Las cosas que se ven en La Laguna se
encuentra en otras partes del mundo pero jamás con los mismos
componentes de mediocridad que imprime la clase dirigente del Casco
Antiguo, junto con sus líderes políticos, que muestran un notable
complejo de superioridad
con respecto al resto de canarios. Cuando un lagunero del centro
habla de otros lugares del archipiélago que le han comido terreno a
su ciudad siempre acaba diciendo como consuelo aquello de que La
Laguna es la capital cultural del archipiélago
aunque la realidad sea terca: sus distintos gobiernos, anteriores y
posteriores a la Transición, han conducido a esa ciudad a la miseria
moral en la que se encuentra en la actualidad. Sus dos últimos
alcaldes, la hija de caciques Ana Oramas y su designado a dedo
Fernando Clavijo, han dado la estocada final a una ciudad que se ha
convertido en un parque temático dedicado al patrimonio urbano
falsificado, cosifiados y hasta plastificado.
En este
sentido el heredero del cortijo de ATI, el alcalde Clavijo, ha
resultado ser más eficiente que sus antecesores empezando por el
viejo Sabandeño
que
entró a saco a encarrilar las arcas públicas hacia su partido y
ahora se pasea por el casco pidiendo siempre un
descuentito
a los comerciantes. A poco más de un año de las elecciones, atrás
quedaron las vacas gordas con las que Oramas se hacía campaña
pública invitando
a las señoras a hacer cruceros pagados con nuestros impuestos, el
alcalde ha encontrado la manera de gastar 17 mil euros y hacerse
campaña personal, todo ello también con el dinero del
contribuyente. Mientras el teniente alcalde Javier Abreu, que
gobierna en La Laguna porque se retiró de la lista Gustavo Matos que
encontró un buen echadero en el Gobierno de Canarias porque tras el
estrepitoso fracaso del PSOE en las elecciones de 2011 ni siquiera
salió concejal electo, suele mandar sus cartitas
sobre la
eficiencia del
alumbrado en el municipio y sale a opinar en los medios de cosas que
no tiene ni puta idea, Clavijo se lo ha montado a lo grande pues,
como alcalde que es, cree
que nos debe una explicación.
En la campaña La
Laguna, mejor entre todos
Clavijo ha repartido 50 mil papeletas por todo el municipio con 3
preguntas completamente insustanciales que más parecen un trabajo de
primaria para escapar de la primera evaluación que un trabajo serio
para cuantificar las necesidades del municipio, cosa que por otra
parte debería estar haciéndose hace años, de manera seria y
responsable. Detrás, sin duda, de esta campaña de propaganda debe
estar la concejala condenada por conducción temeraria yendo borracha
en dirección contraria, Blanca Pérez, que sabe mejor que nadie cómo
hacer populismo en los barrios y repartir favores a sus amigos y
demás proveedores. A CC jamás le ha importado lo más mínimo lo
que la gente pueda aportar más que su voto cada cuatro años por lo
que este tipo de campañas, o el falso referéndum de las
prospecciones de Rivero, vienen a profundizar aún más la falta de
democracia en nuestra sociedad que tira millones de euros en un
puerto inservible como el de Granadilla.
A poco
más de un año de las elecciones a Clavijo le conviene quitarse la
rémora del PSOE de La Laguna, sin duda la federación de este
partido en Canarias donde los perdedores que se han cargado el
partido están más bien colocados que nadie, y gobernar sin Abreu lo
que queda de legislatura para poder hacer la campaña oficial más o
menos al estilo de CC: alimentando estómagos en los barrios y
seduciendo a las asociaciones de vecinos secularmente controladas por
ATI. Estos días ha intentado ponerle un sueldo a la tránsfuga
Candelaria Marrero que salió electa en aquel clúster de fracasados
llamado XTF y que se aferra a su cargo de concejala a pesar que nadie
ni en su partido ni en Equo
donde tiene pendiente un expediente de expulsión la
quieren ver por indecente y
caradura. El resultado sería un golpe maestro de Clavijo: con el
voto de esta tránsfuga tendría mayoría absoluta en el ayuntamiento
y podría gobernar cómodamente los meses que quedan hasta las
elecciones de 2015 porque ya sabemos que en esto es en lo que se
piensa ahora en la política en Canarias. En 2011 no me cansé de
echar pestes de este partido de expulsados del PSOE como es XTF y el
vergonzoso caso de la tránsfuga Candelaria Marrero es un caso más
de la baja catadura moral que existe en Canarias en todos los
partidos políticos que aspiran a tener representación oficial en
las islas aprovechándose de la mala memoria que la ciudadanía tiene
de lo que políticamente pasa en el archipiélago. La nausea total
llegará cuando esta tránsfuga, comercial de la voluntad ciudadana,
acabe consumando la venta de su voto a CC y acabe diciendo aquello de
que lo hizo porque era
lo mejor para los ciudadanos
cuando ya sabemos que la política de los partidos reniega siempre de
los ciudadanos. De
momento, cuando le gente se muere tirada en las calles de La Laguna
esta señora ha tenido la ocurrencia de llevar a pleno una
propuesta para llevar a los más necesitados cursos de cocina
(sic).
En el
fondo Clavijo no es más que un buen discípulo de las prácticas que
CC han llevado a cabo en las islas durante décadas y lo primero que
hizo al comenzar su mandato fue ponerle un sueldo a la oposición
como bien supo
hacer Ana Oramas. A 15 meses de las elecciones en Sí Se Puede y lo
que queda de XTF, el pendonero
Juan Miguel Mena
y el ambicioso
Ignacio Viciana,
empiezan a desperezarse para empezar a hacer campaña después de no
haber hecho absolutamente nada en el municipio durante estos 33 meses
más que guardar su ropa a pesar de habernos vendido que iban a ser
aire fresco en las instituciones y han acabado siendo más de lo
mismo aunque algunos gilipollas, como yo, llegamos a votar por alguno
de ellos pensando en que algo iba a cambiar. Llegarán las próximas
elecciones, seguramente esta gente irá junta y es muy probable que
gracias al hartazgo que hay entre la ciudadanía acabarán teniendo
buenos resultados en
las urnas y
su nivel de poder será mayor para, tras otros cuatro años, seguir
como hasta ahora: engañando a la gente. Sin duda el que ganará en
todo esto será un tipo astuto como Fernando Clavijo que, mejor que
nadie, sabrá sacar provecho particular a las ambiciones miserables
de tránsfugas como Candelaria Marrero, o de esos cientos de
segundones esperando turno como espermatozoides para dar el gran
salto a la casta política profesional, aprovechándose de la eterna
desmemoria de los ciudadanos.