Voy
a contar la pequeña historia que tiene la foto que está aquí arriba y que
ilustra varias entradas en este blog desde hace ahora algo más de un año. La
hice justo el 12 de noviembre de 2011, ocho días antes de las elecciones generales
que aquel inepto de Zapatero programó en el aniversario de la muerte del
dictador Francisco Franco y que ganaron con mayoría absoluta los herederos
políticos de éste, el Partido Popular, y a las que, en mi caso particular, no
fui a votar, salvo rara excepción había hecho algo así desde que tengo el
derecho del voto, y cosa que jamás volveré a hacer. El caso es que ese sábado
yo iba paseando por Santa Cruz con una amiga y su hijo pequeño y pasando por la
sede de este partido en la calle Castillo mi amiga se fijó que el tipo que
aparece agachado estaba borrando de la pared una pintada a rotulador que decía fachas sobre el azul de la marca PP con el que estaba pintada la
fachada de la sede de este partido. El caso es que después de la foto el tipo
se fijó en nosotros y empezó a decirnos lo poco justo que era que la gente
llamara así, fachas, a los miembros
de un partido como el suyo. Yo le respondí que dicho apelativo se lo habían
ganado a pulso durante todos esos años. El tipo, un chico de veinte y pocos
años que saltaba a la vista que padecía una minusvalía psíquica, se le
desencajó de repente la cara y comenzó a decir que iban a acabar con todos los rojos, matándolos, cuando el PP ganara
las elecciones. Mi amiga y yo tuvimos un ataque de risa y nos dio más bien pena
pues este partido utilizaba como militantes para cosas sucias como pintar una
fachada personas con minusvalías psíquicas. Dentro de la sede, que tenía la
puerta principal abierta, pudimos distinguir al doctor Alarcó que hablaba con
una mujer, no sé si de sobres o de lo que éstos contienen, que podía ser
Cristina Tavío aquella que pasó las facturas de sus bragas como gasto del
partido al ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife cuando gobernaba junto a Zerolo
y que ahora va de ejemplo moral desde que no gobierna con CC en Santa Cruz.
Otra
mujer de este partido, igual de pija repelente que no conoce la vergüenza,
María Dolores de Cospedal le ha dado nada menos que por comparar con los nazis
a los ciudadanos que se ha unido en torno a la Plataforma de Afectados por la
Hipoteca, PAH, que hacen y reivindican como protesta legítima los escraches a
diputados del PP los cuales son defendidos por ella como las víctimas a un
nivel parecido al que los judíos europeos tuvieron que soportar en los años 30 y
40 del siglo XX y aludiendo al sufrimiento provocado a los pobres hijitos de estos diputados con tales acciones que, de una
manera u otra son legítimas al ser pacíficas. Parece ignorar Cospedal que la
policía que este partido controla no hubiera estado echado a la calle a niños
también pues ya sabemos que el gobierno defiende sólo los intereses
inmobiliarios de la banca y les importa una mierda los de la ciudadanía porque,
sobre todas las cosas, los dirigentes del PP no tienen ni la menor idea del
sufrimiento que atraviesan muchos ciudadanos. Esta señora también dijo aquello
que los militantes y votantes del PP antes dejan de comer que de pagar la
hipoteca sin pensar que su jefe y presidente cobarde del gobierno, Mariano
Rajoy Tele de Plasma, ha cobrado de la trama corrupta de su partido más de 200
mil euros en negros según se ve en la contabilidad de Bárcenas.
