Tuvo que ocurrir la peor de
las circunstancias posibles, que la Radiotelevisión Valenciana
echara el cierre por el ordeno y mando del presidente Fabra y sin
buscar la más mínima responsabilidad política, para que los
periodistas que quedaron del ERE de agosto de 2012, lameculos,
pelotas y chivatas principalmente, se pusieran a hacer el trabajo
para el que los contrataron: informar sin sesgo y sin hacer
propaganda política al Partido Popular. Qué quieren que les diga,
yo a estas alturas de la película no voy a decir que este tipo de
cosas no las he denunciado nunca, este blog se llama Me tiene
frito por eso y está activo en esta línea desde 2006, a mi me
da más pena la gente que se queda en la calle de Fagor, ya sea
porque el sistema de cooperativismo siempre me ha parecido un ejemplo
a imitar a pesar de estas cosas, que esta gente de estómago
agradecido que en un día han hecho más periodismo, por
resentimiento, que en casi los 25 años de historia de todo el canal.
De todas formas espero que sigan largando todo lo que saben, y han
ocultado, porque a pesar de lo terrible de la situación que estamos
viviendo muchos les estaremos agradecidos de saber cómo nos robaron
con el Papa Ratzinger y con la Trama Gürtel.
En mi opinión no sólo la
Radiotelevisión Valenciana no debería de cerrar sino que todas las
televisiones públicas que hay en España se deberían de potenciar
pero, como no puede ser de otra manera, orientando la acción de
estos entes públicos hacia una labor más social con los imperativos
de pulcritud, transparencia y austeridad económica antes que la de
hacer propaganda a los grandes partidos como son el PP y el PSOE.
Este anuncio de cierre, veremos a ver si se consuma, por fin
significa la visualización absoluta, puede que también el final,
del modelo falangista, de propaganda y extensión del NODO franquista
que las televisiones del PP han llevado a cabo hasta la nausea en
comunidades como Valencia, Madrid o Galicia. Si hay una persona que
desprecio profundamente es sin duda al señor y expresidente José
Luis Rodriguez Zapatero, en alguna ocasión lo
llamé directamente payaso, pero de entre las millones de cosas
terribles y ridículas que hizo este impresentable hay que reconocer
que el esfuerzo que se realizó en su mandato para sacar en valor a
la Corporación RTVE, por primera vez en sus 50 años de historia de
manipulación, y hacer de los medios públicos algo decente fue una
labor más que encomiable y que llegó a funcionar desde la mitad de
su segundo mandato hasta que llegaron los indeseables del PP al poder
el 20 de noviembre de 2011. Otro modelo de televisión es posible,
también deseable, pero no es algo imposible porque hemos sido
completamente engañados y entrampados por la casta de miserables
profesionales de la política que nos ha gobernado desde la muerte
del dictador y la entronización del su sucesor el Borbón fancés.
Vivo en una tierra donde
Coalición Canaria, ahora con la miseable complicidad del PSC PSOE
amparando los 20 años de corrupción, creó una televisión
autonómica completamente sobredimensionada para hacerse propaganda a
costa de envilecer a la ciudadanía y ser el espejo donde un
impresentable como Paulino Rivero sale de romerías, viajes en
helicópteros y ha apostado por crear cientos de miles de
puestos de trabajo cuando el desempleo ha llegado a cotas
insoportables. La televisión autonómica de Canarias, que dirigen un
iletrado como Guillermo Willy García puesto a dedo por el
inepto del presidente escaqueando millones de euros de los
contribuyentes, tuvo la posibilidad de crearse con unos criterios de
servicio público y de ser un bien a la sociedad por un derrochador
como Adán Martín pero se acabó convirtiendo en la misma porquería
que el resto de las televisiones estatales de este mismo ámbito. Es
un monstruo que en Canarias devora centenares de millones de euros
todos los años y que lejos de servir a su propósito primordial,
acercar a los canarios, nos ha acabado distanciando a años luz.
Yo no veo nunca la
televisión, sin embargo me gustaría tener una excusa para hacerlo.
Me gustaría contar en mi comunidad, y que todos los ciudadanos del
estado también lo pudieran hacer, con una televisión seria, que sea
de servicio público, que no aliene a la sociedad con telebasura,
asesinatos, amarillismo, crónica rosa, telenovelas y concursos
insulsos a los contribuyentes, que ayudan a financiarla, y que
deberían de tener la responsabilidad social hacia la ciudadanía a
la que se dirige. Es posible una televisión que no sea sinónimo de
basura y que sus gestores no crean que son una vía perfecta para
hacerse propaganda y quemar miles de millones de euros como sucede en
Canarias, Madrid, Valencia, Cataluña, Galicia o Andalucía donde
estas televisiones pierden audiencia a pazos agigantados. La
Radiotelevisión Valenciana debería seguir funcionando orientada
hacia el servicio público y alejada de la órbita del PP. La factura
de la sentencia que han ganado los perjudicados con el ERE de esta
cadena, y que asciende en principio a 40 millones de euros, la
deberían de pagar con su patrimonio, y hasta con cárcel, los
gestores políticos que les regalaban los trajes misma la Trama
Gürtel y los directivos de este canal al que han conducido a la
ruina para que así hubieran responsabilidades cosa que hasta ahora,
en este simulacro de democracia en el que hemos vivido, parece que es
algo que no es posible.