Que
la izquierda tiene un serio problema en relación al culto de la personalidad, en la antigua Unión Soviética el lugar
que ocupaba tradicionalmente dios lo acabó ocupando el estado y así les fue, es
algo que no entraña la menor duda. Que esta semana se haya anunciado que el
destino al cadáver de Hugo Chávez sea el acabar embalsamado para que el pueblo pueda tenerlo allí eternamente como
Lenin o Mao, convirtiendo así al líder de la revolución bolivariana en una
suerte de Cid Campeador que siga
ganando elecciones, es algo que a los que pensamos que el respeto a los
muertos, en el sentido menos teológico pero que tiene que ver con el
escrupuloso respeto por el ser humano, es algo que nos debería dejar
estupefactos. Sin embargo, pasada la primera sensación de asombro tras
constatar que absolutamente todo en este mundo es susceptible de ser
instrumentalizado y que de perdidos al
río pues a lo mejor esto no resulta mala idea y que muchos insignes de la casta política que nos ha
tocado padecer se merecen, en principio, un destino igual al de Chávez. Deseándoles,
como no puede ser de otra manera, que vivan todavía muchísimos años, sobre todo
que yo los vea, quien sabe si determinados políticos que están entre nosotros
se merecieran una suerte igual cuando acabasen sus días en la tierra como
podría ser José Luis Rodríguez Zapatero, María Dolores de Cospedal, Mariano
Rajoy Brey, Rosa Díez, Felipe González Marques, Iñaki Urdangarín ya que es
delito referirse a su suegro en estos términos, Carlos Fabra para hacerlo santo
patrono de Loterías y Aeropuertos del Estado o nuestro pequeño genio y figura José Manuel Corrales.
Al
margen de toda ironía, es una pena que el actual no sea un estado normal de cosas y que sólo se hable de corrupción en los
medios, pero estas semanas ha pasado desapercibido un personaje que algún día
CC debería plantearse mejor que nadie embalsamar como es Ricardo Patrick
Melchior que ha dicho que no agotará su legislatura como presidente del Cabildo
de Tenerife y que se retirará en los próximos meses para dejar en su cargo al,
en su día designado digitalmente como su sucesor, consejero de movilidad que ha
destruido por completo a Titsa y al transporte público en la isla de Tenerife,
el señor don Carlos Alonso. En ATI CC esto no es la primera vez que pasa y que
segundos acaben tomando el cargo designados a dedo y con el menor de los
respaldos democráticos posibles porque, esto es una cosa que en este partido
provoca una profunda alergia, se está convirtiendo en un hábito. No en vano
Melchior no es sino un segundón del fallecido Adán Martín, que se sepa no fue
embalsamado pero sí le pusieron muy acertadamente su nombre al auditorio de
Tenerife que es todo un monumento al despilfarro del poder chicharrero que
Martín cultivó como nadie, y más recientemente Ana Oramas que se fue a Madrid a
hacerse su campaña particular a la presidencia de la comunidad autónoma de
Canarias dejando a un Fernando Clavijo que ha hecho lo mismo que Oramas hacía:
poner despacho y sueldo a la oposición, a día de hoy Sí Se Puede y Por Tenerife,
para asegurarse un mandato plácido como el que ha tenido estos casi cuatro
años.
Melchior
dejará el Cabildo, y esperemos que también la política porque de esto no ha
hablado todavía, con una espinita clavada: la de haber perdido el chollo de ser
Senador, seguro que muchas veces soñó con que esta figura fuera de carácter
vitalicio como la que gozó el dictador Pinochet, que han ostentado el cacique
putero de La Gomera Casimiro Curbelo o el imputado Miguel Zerolo y que perdió
frente al que fuera su vicepresidente en el Cabildo y ahora archienemigo el
Popular Antonio Alarcó. Creo que pocos van a echar de menos a un tipo que
ejerció la tiranía como nadie, famoso por los puñetazos en la mesa en su despacho
cuando sus asesores le desdecían, cuyo padre fue investigado como posible nazi por los servicios de espionaje
británicos y el que en una carta la fallecida
Vicenta Díaz, que fue consejera de Carreteras y Vivienda, lo acusó de haber
sido un maltratador psicológico con
ella y muchos de sus compañeros y donde vierte un posible intento de
prevaricación contra Melchior a la hora de contratar una serie de obras
públicas.
Ricardo
Melchior se va del Cabildo dejando una deuda muy grande que deberemos pagar
durante muchas décadas, ni él embalsamado o no ni muchos de nosotros estaremos
aquí para cuando este tiempo pase, que es el absurdo transporte guiado del
tranvía del área metropolitana de Santa Cruz de Tenerife que no ha hecho otra
cosa sino dificultar la movilidad de cientos de miles de ciudadanos en la isla
de Tenerife y que, viendo como se ha visto que las cuentas en Suiza son algo
común para algunos políticos, y sabiendo que Alstom
tiene graves acusaciones de sobornos a políticos en algunos sitios donde ha
estado presente, no sé si alguna fiscalía debiera investigar los réditos que ha
producido dicho tranvía. La crisis económica que estamos pasando, aunque las
obras del puerto de Granadilla sigan a todo trapo a pesar de su reconocida
inutilidad hasta por sus promotores, tenía que traer algo bueno y es que, de
manera bastante contundente, el disparatado proyecto de trenes del norte y del
sur de Tenerife se han paralizado durante, al menos, un buen tiempo. Recordemos
que Melchior estuvo encariñado con un fracasado
proyecto de tren que funcionaba con un sistema de levitación magnética de
una empresa alemana que sólo se ha vendido a Singapur por lo caro y nada
rentable que supone el proyecto.
Alguien
así no puede, en una tierra de marcado carácter bananero como es Canarias,
actuar solo y para ello precisa de unos cómplices necesarios. Desde aquí me gustaría
denunciar la actitud miserable, arrastrada, cobarde y vendida del Partido
Socialista Canario PSOE que ha sido el encubridor durante los dos últimos años de
la década en que este político que ha estado en el poder porque, cuando estaban
en la oposición, no hacían sino denunciar las irregularidades que les venían en
gana y que ahora callan como los miserables que son en busca de un puestito de mierda
y algunas prebendas. Sin duda es una buena noticia que alguien con un marcado
carácter autoritario y antidemocrático, que ha servido más a Unelco Endesa
desde el sillón de una institución pública que desde la misma empresa, se vaya
por simple regeneración democrática. Sin embargo tenemos que diferenciar entre disolución y solución: una disolución es que ahora Melchior deje la
política pero la solución definitiva
llegará cuando la gran mayoría de los altos cargos de las islas dejen ésta para
siempre. Y muchos vayan a la cárcel, añado.