12 agosto 2013

El problema del agua en Canarias


Las alarmas llevan décadas saltando en Canarias con el problema del agua. Ya no cabe el tradicional mirar para otro lado de la sociedad canaria consistente en el mal hacer de una casta de gobernantes políticos, únicamente motivados por satisfacer a la burguesía caciquil del archipiélago, y a una masa ciudadana chovinista que mientras tenga la barriga llena estará contenta ya que cree que si las cosas no se ven entonces no existen. Probablemente muchas consecuencias ya serán irreversibles pero, sin lugar a dudas, si ahora mismo hubiera una auténtica voluntad de arreglar las cosas puede que los efectos puedan ser menores de lo que seguramente acabarán por ser. La presión demográfica en Canarias, más que los dos millones de residentes que ahora tiene el archipiélago lo que más daño nos ha hecho son los diez millones de turistas anuales en su mayoría de muy baja calidad que contribuyen a la degradación ambiental del territorio por su escasa cultura y baja consciencia, han mantenido en el borde de manera constante de su capacidad de carga.
Probablemente sea Canarias de los pocos lugares del mundo en los que la propiedad del agua, no hay que decir que este bien debe ser completamente público y con una atención prioritaria por parte de las autoridades, es casi exclusivamente de titularidad privada debido a unos privilegios que se otorgaron a los conquistadores de las islas y ademas esta esta titularidad extraña a sus habitantes de ha mantenido casi intacta desde el siglo XV en las islas. Esto ha provocado un tipo de burguesía de cuño muy particular llamada de los aguatenientes ya que más importante que la propiedad de la tierra en Canarias ha sido siempre la del control del agua. Probablemente sea incalculable la riqueza que este recurso natural y escaso en el archipiélago ha generado a este puñado de familias que durante siglos han vivido de la usurpación de este recurso pero lo que si se puede ponderar bien son los efectos dañinos que sobre nuestro territorio han producido el acaparamiento de semejante bien público. En la isla de Gran Canaria ya sucedió hace décadas y en muchas zonas de la de Tenerife se dirige hacia este mismo abismo: el nivel freático de las aguas subterráneas ha descendido tanto que el agua que llega hasta los grifos de los hogares es de baja calidad y completamente desaconsejable para el consumo de niños en edad de dentición y personas mayores. En islas como La Palma y La Gomera quizá este también sea su destino pero, probablemente, este horizonte está más lejano quizá por otras políticas como pudiera ser el aprovechamiento de las aguas de escorrentía en muchos puntos de La Gomera.
En la isla de Tenerife recuerdo siempre escuchar al típico ignorante belillo integral criticar la falta de agua en la isla de Gran Canaria como una suerte de maldición divina diciendo que en Tenerife este es un recurso que sobra. Esto no sólo no es cierto sino que la situación se está volviendo grave pues casi una decena de municipios del norte de la isla, algunos núcleos de La Laguna y Tacoronte también, están recibiendo unas aguas con un grado de salinidad más alto del permisible para la salud humana. Este hecho ha cogido a la isla con el pie cambiado y sin ningún tipo de plan insular en vista a los próximos años mientras en la Tenerife se están tirando millones de euros al mar en Granadilla para hacer un puerto que jamás funcionará mientras nadie se ha preocupado nunca de aprovechar las aguas de superficie. Parece que aquí nadie se está dando cuenta del asunto pero es muy probable que este tema se vuelva crónico y hasta terminal en los próximos años.

