Foto de Jesús Martín Guerra |
Tuvo que ocurrir lo que toda la gente de
bien ha deseado durante casi medio siglo: que ETA esté dando sus
últimos coletazos y que el final de su túnel sea su disolución
como banda armada para enterarnos que a la ultraderecha que controla
el PP, farsantes de la talla de Gallardón, esclavos del Opus
Dei como Fernández Díaz, el
poder judicial que paga cuotas a este partido como
Pérez de los Cobos o sus diarios
de la opinión publicada ABC y La
Razón, sea la más perjudicada
con la desaparición de ETA y no la mismísima
banda armada. Por eso todo es
ETA,
porque sin ETA la estrategia del PP tras el atentado terrorista de Al
Qaeda del 11 de marzo de 2004 en Madrid se
queda sin
sentido alguno. Mientras esta gente está hablando en sus medios de
lo malos que son los
terroristas,
como si el falangismo del que nace este partido y
herencia
directa de este gobierno no tuviera todavía en las cunetas de España
a más de 200 mil víctimas de la
represión franquista
sin identificar tres cuartos de siglo después, una importante parte
alienada de la ciudadanía se olvida de la corrupción estructural,
de los recortes, de los sobres en negro de Mariano Rajoy, de la
infanta imputada y de la enorme pérdida de derechos y libertades que
en dos años se ha realizado
y que se conoce como el
programa oculto que ha retrotraído
medio siglo en pocos meses.
Yo no sé
si alguna vez en algún proceso histórico mundial la consecución de
creación de un estado nación la lucha armada ha pudiera
estar justificada
pero, en esto estoy seguro, en Euskadi la vía armada estaba agotada
hacía muchísimo tiempo. Tanto que al final esta organización era
algo tan
cutre
hasta el punto de que sus cachorros se organizaban utilizando una
herramienta informática tan permeable como era el Microsoft
Live Messenger.
Yo espero que los pasos que está dando ETA, sus presos dispersos en
todo el territorio y el brazo político de esta organización no
tengan vuelta atrás aunque se dude de la sinceridad de este
repliegue ya que la conversión
de este entorno separatista es algo completamente instrumental y
pragmático. En Catalunya se ha conseguido más por la vía política,
a
pesar de la derecha derecha
corrupta de
CiU, que en 50 años de muertos entre el separatismo de Euskadi y el
estado español. Salvo honrosas excepciones como los jueces José
Castro y Elpidio José Silva vemos que el poder judicial es una parte
fundamental del problema, es un poder que todavía controla el
franquismo de manera directa, hasta el punto que determinadas
fiscalías, caso Blesa o el de la hija del Borbón, actúan más como
instancias particulares de defensa de
los criminales
que como garante de la sociedad obligada
a defender
los intereses generales. Prohibir la primera convocatoria de la
manifestación de Bilbao del 11 de enero, con el argumento que se
podrían producir
delitos
como si la justicia tuviera una bola de cristal para ver el futuro,
es un hecho que causa bastante repugnancia y que insulta la
inteligencia del más común de los ciudadanos. El
hecho que no se plantee una negociación por parte del gobierno y del
PP es constantación pura y directa que este partido necesita de la
existencia de ETA y que no les interesa que la organización
desaparezca.
La libertad de expresión es un Derecho Fundamental que no se debe de
negar en ningún caso y con ello se ha venido a demostrar que en el
País Vasco hay una sociedad política muy madura que está formada
por la derecha del PNV y una izquierda como la de Sortu y
que con la manifestación del sábado nos
han
dado una lección de democracia porque han sido capaces de saltar del
plano teórico de esta palabra, cosa que aquí nadie practica, a
mover una auténtica marea humana por las calles de Bilbao. De
vergüenza cabe calificar la postura timorata y repugnante del PP y
el PSOE en estos
momentos para demostrar que, en el fondo, son la misma cosa.
La
derecha española, me refiero a la
oficial
que se reconoce como tal y no a la miserable socialdemocracia del
PSOE que hace una política ultraliberal en lo económico siempre que
gobierna, es una derecha rancia, decimonónica, que cultiva la
hipocresía y la doble moral como nadie, rencorosa, inculta que
odia el conocimiento porque es
analfabeta funcional, sin ambiciones más allá de las particulares,
meapilas de iglesias podridas y que disfruta mejor que nadie
imponiendo su visión completamente sesgada y cavernaria de la
realidad a una sociedad que es incapaz de organizarse políticamente
sin estas instancias políticas que ha traído otros 40 años de
corrupción generalizada desde que en 1975 muriera el dictador
Franco.
España es un país donde la ultraderecha ha sabido mejor que en
ningún sitio darse un barniz de progresismo, la que todavía aboga
por el falangismo directo como la de Ynestrillas vota al partido de
una
resentida Rosa Díez UPyD, y ha conseguido gobernar, imponiendo
muchas veces su visión económica y su ideología ultraconservadora,
durante 10 años primero con el genocida de Aznar y ahora con el
ladrón de Rajoy. Es parte de la misma derecha económica que ha
controlado los medios de producción en España, un país que ha
vivido y vivirá de ruina económica en ruina económica hasta el
hundimiento final, durante más de un siglo donde villanos como
Rodrigo Rato son capaces de burlarse permanentemente de la
ciudadanía.
La nueva
nueva ley de seguridad ciudadana que el PP pretende llevar adelante
se ampara en la Doctrina
del Shock,
un bombardeo constante del desastre sobre una población manipulada a
través de unos medios de comunicación completamente sesgados que
acaba debilitando la
capacidad de acción pues nos somete la los dictados del miedo, para
así después de haber desmantelado todo el sistema social de
bienestar controlar a la población hasta en sus expresiones más
íntimas de libertad. La ley del aborto del ruin Gallardón pretende
arrebatar el control de la mujer sobre su propio cuerpo para dárselo
a unos individuos que visten de negro y que han renunciado a su
sexualidad, supuestamente aunque luego sean
el mayor reducto de pederastia del mundo, que se creen capaces de
decidir lo que es bueno para todos aunque sea la iglesia católica la
que haya demostrado que en España es, históricamente, la instancia
más contraria a la vida y la libertad que se haya visto nunca. Sin
duda la actual ley de partidos, hecha por el PP con el consenso del
PSOE como todo lo malo de nuestra sociedad, tiene una verdadera manga
ancha porque cada día se tiene una manga ancha porque si no el PP
estaría ilegalizado por amparar el terrorismo internacional que ha
asesinado a medio millón de iraquies y que se ha estado financiando
ilegalmente como una banda criminal y mafiosa a través de la red de
la Gürtel.