Desde
1993 hasta el pacto
de perdedores de 2011
entre
CC y PSOE los
altos cargos de
este último partido no ocupaban cargos relevantes en las
instituciones del Gobierno de Canarias y eso a muchos les debía
tener de
los nervios. Por eso echaron al plasta de Juan Fernando López
Aguilar de las islas, no creo que aquel
eche de menos nada porque los eurodiputados viven mejor que dios, y
después de las elecciones de mayo de 2011 no dudaron un instante en
venderse al mejor postor, olvidarse de las reivindicaciones de
reformar el sistema electoral caciquil canario y entrar
a
ser cómplices sin complejos de los
20
años de gobiernos de CC que
han dejado Canarias en la ruina social, económica y ambiental.
Enseguida
buscaron poltronas de todo tipo para personajes mediocres, segundones
e ineptos como Jerónimo Saavedra, Juan Carlos Alemán, Javier Abreu,
Guasimara Medina, Gustavo
Matos, Aurelio
Abreu, José Antonio
Valvuena o Alejandro
Martín, director del Servicio Canario de Empleo, del que quiero
hablar ahora y que reconozco que hasta este momento no lo
había
tenido mucha en
cuenta.
Tal
y cómo están las cifras de paro en Canarias la cartera de la
consejería de Empleo no debe ser el nada agradable, de
ello dejó constancia
Margarita Ramos que supo marcharse con coherencia a tiempo viendo que
CC y PSOE estaban haciéndose publicidad con su nombramiento por
ser ella
persona seria y consecuente,
aunque parezca que para Francisca Luengo cualquier dato de desempleo
es magnífico viendo la especie de celebración perpetua en la que
vive esta
buena señora.
Tanto que hasta se busca colaboradores de su misma talla
viendo las declaraciones que este 27 de enero hacía su subordinado
director del SCE, Alejandro Martín, en la Cadena SER en Canarias.
Para él Canarias se puede permitir el lujo de tener tasas de paro
mayores que otras regiones porque
“en las islas tenemos otras ventajas, un clima maravilloso; las
condiciones de vida no se miden solamente por el dinero que uno gana
o la tasa de paro, aquí se puede mantener una tasa de desempleo
mayor que en lugares más inhóspitos.”
En
efecto, este
era el
director del Servicio Canario de Empleo que tiene que buscarle
trabajo a 371 mil parados y no al hombre
del tiempo
o un mago
del campo
que predice si va a llover por la forma de las brumas en
el horizonte.
Alguien
le debería de decir al señor Martín que una factura, una hipoteca
o
una compra del supermercado hay que pagarla igual si se vive bajo al
sol, la sombra, la lluvia, la nieve o en el paraíso que dicen que es
Canarias para unos pocos pues las islas son las que tienen las cifras
más grandes en desigualdades, las menores prestaciones sociales,
donde
los
dependientes se mueren esperando que se les reconozca su situación y
unos niveles de pobreza y analfabetismo que nos equiparan a las
regiones más desfavorecidas del mundo. Si tanto le gusta a este
impresentable el clima de Canarias desde aquí lo conmino
a que deje su puesto de trabajo que seguro que hay miles de personas
en las islas que lo harían mejor que él y que dimita, ya que nadie
tiene la decencia de cesarlo, para que se vaya a vivir en la costa de
la playa y esté todo el día bajo
el
sol que
tanto parece gustarle.
Es
increíble que la opinión publicada de Canarias no estén
dilapidando a este señor que desde aquí no se merece más que
nuestro desprecio y el de los 371 mil
canarios
que no tienen
empleo ni visos de tenerlo pronto.
Lo
que hace que las islas el desempleo se lleve mejor que en otras
partes no es el clima, éste sin duda es un factor positivo para
muchas cosas que se minimiza cuando las autoridades canarias piden
las eternas subvenciones a las instituciones europeas, sino
un factor tan terrible como es la economía sumergida y, como no, la
solidaridad familiar ya
que
muchas pensiones se estiran más de la cuenta. En concreto las islas
tienen una tasa de economía sumergida de un 27,90 por ciento del
PIB, es la cuarta más grande del estado después de Extremadura,
Andalucía y Castilla la Mancha, lo que significa que un euro y pico
de cada cuatro de los que circulan en el archipiélago es dinero
negro como el que cobraba Rajoy de la Caja B del PP. Es probable que
mucho de ese dinero opaco a Hacienda esté en las grandes fortunas y
en los billetes desaparecidos de circulación, los de 500 euros, pero
la mayoría de la procedencia de éste
viene de familias y personas que trapichean con lo que pueden o que
trabajan sin contrato, les pagan las hora extra en negro o tienen que
ver con la prostitución, la droga o el crimen a pequeña escala. Es
esta economía sumergida la que hace que haya una cierta cohesión
social, que
no
se
haya roto
la sociedad y no el mero hecho de que en Canarias haga,
habitualmente, sol
y buen tiempo. Esto
lo debería saber perfectamente Alejandro Martín que por lo que se
ha visto de él es otro inepto más que debe creer que los problemas,
el que tiene el SCE es muy gordo, desaparecen con ignorarlos y no por
trabajar para solucionarlos.