En
muchas cunetas, fosas comunes y pozos de la tristemente enaltecida
patria española reposan olvidados los huesos de más de 200
mil represaliados asesinados por las fuerzas fascistas vencedoras de
la Guerra Civil de 1936 en el más de los completos olvidos por la
casta de políticos que desde 1978 se han repartido el poder en
España bajo la corona de un Borbón extranjero designado por el
dictador. Los delitos de genocidio como éstos, según las leyes
internacionales, jamás prescribirán pero esta misma casta que nos
gobierna hizo una infame e ilegal ley de amnistía que
vergonzosamente perdonó a
los asesinos que, uno a uno y
con el dictador el primero,
han ido muriendo en la cama mientras estos huesos están en el olvido
y parece que lo estarán eternamente.
Las
similitudes entre el régimen fascista de Hitler y el de Franco son
enormes. No sólo Franco cambió el huso horario para que en
la península fuera la
misma hora que
en el
Berlín nazi sino que en
ambos regímenes existieron detenciones ilegales de personas, campos
de concentración, extermino de minorías por cuestiones ideológicas
o de supuesta superioridad
racial, represión hasta la
muerte de las ideas de
aquellos que buscaban la
tolerancia y la convivencia y una dictadura feroz dirigida por
mediocres frustrados que acabaron llevando a los dos países al
abismo si bien en España la agonía, en muchos sentidos, se prolonga
hasta la actualidad. En Alemania, y sin duda de una manera muy sabia,
la posesión de simbología nazi y el enaltecimiento del nazismo y
del régimen de Hitler están
prohibidas
por la ley cosa que en España no pasa porque la ideología
franquista está presente en nuestras leyes,
instituciones, en muchos jueces, en el PP que ostenta el poder y en
muchos miembros del gobierno del mediocre de Mariano Rajoy Brey.
En
Alemania una imagen como la que ven arriba, un policía que tenga en
su pistola una bandera española de la dictadura falangista de Franco
pero en ese caso con una esvástica de
Hitler, no sólo sería
completamente imposible sino que a esa persona se le iba a caer el
pelo y es muy probable que hasta fuera condenado a penas de cárcel
por enaltecimiento del nazismo. En España los símbolos fascistas
que durante 40 años reprimieron al pueblo no sólo se toleran sin
problema sino que, además, los contribuyentes pagamos el mausoleo
del dictador en el Valle de los Caídos que para la legislación
alemana sería un delito muy grave sin
duda. En España, sin
embargo, los polluelos de gallina del PP se fotografían en redes
sociales exhibiendo simbología nazi, en colegios públicos se hacen
exposiciones de objetos franquistas y maderos como el de esta foto
llevan el águila de Franco como extensión fálica de su pene al
que, sin duda, habrán puesto un nombre de
general franquista como el callejero de Santa Cruz de Tenerife.
Lo terrible del caso, lo que da auténtico pavor, es que este
individuo pasó un test psicotécnico para ser policía a sueldo de
los ciudadanos probablemente de por vida porque esa plaza
difícilmente la perderá, gracias a la endogamia de los cuerpos
represores del estado, aunque llegara
a hacer el mayor de los
disparates. Da miedo pensar cuántos sujetos más como éste habrán
tapados como supuestos defensores de la ley del estado esperando su
oportunidad como las garrapatas esperan
años a que la feromona de un
mamífero las estimule y lanzarse hasta su cuello.