En una época en la que era hasta
demasiado sociable solía
tener tertulias en bares sobre lo
divino y lo humano. Recuerdo que
cuando hablaba con ciertos nacionalistas canarios, algunos han
acabado en el partido del No Se
Pudo
en busca de un echadero y
otros directamente en CC,
siempre me topaba con un muro infranqueable: su posición romántica
de entender los problemas del mundo como la falta de la nación
canaria. Este
romanticismo hacían
que dulcificaran todo lo que venía del archipiélago, aunque fuera
el mismo demonio, tan
solo porque éste estuviera
vestido de mago y comiera
papas, mojo y gofio. Alguna vez escuché
decir que
en temas laborales
preferían a un empresario
canario
que los explotara que a uno
godo
que respetara mínimamente sus derechos laborales.
Ellos afirmaban
con rotundidad más por fe que por tener pruebas
que en algún momento de la independencia esta suerte de burguesía
canaria empresarial sabría tomar las riendas hacia una Canarias
socialista. Yo
enseguida pensaba en la burguesía caciquil del archipiélago,
Plasencia, González, Santana Cazorla o Jiménez,
y yo decía que ni de coña, que un trabajador aquí tiene más en
común con uno de Vladivostok, aunque no hable
canario
ni cante folías, por cuestiones de clase social que nosotros con un
belillo rico como Antonio Plasencia que se ha criado con el mismo
gofio millo que
uno.
La lucha de clases no ha dejado de existir nunca a pesar que a
principios del siglo XXI existió un Movimiento de Liberación
Nacional Canario, MLNC, que obtenía mucho dinero público en
subvenciones pagadas por Coalición Canaria de nuestros impuestos. A
día de hoy todavía existen muchos de estos nacionalistas
de la cueva
que se corren de gusto con las homilías dominicales del un
falangista como José Ramirez en El Día porque oyen el discurso
teológico de liberación nacional que suelta este señor como si
fuera la verdadera palabra de dios a pesar que este grupo de
comunicación ha hecho mucho daño a Canarias y se ha aprovechado,
como nadie, del dinero de nuestros impuestos en subvenciones y
publicidad institucional inútil y mentirosa.
Nómina real de un trabajador de HiperDino en Canarias de junio de 2013 contratado por siete horas a la semana con un importe de 172,56 euros. |
Lo que
tienen encima de estas líneas es la nómina de un trabajador de un
supermercado HiperDino, grupo nuevamente controlado por los
empresarios canarios Hermanos Domínguez y Javier Puga, del mes de
junio de este año 2013. Observen en el margen inferior izquierdo,
marcado en rojo, lo que ha cobrado dicho trabajador: 172,56 euros.
Esta nómina, que ha sido retocada para limpiar cualquier dato de
carácter personal para preservar el anonimato del trabajador,
corresponde a un contrato que no es ni siquiera la mitad de media
jornada: es de siete horas a la semana concentradas en un solo día.
El contrato es por seis meses
sin posibilidad de renovación ni de promoción dentro de la empresa:
cuando se acabe echarán a este trabajador y contratarán a otro
nuevo del paro para cobrar los incentivos fiscales que se dan por
este hecho. No voy a decir quién es pero les aseguro que no es de un
pope de estos del nacionalismo que me decía que preferían a un
empresario canario que a uno godo
porque, entre otras cosas, un listo de estos del nacionalismo están
ahora enchufados y viven con mucho más de 172,56 euros al mes porque
su cuento del nacionalismo les sirvió para eso y
no los explota un empresario de raza
canaria.
Lo verdaderamente repugnante de este tema es que estos empresarios,
su
portavoz Javier Puga
siempre que puede lo nombra en las entrevistas, es que se las dan de
que están creando empleo por y para los canarios cuando todo esto es
completamente falso ya que su empresa lo que hace es aprovecharse de
los requisitos legales que han puesto al trabajador al nivel de la
esclavitud para, encima, hacerse un
marketing que, en otras circunstancias, sería hasta gracioso pero
que, viendo el drama que estamos viviendo, es algo completamente
miserable. 172,56 euros no es un sueldo decente para vivir, que
trate él de hacerlo con eso al mes, y cualquier familia por mucho
que ahorre al mes se gasta en alimentación, en los supermercados de
este señor por ejemplo, mucho más dinero que
este sueldo porque
en las islas la cesta de la compra es la más cara del estado. Este
contrato no es ni siquiera un MiniJob, en términos canarios quizá
había que llamarlo ChinijoJob,
y es una vergüenza que este tipo de explotación esté pasando en
nuestras narices y que aquí, empezando por esos miserables de CC OO
y UGT cuyo
negocio es vivir de la explotación de los trabajadores,
no pase nada.
Las
cifras del paro que el cobarde de Rajoy, que a día de hoy sigue sin
dimitir y al que esta nómina no le daría al mes ni para su consumo
personal en sobres, con
las que se regodeó
el 1 de agosto en el Senado de 64.886 parados menos corresponde,
sobre todo, a contratos de este tipo. Debería de caérseles la cara
de la vergüenza, eso es algo que no tienen empezando por la
enchufada de Fátima Bañez, no ya por el mero hecho que estas cosas
estén pasando sino por el júbilo con el que estos desgraciados ha
recibido la cifra del desempleo en este mes de julio. Un nota agria
que han tenido los
Populares cuando
celebraban esta cifra de empleo ha sido la recomendación
del FMI, cuando un país debe 40 mil millones de euros a la Troika
las recomendaciones son obligaciones como bien dice el inepto de
Joaquín Almunia, para que en el plazo de dos años en España se
bajen los salarios un 10 por ciento dicho por personas que al día
ganan miles y miles de euros y que los 172,56 de la nómina de arriba
es el gasto diario en su casa de servilletas, compresas y
absorbentes.
España
se va a convertir en un país
competitivo
a marchas forzadas gracias
a estos sueldos
que son de miseria, como el de la nómina de este artículo, y con el
completo desmoche del pobre estado de bienestar, que más mal que
bien, se había conseguido forjar con mucho esfuerzo en las primeras
décadas de la mal llamada transición democrática. En
los sindicatos verticales vendidos a la patronal, en los partidos
políticos canarios que se dicen alternativos y nacionalistas como
Sí Se Puede o
en
los medios de comunicación del archipiélago que son los voceros de
la opinión publicada de la clase empresarial que se enriquece
haciendo este tipo de contratos no es que no haya un mínimo de
sensibilidad hacia este asunto sino que les importa una puta mierda
mientras lo suyo
no se lo toquen y sigan para delante. Con este empresariado, canario
o malayo da igual, y sin interlocutores válidos que defiendan
nuestros derechos los trabajadores estaremos cada día en la órbita
de nóminas como esta a no ser que empecemos a defender nuestros
derechos con otro tipo de formas de interlocución.