirigente no se esté dando cuenta que
el proceso que estamos viviendo no es una crisis cíclica más sino
un completo cambio de rumbo del mundo tal y como lo hemos conocido
hasta ahora.
Ya
está bien de la repugnante manipulación que está haciendo Paulino
Rivero, promotor del destrozo ambiental del puerto de Granadilla y
representante de las décadas de degradación social que Canarias ha
vivido en este principio de siglo, del tema de las prospecciones
utilizando a la ciudadanía, también a partidos políticos
supuestamente alternativos y a organismos ambientales como Ben Magec
que no les importa dejarse manipular, para conseguir que su partido
el 12 de septiembre le apoye en su tercer mandato como presidente del
Gobierno de Canarias. Por mucho que nos empeñemos el tema de las
prospecciones no es, ni a muchos años luz vista, lo peor que esta
sucediendo en Canarias que es una región azotada por una miseria
estructural, por los sueldos más miserables del estado, por
un parto insoportable
y por las 21 familas de caciques que controla una parte importante
del PIB del archipiélago. En mi opinión hay que saber lo que hay en
esa zona frente a las costas de Fuerteventura y Lanzarote y otra cosa
será ya si lo que encuentre se debe extraer o no, cosa que debería
estar en un debate público más que en la mente de un iluminado
indecente como Rivero que está haciendo de este tema, de una manera
completamente miserable, su medio para volver a renovar como
presidente de Canarias.