La obra de Carl Sagan,
Cosmos,
sin duda ha sido completamente superada en la parte expositiva y
científica, este gran divulgador muerto hace 17 años estaría
disfrutando mucho con la exploración de Marte con drones,
pero no tanto en la calidad humana que transpira el libro desde el
ISBN hasta el índice onomástico pasando, sobre todo, por la
dedicatoria. Decía Sagan en ella sobre su compañera: En
la vastitud del espacio y en la inmensidad del tiempo mi alegría es
compartir un planeta y una época con Annie.
Si lo pensamos bien somos algo tan minúsculo para el Universo,
probablemente hasta extraño y raro en todo él, que compartir
nuestra efímera existencia con esas personas a las que queremos es,
ante todo, un motivo de alegría. Claro que esto es una especie de
axioma que tiene también su reversa: quién nos iba a decir a
nosotros, a mi en concreto cuando era más joven y devoraba las
páginas de Cosmos
y veía
una y otra ves los vídeos de
la serie documental, que en la misma vastitud
del espacio
y en la inmensidad
del tiempo
íbamos a estar gobernados al mismo tiempo por dos completos ineptos
totalmente intercambiables que bien podrían llamarse Mariano
Rivero y
Paulino
Rajoy.
Lo
que une a estos dos tristes presidentes
es mucho más de lo que los separa y si bien los dos son unos
auténticos bocazas que usan la
palabrería
vácua
para
disimular que son unos ineptos cabría matizar cómo utilizan cada
uno su verborrea. Rivero hacía balance de los dos primeros años de
esta legislatura el pasado 11 de julio tras la reunión del Consejo
de Gobierno y decía, como si fuera un recién llegado, que la
situación de Canarias es difícil, en realidad es extremadamente
grave y probablemente no tenga remedio a corto plazo si no es con
acciones traumáticas, y que la culpa la tienen las
maldiciones
de siempre hacia
nuestra tierra canaria:
la secular situación geográfica alejada de las
islas
que siempre ha sido utilizada por su partido para sacar subvenciones
a Madrid y Bruselas y el aumento de la población, es decir, los de
fuera
y no nosotros
pues
ya sabemos que la base ideológica de nacional socialismo de CC es
xenófoba cuando le interesa.
Y cuando digo nosotros
me refiero claramente a los 20
años en los que CC ha estado gobernando en las islas de
los 31 de existencia de la autonomía,
algunas veces con el apoyo incondicional del PP como ahora lo es
igual de incondicional el
apoyo por
parte del PSOE, y cuya estrategia caciquil de que
sean poco
más de 20 familias las
que
controlen
la mayor parte el PIB del archipiélago siendo
éstos unos nuevos
caciques analfabetos de la construcción, nos han empujado a la falta
de perspectivas que ahora tenemos con un sistema productivo basado en
los pelotazos del cemento y en el turismo de muy mala calidad que nos
han dejado sin perspectivas de diversificación económicas a corto y
medio plazo y
con un territorio deteriorado irreversiblemente en un grado alto.
Rajoy es otro tipo
de
bocazas, sus formas son distintas porque parece que algo de vergüenza
ajena tiene,
en
realidad está parapetado en La Moncloa como el cobarde que es,
cosa que Rivero no sabe lo que es ni conocerá algún día. Si Rivero
llamaba por
teléfono al
depuesto alcalde de Arona, Reverón
El Conseguidor,
para enchufar a una sobrina suya en la policía local de este
municipio Rajoy le transmitía ánimos y apoyos por SMS a un
delincuente que tuvo en sus manos las finanzas del PP durante 28 años
antes que el gran conspirador del país que tumba gobiernos y
presentadores de televisión, Pedro Jeta
Ramírez, decidiera aliarse con el delincuente encarcelado para
tumbar, una vez más, a un gobierno pero ahora del PP.
Pero
Rajoy y Rivero tiene más puntos en común que en contra a parte de
haber coincidido en la inmensidad del espacio tiempo en un cargo
público con el fin de hacer más miserables las vidas de casi 2
millones de canarios. Ambos han tenido o tienen cierta intimidad con
José Manuel Soria, al que todos nos
hemos tenido que tragar para ver cómo la factura de la
electricidad crece y crece sin parar, en sus respectivos gobiernos
aunque bajo distintos paradigmas. En Canarias él y su hermano
parecía muy cercanos a las renovables con
aquel
famoso concurso de los parque eólicos que todavía está en los
juzgados y que
ha significado un retraso irreparable para las energías alternativas
en el archipiélago, tanto como ahora el Soria ministro de industria
tiene una fe ciega en los intereses de Repsol y en el de las
eléctricas. Conociendo por los papeles de Bárcenas, en los que se
ve cómo en el PP entre sus dirigentes nadie mueve una paja del suelo
sin que haya un sobre lleno de billetes por medio, es fácil entender
la capacidad de defender una cosa y su contraria según sea el cargo
en el que se esté ocupando José Manuel Soria en un momento
determinado.
