Antes
que nada, y como no puede ser de otra forma, reconocer, valorar y
felicitar el éxito de la mayor movilización social que se ha
realizado jamás en Canarias y que fue la manifestación en todas las
islas del archipiélago el día 7 de junio en contra de las
prospecciones petrolíferas que, en aguas internacionales, plantea
realizar Repsol en busca de petróleo o gas natural frente a las
costas de Fuerteventura y Lanzarote. Una manifestación que si CC
trincara algo de las famosas prospecciones y de la posibilidad de
sacar crudo de allí como
ya expresaron Clavijo y Melchior hace
un año,
como sí lo hace del puerto de Granadilla por ejemplo, hubiera tenido
otro tipo de derroteros ya que el éxito de las movilizaciones estuvo
muy ligado a la utilización miserable y partidista que han hecho
desde CC, especialmente un cínico como Paulino Rivero. De
manifestaciones recuerdo la del 26 de noviembre de 2005 contra el
puerto de Granadilla que se hizo al margen del poder, de hecho éste
censuró todo lo que tenía que ver con ésta en los medios que
tenían a sueldo con nuestros impuestos, la famosa avioneta de Adán
Martín y aquella poca habilidad para contar manifestantes que
contrastaba con las cifras exactas de una plaga de langosta que azotó
las islas por aquello días. Y si bien allí estaban haciendo carrera
partidos como IU y un Sí Se Puede que se estaba fraguando, años más
tarde el tema
del puerto fue una excusa para hacerse una vergozosa propaganda
electoral,
nunca hubo un poder ciudadano tan fuerte en Canarias como el de
aquella malograda Asamblea por Tenerife por la que muchos políticos
y empresarios empezaron a sentir miedo. Aunque este sea otro tema si
no lo digo reviento: parece que ya a nadie le interesa el destrozo
que se está haciendo en Granadilla, ni a esa izquierda
alternativa
que ahora quieren ser Podemos
ni a Ben Magec cada vez más controlada por esta izquierda
que desde que ha tocado poder ha perdido su sentido.
A
parte de lo que se puede considerar auténtica falta de autocrítica
de esta especie de izquierda y las posiciones sectarias de algunos de
sus elementos, mi crítica con este texto no es hacia ellos sino a
CC, el partido que lleva 20 años gobernando en Canarias y que
representa mejor que nada el amplio grado de degradación ambiental y
de degeneración moral en el que se encuentra el archipiélago en
este siglo XXI. Coalición Canaria se mueve bajo el signo del saqueo:
no sólo ha vaciado las islas de la mejor gente que ha habido nunca,
hamos acabado en el ostracismo o la emigración, para enchufar a sus
tristes segundones sino que le han arrebatado las siete estrellas
verdes al nacionalismo canario, las siglas del PNC
compradas a precio de un carguito para un escritor mediocre sino que
ahora tratan de apropiarse de décadas de luchas ciudadanas contra la
misma CC y de las reivindicaciones ciudadanas que siguen vivas en
nuestras islas. Canarias
no se vende, Canarias se defiende
ha sido un grito constante en contra de las políticas de CC en el
archipiélago, ayudados por el PSOE y el PP, pero sobre todo en los
más de 15 años que ha durado la lucha contra el puerto de
Granadilla, una obra que sigue adelante a pesar de que ya a nadie le
importe y por un puerto que jamás se llegará a terminar y al que
nunca atracará un barco. Este lema se lo apropió el otro día un
cínico oportunista como Paulino Rivero, el mayor promotor en la
actualidad del crimen que es está cometiendo en aquellas costas,
ahora que se ha metido a ecologista de última hora y tras haber
salido por patas, con los gastos pagados por el contribuyente claro,
a la manifestación contra las prospecciones en La Graciosa. Paulino
Rivero puede decir lo que le dé la gana, sobre todo en su casa a la
hora de comer, pero su cinismo es un completo insulto y una burla a
los centenares de miles de canarios que hemos luchado y nos hemos
manifestado en contra de unas políticas económicas suicidas que su
partido CC, más emparentado con la delincuencia que con una
formación de carácter social, ha venido desarrollando en las islas
y que nos han situado en la cabeza en lo peor del estado. Ver a
Domingo Berriel, que hizo un catálogo de especies vergonzoso para
allanar la construcción del puerto de Granadilla, en Madrid con José
Miguel Pérez con una camiseta de ecologista ha sido una de las
mayores muestras de desvergüenza que ya ni asombra pues vivimos en
un ambiente en el que las indecencias se suceden día tras día para
acabar por inmunizarnos a la mayoría de los ciudadanos decentes.
Yo
no sé si las prospecciones son necesarias o no, lo que tengo claro
es que no las quiero en ninguna parte de este planeta, y seguramente
pocas cosas hay más contaminantes que el modelo turístico
introducido en Canarias que ha llenado de cemento y contaminación
nuestras costas en un archipiélago que tiene como costumbre arrojar
al mar las aguas residuales sin depurar. La realidad es que la
dependencia del petróleo no nos la quita nadie y que todos cogemos
nuestros coches, muchas de las casi doscientas mil personas que se
manifestaron el sábado 7 de junio seguro que fueron en el suyo
particular, muchas veces sin saber que el líquido con el que se
mueve nuestra vida produce corrupción, degradación ambiental en
muchos lugares del planeta y la muerte en guerras de muchas personas
al año. Parapetados en el coche oficial, el helicóptero y en una
vergonzosa televisión pública el gobierno de CC y PSOE está tan
alejado de la realidad que han encontrado el filón de esta pelea
personal con el ministro de Repsol, José Manuel Soria, para ocultar
a la ciudadanía el alto grado de corrupción y miseria social en el
que un cuarto de nuestra población se encuentra sumergida y la
precariedad brutal a la que nos enfrentamos casi el cien por cien de
ésta. Mientras se manipula a la gente con palabras altisonantes como
tierra
o la belleza
de
ésta que desencadenan sentimientos irracionales en el ser humano muy
difíciles de controlar la ciudadanía no habla de otra cosa que
quizás importe más como puede ser la miseria, el hambre, el
desempleo, la mala calidad de los servicios públicos o la corrupción
generalizada que sostiene a los tres grandes partidos del
archipiélago, cuatro si contamos a Nueva Canarias.
Canarias
podría haber ofrecido al mundo, desde un instituto con fondos y
titularidad pública creado para ello encabezado por nuestras
universidades por ejemplo, ser la punta de lanza y el paradigma
mundial en investigación y energías alternativas ahora que ya por
fin se vislumbra un horizonte venidero sin una gota de petroleo. En
lugar de eso se ha producido el fenómeno de la especulación con los
paneles solares para cobrar las subvenciones generosas que se daban a
principios de siglo o concursos eólicos amañados y anulados por la
justicia, el mismo hermano del ministro de Repsol Soria estaba metido
en uno de ellos, que han planteado una inseguridad jurídica terrible
y que debe haber ahuyentado a los inversores serios hacia,
probablemente, otros territorios. Ahora que las energías
alternativas están condenadas por las tasas indecentes que ha
impuesto el ministro Soria es muy probable que el archipiélago, hoy
dependiente energéticamente del exterior donde compramos el
combustible que mueve nuestras centrales eléctricas, siga
dependiendo de éste donde comprará la tecnología que genere las
energías alternativas que algún día no nos queden más remedio que
utilizar. Y todo, como siempre, por culpa de unos políticos
mediocres sin capacidad de visión de futuro más que la que les
produce beneficio a corto plazo y que están condenando a las
generaciones futuras a vivir peor de lo que vivimos nosotros.