23 diciembre 2013

A los votantes del Partido Popular



Sin duda hacer un grupo homogéneo entre los 10.830.693 votantes que el 20 de noviembre de 2011, aniversario de la muerte del dictador fascista Francisco Franco, le dieron la mayoría absoluta al Partido Popular con la que se ha hecho el mayor destrozo social y económico de la historia reciente de España es algo imposible. Si bien es cierto que el PP representa la derecha más rancia que existe en Europa, el hecho de que la ultraderecha en solitario no triunfe en España es que ésta está hábilmente infiltrada y dirige este partido, que tiene un electorado completamente fiel que es capaz de aceptar la porquería que representa el PP, una organización de delincuentes en B como Rajoy escenifica mejor que nadie y que tiene un carácter mafioso desde el primer minuto de su fundación por el falangista Fraga, el triunfo en las últimas elecciones no se debe a este electorado sino a una masa social desesperada y engañada que les dio el voto en masa esperando que las cosas fueran a mejorar cuando, indudablemente, ha sido todo lo contrario. Por este motivo evito la tentación de criticar a este electorado en bloque ya que entendiendo las posibles idiosincrasias pero no puedo evitar sentir repugnancia de lo que la ignorancia que nos envuelve nos han acabado conduciendo. Tampoco quiero defender aquí a un partido como el PSOE, la otra cara de la moneda del bipartidismo y de la corrupción en este triste país, que sin duda si siguiera en el poder estaría haciendo la misma política que los Populares aunque, seguramente, con otra cara pero con la misma voluntad ultraliberal de un partido que así se define por sus actos. El sistema de partidos está completamente corrompido y es generador de castas que se eternizan en el poder y luego saltan a empresas que beneficiaron mientras gobernaban generando rentas privadas como bien demuestra un sinvergüenza como José Antonio Moral que fue consejero de Caja Madrid por IU y que era de los más beneficiados en prebendas y uso de dinero negro según los Correos de Miguel Blesa publicados por eldiario.es Que se sepa nadie en este partido hizo nada cuando este impresentable actuaba en nombre de IU pero ahora todos se desentienden de él.
El electorado que dio el triunfo absoluto al PP es muy heterogéneo y está compuestos por estudiantes, amas de casa, jubilados o trabajadores corrientes que durante el periodo de Zapatero fueron completamente engañados porque entre nuestra ciudadanía sabemos que la inteligencia política es bastante pobre. En este sentido resulta triste ver como muchos trabajadores de origen humilde desclasados pero ascendidos socialmente de manera temporal, sólo lo que duró la burbuja en la que los bancos nos perseguían para un crédito barato, se creyeron en algún momento que eran iguales a delincuentes como María Dolores de Cospedal sin darse cuenta que la gente de este tipo sienten repugnancia por lo que les suene a clase trabajadora, nunca han trabajado en el sentido estricto de la palabra sino que su misión en la vida ha sido la de figurar, y olvidaron sus orígenes porque el objetivo era aparentar ser como ellos a toda costa. Sin duda los partidos considerados de izquierda, y no estoy diciendo que esa repugnante socialdemocracia que pacta y adopta medidas ultraliberales sin pudor cuando están en el gobierno lo sean, los sindicatos, tanto los verticales como UGT Y CC OO como los que se consideran de clase, y muchas organizaciones sociales se olvidaron de trabajar en la educación social y política de los ciudadanos desde los años inmediatamente posteriores a la llamada Transición a la Democracia como también en tiempos más recientes. Con una sociedad así, narcotizada los fines de semana, obsesionada con el circo del fútbol, hipotecándose durante décadas por el adosado y el todoterreno, consumiendo su vida en temas triviales que salen por la televisión y siempre pendiente a aparentar poco se puede hacer para llevar a cabo el necesario cambio social.
No voy a negar la crisis en la que estamos metidos y que tiene elementos que vienen de la situación internacional pero también de circunstancias internas como la flamante corrupción, el coto privado en el que se había convertido Caja Madrid para el PP es el mayor detonante de la lamentable situación en la que nos encontramos, que desde el franquismo siguió en un continuo durante la etapa actual de democracia ceremonial sin pudor alguno. El caso de miserables ladrones como Rajoy que han cobrado millones de euros en negro de su partido es paradigmático pues lo que hace el líder lo tratamos de hacer muchos ya que el sentido de que lo público, por tanto lo que pertenece a la sociedad, se siente como algo susceptible a ser apropiado de manera indebida y es la norma no escrita que rige nuestra sociedad pues este sentido picaresco está completamente arraigado en nuestra cultura. En España no existe la mafia como tal pues como hemos visto el crimen organizado está en el seno del PP y se constata a medida que se ha ido viendo que la Trama Gürtel era un sistema consentido y amparado desde este mismo partido empezando por José María Aznar. El PP en lugar de luchar contra la corrupción y disponer de un control serio de las cuentas publicas ha aprovechado la crisis para poner en marcha su programa de ideología ultraliberal y de su moral de esclavos. Por ello ha regulado el mercado de trabajo a niveles decimonónicos, ha convertido a la Agencia Tributaria en un chiringuito donde las empresas pagan o no si son cercanas a Montoro, ha introducido el nacional catolicismo en la enseñanza, ha puesto en marcha el trasvase de miles de millones de euros del sector público sanitario hacia las empresas privadas donde enchufan a antiguos altos cargos, han abandonado el sector energético en manos de tiburnoes y ha entregado el útero de las mujeres, con la ley contra el derecho al aborto de un falangista como Ruiz Gallardón, a la moral privada y minoritaria de la secta católica y apostólica que tanto daño han hecho a la vida y a la sociedad durante siglos en este país que, a día de hoy, es algo repugnante y asqueroso. Todo ello gracias al inestimable voto de 10.830.693 ciudadanos que, desde el punto de vista político pero sin duda desde otros más, son unos inconscientes.

Mi desconfianza hacia los partidos políticos es manifiesta y cada día estoy más seguro que si bien muchas fuerzas que se consideran progresistas surgen y abordan la política profesional con buena voluntad, esto no hay que dudarlo de nadie en un principio, su ejercicio se acaba torciendo hacia voluntades más sectarias y egoístas. Lo que sucede en la isla de Tenerife con la llamada izquierda alternativa que ha venido a robar las ilusiones de muchos para ser más de lo mismo es paradigma de lo que digo. La solución no está en los partidos políticos ni mucho menos en la alternancia de esta casta que de una u otra manera nos gobiernan pues con estos individuos no podemos trabajar los ciudadanos honradamente ya que todos los que actualmente ocupan cargos de representación son o han sido parte fundamental del problema. La solución podría estar a largo plazo con la educación de la sociedad para la participación plena y directa de manera democrática de los asuntos que nos atañen como sociedad pero esto no se vislumbra en un horizonte cercano pues por lo que parece nos tendremos que contentar con participar en la farsa de las elecciones para votar por personajes que, al cabo de un tiempo, acabarán en el consejo de alguna eléctrica o multinacional cobrando por los favores prestados.