En La Laguna, sin embargo, hay un listo que sabe cómo aprovecharse de este asunto porque parece que ya se le olvidó la época en que criticaba, haciendo el payaso a tiempo completo, a Teidagua por una fantasía que se intentaron con que si el en los contadores cobratan el aire que pasaba por ellos en la federación más patética de todas las federaciones del PSOE en el estado: la del PSC en La Laguna. Ahora mismo, ironías del destino, este impresentable es un alto cargo elegido a dedo en esta compañía. Me refiero al hooligan matón cobarde de Javier Abreu, que gobierna como teniente alcalde en el ayuntamiento de La Laguna designado por el Clavijo más indecente, que no salió elegido en las locales de 2011, iba quinto en las listas y salieron 4 concejales elegidos, pero que gracias a que Gustavo Matos se buscó un echadero más cómodo en consumo pudo entrar él. Pocas cosas le gustan más a un tonto de solemnidad que sentare horas a ver como trabajan en las obras públicas y Abreu, que en su vida nunca ha dado un palo al agua, combina esta excentricidad con sacarse fotos en cada pequeña obra pública que se está haciendo en el municipio para su álbum privado para que un día parezca que ha trabajado sobre todo cuando vaya a haber elecciones en 2015. Esta misma fecha es la que ha elegido este impresentable para empezar a pasar en el recibo del agua de los vecinos de La Laguna los más de 15 millones de euros que se va a gastar la empresa Aguagest, probablemente esta ya tiene este pelotazo adjudicado de manera opaca a alguna de sus contratas, en la construcción de una desalinizadora de Montaña del Aire para limpiar el agua que llega llena de minerales desde el norte de la isla en lugar de esperar al plan insular que se debe elaborar en la isla sin exigir al Cabildo que se ponga las pilas con este asunto que es crucial para la salud de cientos de miles de ciudadanos. Quizá una forma de pagar esta infraestructura es exigir a los aguatenientes que cobren más barata la pipa de agua ya que ésta está contaminada y hay que hacer un gasto extra para limpiarla pero, como no puede ser de otra manera, es mejor ahorrarles un gasto a éstos engañar a la ciudadanía en los recibos del agua. Lo más triste de todo esto es que el plan contempla que si algún día la potabilización de este recurso se pone en marcha a nivel insular este inversión de más de 15 millones, una fortuna para la que nos está cayendo, no habrá problema para que deje de funcionar. Esto sucede ante los ojos de una oposición, Sí Se Puede y XTF, que no sólo no han resultado ser más de lo mismo sino que está completamente vendida al grupo de gobierno pues están a sueldo de CC y PSOE.
El otro día estaba en un caserío de Anaga comiendo con una gente y una amiga alemana, entiende perfectamente el español porque da clases de alemán en las islas, se manifestaba horrorizada simplemente porque se haya llegado a insinuar que una infraestructura que cuesta tantos millones de nuestros impuestos pueda ser abandonada y que en esta isla nadie sea capaz de garantizar un mínimo de planificación. Los canarios nos hemos vuelto tan aplatanados que nos parece completamente normal que un cargo público sea capaz no sólo de insinuar este tipo de cosas sino, además de llegar a ejecutarla, pagar a la contrata y repartirse una pasta gansa en comisiones dentro de sobres que jamás llegaremos a ver. Pero esto no es nada raro en las islas, ahí está el ejemplo de la potabilizadora Las Palmas I en el complejo de Piedra Santa que construyó el actual ministro y conseguidor de energía y turismo José Manuel Soria a finales de los noventa cuando fue alcalde de Las Palmas de Gran Canaria que costó 75 millones de euros y que jamás ha funcionado porque el coste en gasoil cuadriplica al de otras instalaciones que funcionan por ósmosis inversa. En El Hierro, este tema también tiene que ver con el agua, estos días también se habla de los problemas, por cuestiones tarifarias, de poner en marcha la central hidroeléctrica, que costó 72 millones, para llevar a cabo la mayor gilipollada que se han dicho nunca y con la que Tomás Padrón consiguió que esta isla sea la más subvencionada del mundo y cuyo nivel de vida les pagamos de nuestros impuestos muchos ciudadanos de la Unión Europea. El Hierro nunca será sostenible aunque toda la energía sea fuentes renovables porque, por ejemplo, en esta isla hay el doble de coches que de personas y el transporte público es inexistente.


El futuro del agua presenta muchas incertidumbres a nivel mundial y la gestión de este recurso es, cada vez más, al tiempo que una base de conflictos una fuente de riquezas para empresas privadas que negocian y especulan con un bien escaso y fundamental no sólo para el desarrollo humano sino para el equilibrio del planeta. En Canarias hemos estado dando la espalda a este problema durante muchos años y es hora de plantarse ante este tema que va a traer muchos quebraderos de cabeza en los próximos años pero como siempre esto no sucederá así porque en las islas nos movemos siempre a agua pasada aunque es muy probable que esta ya no pase mucho más.