Si
a Rajoy le vuelve loco el fútbol, recordemos la chulería de este
impresentable cuando tuvo que comparecer ante la ciudadanía casi
perdonándonos
la vida
y sumamente molesto cuando se rescató a España y se fue corriendo
al aeropuerto a ver el partido de España de la Eurocopa diciendo
aquello de teníamos
un problema y ahora está resuelto,
Rivero no le hace ascos a este deporte, su mejor amigo es Miguel
Concepción el propietario del Club Deportivo Tenerife cuya amistad
tan cara nos ha salido a los contribuyentes, pero los suyo, sin duda,
son las romerías y las fiestas populares canarias que, a golpe de
helicóptero, no se pierde una. Ambos son unos personajes nulos con
serias carencias, no sólo en la dicción que mal empleadas perras se
ha gastado en logopedas, sino también de una solemne pobreza
intelectual que, sin lugar a dudas, desesperan a sus compañeros de
partidos pero que, indefectiblemente, fueron designados a dedo para
su cargo el uno por Aznar y el otro por Adán Martín y lo que dice
el capo en un momento determinado es algo sagrado. Ambas tienen a una
mujer detrás, no me refiero a sus parejas sino a compañeras de
partido, que los superan en ambición como Esperanza Aguirre y Ana
Oramás que harán lo que esté en sus manos para desalojar a éstos
pobres desgraciados de sus puestos con lo que los ciudadanos, con
cara de gilipollas, no sabremos bien qué cosa es peor pues es el
sistema, y no dos personaje completamente sustituibles por otros
peores, lo que hay que cambiar y no a sus líderes de paja. Es muy
probable que ni Rajoy ni Rivero acaben las respectivas legislaturas
aunque el cinismo de éstos, el aletargamiento de la ciudadanía ante
tanta mierda que estamos viendo en estos tiempos y a la que,
desgraciadamente, nos estamos acostumbrando, hacen que pueda pasar
cualquier cosa.
Para
el final en este carrusel de parecidos que con poco rigor que he
estado ejecutando en estas líneas he dejado el vicio que, para mi
entender, padecen estos dos personajes y que me parece el más
repugnante del mundo: el de la mentira. Ambos han engañado a la
ciudadanía, una ciudadanía completamente adormecida que se deja
engañar una y otra vez por estos partidos sin vergüenza alguna, con
sus programas electorales. Más mentiroso que Rajoy no puede haber
nadie pues sólo le falta casarse con un hombre para contradecir
completamente el programa electoral con el que en 2011 se presentó
a la ciudadanía y obtuvo casi once millones de votos. A esta alturas
decir algo positivo de este personaje, un tipo que recordemos está
donde está por los votos de los trabajadores desclasados que en masa
le votaron el 20 de noviembre, sería poco salvo que igual podría
ser un buen crítico de fútbol en el Marca si dejara ahora mismo la
presidencia del gobierno salvo que la empresa que edita este
periódico es la de Pedro
Jeta
director de El Mundo y no creo que lo quieran contratar. De Rivero se
puede decir que miente siempre que puede y su mentira más popular
tiene que ver con el empleo, no el de su sobrina para ser guindilla
en Arona, sino el que nos cuenta a los canarios cada vez que puede.
Si sumamos todas las veces que ha hecho un compromiso por el empleo
desde que optaba a la presidencia hasta hace bien poco, unos nueve
años, sumaríamos más de un millón de puestos de trabajo
prometidos en una tierra que tiene más de un 33 por ciento de
desempleados por su población activa y que es la mayor de España y
la tercera de la Unión Europea.
Estamos
completamente entregados a los caprichos de unos ineptos y mediocres,
Rajoy gobierna España como si fuera su negociado particular de
Registrador de la Propiedad en Galicia y Rivero a Canarias como si
fuera el municipio de El Sauzal, pero sabemos que sustituyendoles no
se resuelve la terrible situación que estamos viviendo pues la
mediocridad ha calado tanto en la casta política que espera
agazapada como una garrapata su turno para echarse al cuello de lo
público e hinchar su estómago de la sangre de los contribuyentes
que un cambio en las misas instancias es algo vano. Lo que nuestra
sociedad necesita es un cambio totalmente radical, un nuevo proceso
constituyente con ciudadanos capaces de mirar por los intereses del
colectivo antes que por los suyos, al que seguramente no vamos a ser
capaces de dar una respuesta adecuada durante mucho tiempo. En la
vastedad del espacio y en la inmensidad del tiempo no nos va a quedar
otra que seguir aguantando a seres tan tristes y mediocres como Rajoy
y Rivero y los clones de éstos que nos quieran imponer.