16 junio 2014

Cinismo petrolero


Antes que nada, y como no puede ser de otra forma, reconocer, valorar y felicitar el éxito de la mayor movilización social que se ha realizado jamás en Canarias y que fue la manifestación en todas las islas del archipiélago el día 7 de junio en contra de las prospecciones petrolíferas que, en aguas internacionales, plantea realizar Repsol en busca de petróleo o gas natural frente a las costas de Fuerteventura y Lanzarote. Una manifestación que si CC trincara algo de las famosas prospecciones y de la posibilidad de sacar crudo de allí como ya expresaron Clavijo y Melchior hace un año, como sí lo hace del puerto de Granadilla por ejemplo, hubiera tenido otro tipo de derroteros ya que el éxito de las movilizaciones estuvo muy ligado a la utilización miserable y partidista que han hecho desde CC, especialmente un cínico como Paulino Rivero. De manifestaciones recuerdo la del 26 de noviembre de 2005 contra el puerto de Granadilla que se hizo al margen del poder, de hecho éste censuró todo lo que tenía que ver con ésta en los medios que tenían a sueldo con nuestros impuestos, la famosa avioneta de Adán Martín y aquella poca habilidad para contar manifestantes que contrastaba con las cifras exactas de una plaga de langosta que azotó las islas por aquello días. Y si bien allí estaban haciendo carrera partidos como IU y un Sí Se Puede que se estaba fraguando, años más tarde el tema del puerto fue una excusa para hacerse una vergozosa propaganda electoral, nunca hubo un poder ciudadano tan fuerte en Canarias como el de aquella malograda Asamblea por Tenerife por la que muchos políticos y empresarios empezaron a sentir miedo. Aunque este sea otro tema si no lo digo reviento: parece que ya a nadie le interesa el destrozo que se está haciendo en Granadilla, ni a esa izquierda alternativa que ahora quieren ser Podemos ni a Ben Magec cada vez más controlada por esta izquierda que desde que ha tocado poder ha perdido su sentido.
A parte de lo que se puede considerar auténtica falta de autocrítica de esta especie de izquierda y las posiciones sectarias de algunos de sus elementos, mi crítica con este texto no es hacia ellos sino a CC, el partido que lleva 20 años gobernando en Canarias y que representa mejor que nada el amplio grado de degradación ambiental y de degeneración moral en el que se encuentra el archipiélago en este siglo XXI. Coalición Canaria se mueve bajo el signo del saqueo: no sólo ha vaciado las islas de la mejor gente que ha habido nunca, hamos acabado en el ostracismo o la emigración, para enchufar a sus tristes segundones sino que le han arrebatado las siete estrellas verdes al nacionalismo canario, las siglas del PNC compradas a precio de un carguito para un escritor mediocre sino que ahora tratan de apropiarse de décadas de luchas ciudadanas contra la misma CC y de las reivindicaciones ciudadanas que siguen vivas en nuestras islas. Canarias no se vende, Canarias se defiende ha sido un grito constante en contra de las políticas de CC en el archipiélago, ayudados por el PSOE y el PP, pero sobre todo en los más de 15 años que ha durado la lucha contra el puerto de Granadilla, una obra que sigue adelante a pesar de que ya a nadie le importe y por un puerto que jamás se llegará a terminar y al que nunca atracará un barco. Este lema se lo apropió el otro día un cínico oportunista como Paulino Rivero, el mayor promotor en la actualidad del crimen que es está cometiendo en aquellas costas, ahora que se ha metido a ecologista de última hora y tras haber salido por patas, con los gastos pagados por el contribuyente claro, a la manifestación contra las prospecciones en La Graciosa. Paulino Rivero puede decir lo que le dé la gana, sobre todo en su casa a la hora de comer, pero su cinismo es un completo insulto y una burla a los centenares de miles de canarios que hemos luchado y nos hemos manifestado en contra de unas políticas económicas suicidas que su partido CC, más emparentado con la delincuencia que con una formación de carácter social, ha venido desarrollando en las islas y que nos han situado en la cabeza en lo peor del estado. Ver a Domingo Berriel, que hizo un catálogo de especies vergonzoso para allanar la construcción del puerto de Granadilla, en Madrid con José Miguel Pérez con una camiseta de ecologista ha sido una de las mayores muestras de desvergüenza que ya ni asombra pues vivimos en un ambiente en el que las indecencias se suceden día tras día para acabar por inmunizarnos a la mayoría de los ciudadanos decentes.
Yo no sé si las prospecciones son necesarias o no, lo que tengo claro es que no las quiero en ninguna parte de este planeta, y seguramente pocas cosas hay más contaminantes que el modelo turístico introducido en Canarias que ha llenado de cemento y contaminación nuestras costas en un archipiélago que tiene como costumbre arrojar al mar las aguas residuales sin depurar. La realidad es que la dependencia del petróleo no nos la quita nadie y que todos cogemos nuestros coches, muchas de las casi doscientas mil personas que se manifestaron el sábado 7 de junio seguro que fueron en el suyo particular, muchas veces sin saber que el líquido con el que se mueve nuestra vida produce corrupción, degradación ambiental en muchos lugares del planeta y la muerte en guerras de muchas personas al año. Parapetados en el coche oficial, el helicóptero y en una vergonzosa televisión pública el gobierno de CC y PSOE está tan alejado de la realidad que han encontrado el filón de esta pelea personal con el ministro de Repsol, José Manuel Soria, para ocultar a la ciudadanía el alto grado de corrupción y miseria social en el que un cuarto de nuestra población se encuentra sumergida y la precariedad brutal a la que nos enfrentamos casi el cien por cien de ésta. Mientras se manipula a la gente con palabras altisonantes como tierra o la belleza de ésta que desencadenan sentimientos irracionales en el ser humano muy difíciles de controlar la ciudadanía no habla de otra cosa que quizás importe más como puede ser la miseria, el hambre, el desempleo, la mala calidad de los servicios públicos o la corrupción generalizada que sostiene a los tres grandes partidos del archipiélago, cuatro si contamos a Nueva Canarias.

Canarias podría haber ofrecido al mundo, desde un instituto con fondos y titularidad pública creado para ello encabezado por nuestras universidades por ejemplo, ser la punta de lanza y el paradigma mundial en investigación y energías alternativas ahora que ya por fin se vislumbra un horizonte venidero sin una gota de petroleo. En lugar de eso se ha producido el fenómeno de la especulación con los paneles solares para cobrar las subvenciones generosas que se daban a principios de siglo o concursos eólicos amañados y anulados por la justicia, el mismo hermano del ministro de Repsol Soria estaba metido en uno de ellos, que han planteado una inseguridad jurídica terrible y que debe haber ahuyentado a los inversores serios hacia, probablemente, otros territorios. Ahora que las energías alternativas están condenadas por las tasas indecentes que ha impuesto el ministro Soria es muy probable que el archipiélago, hoy dependiente energéticamente del exterior donde compramos el combustible que mueve nuestras centrales eléctricas, siga dependiendo de éste donde comprará la tecnología que genere las energías alternativas que algún día no nos queden más remedio que utilizar. Y todo, como siempre, por culpa de unos políticos mediocres sin capacidad de visión de futuro más que la que les produce beneficio a corto plazo y que están condenando a las generaciones futuras a vivir peor de lo que vivimos nosotros.