En
1936 el general Franco dio un golpe de estado contra el gobierno legítimo de la
república y apoyándose en la financiación de los gobiernos fascistas de Italia
y Alemania y mantuvo una cruenta guerra civil que acabaría derrocando a una
república que de haber seguido adelante, sin duda, habría transformado
radicalmente un país que casi ochenta años después sigue anclado en la misma
miseria económica, social y cultural que tal golpe de estado nos trajo. Alianza
Popular, embrión de lo que es a día de hoy el PP, fue fundada como franquicia
democrática para presentarse a las elecciones de 1977 por el exministro de
Franco Manuel Fraga Iribarne que hace unos años murió en la cama sin que
hubiese pagado las decenas de muertes que como responsable político pesan
todavía sobre la memoria de este viejo falangista. Las fuerzas más
conservadoras lideraron un proceso de borrón
y cuenta nueva, que se le ha dado en llamar transición democrática, gracias a las claudicaciones que hicieron
el PCE de Santiago Carrillo y el PSOE de Felipe González, que lleva casi 40
años apalancado para que se llegue a la radicalidad que nuestra sociedad lleva
esperando y que ha logrado que la clase dominante de la dictadura franquista
siga, en esta democracia que sólo es de carácter ceremonial, controlando las
riendas del poder político y económico de España. María Dolores de Cospedal y
muchos dirigentes de este partido, incluso del chico con la minusvalía psíquica
del que hablo con la excusa de la foto, son los herederos directos del establishment franquista pero aunque
este régimen tiene sus bases en el nazismo europeo del siglo XX hay que decir
una cosa bien clara: aunque hayan unificado la ultraderecha en el PP no son
nazis. Cospedal es un ser bastante retorcido, es una cínica, una mentirosa
compulsiva e impresentable que va invitada a las reuniones del Club Bildergerg,
que al final parece que existe, y es cualquier cosa que se diga de ella es poco
para lo que se merece pero no es una nazi. Este término implica cosas muy
graves que jamás nuestra sociedad debería de quitarse de la memoria colectiva
para que no se vuelvan a repetir y cuando una señora de la calaña de Cospedal
lo usa tan a la ligera como hace para hablar de un colectivo determinado, el
PAH en este caso, lo acaba por vaciar de su auténtico contenido. Esperemos que
a esta señora todo esto no le salga gratis y que acabe pagando pronto una
actitud que, en todos los sentidos, es completamente miserable. En este sentido
la estrategia del PP de criminalizar y restar valor a las movimientos sociales,
el PAH le ha pasado por la izquierda a todos los partidos políticos de este
país a pesar que defiende los derechos de una grupo social muy concreto cosa de
la que deberían tomar nota, es francamente repugnante y demuestra a lo que son
capaces de llegar en un partido en el que todos los tesoreros que han
contratado han tenido problemas con la justicia, ha acabado con 38 millones en
Suiza y cuya financiación pone en jaque toda su existencia desde que era AP,
siembra dudas de la legitimidad de muchos de sus resultados electorales y donde
muchos empresarios sin complejos, como el canario Ambrosio Jiménez, se jactan
de haber pasado por caja durante mucho tiempo.
Un
corolario a todo esto lo podemos encontrar en el terreno de la lógica
discursiva y la falacia enunciada en 1951 que
se llama Reductio Ad Hitlerum. Cuando
una discusión se alarga demasiado, al tiempo que se vuelve circular, uno de los
contrincantes se dice que puede acabarla llamando nazi a su oponente en el
enconamiento de la batalla dialéctica. Esto el amigo y editor de las Noticias
del Foro Contra la Incineración de Residuos lo sabe bien pues una vez, en la
radio chantaje que tiene montada César Pláceres para mantener su negocio
privado del Centro de la Cultura Popular Canaria, lo acabó llamando nazi
cabreado por una información que publicó el Foro sobre un tema de este Centro y
que, viendo la reacción que tuvo el señor Pláceres, no debía estar muy
equivocada. El editor del Foro acabó llevando el tema a los tribunales apoyado
por cierto partido político que, cuando esta web empezó con razón a ser crítica
con aquel partido, acabó dejando el tema colgado pues tras las elecciones locales
de 2011 saltaron a la primera división de la política y pronto olvidaron el apoyo que desde el Foro habían recibido. En fin, el caso es que muchos tenemos la
palabra nazi muy cerca de la punta de
la lengua, por mi parte entono un mea
culpa pues también me acuso de eso, pero que lo haga un radio predicador
como el Pláceres o, sobre todo, una dirigente de la talla de María Dolores de
Cospedal es para tomarse este error de una manera muy seria. La primera víctima
de esta crisis ha sido el lenguaje que trata de salvaguardar a toda costa la
mentira, que le pregunten a esta señora qué coño es una indemnización en diferido, pero esta subversión del lenguaje a la
que ha sido capaz de llegar demuestra lo miserable que se puede ser para
intentar influir en una sociedad que ha dado brillantes muestras de ser adocenada
y estar eternamente dormida pero también hasta cierto punto adulta porque, con la
que nos está cayendo, es de extrañar que la violencia no haya estallado.