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Así
como quién no quiere la cosa se prepara, si la sociedad en lucha directa no lo
remedia, la mayor operación de impunidad de la historia reciente de la
democracia española equiparable, en muchos sentidos, a la que sucedió con la
mal llamada Transición. Hartos hemos estado muchos de decir durante años que la
corrupción no era una excepción sino la regla que ha regulado durante mucho tiempo
nuestras relaciones políticas, sociales y económicas aunque éramos desdichos constantemente.
Los medios de comunicación, empezando por los que se postulan más progresistas,
nunca han querido meter mano en esta orgia de dinero con la que los partidos se
bañaban, y de paso a estos mismos medios, y cierta progresía de izquierda que en
las tertulias se los tilda de intelectuales
sin que se les conozca nada productivo sino decir lo que buenamente piensan,
probablemente los individuos que más desmovilización social han provocado en
estos años, también a sueldo de los partidos y de las instituciones tildaban de
exagerados a aquellos que decíamos que desde la política y la economía una casta
de ineptos nos robaban por encima de sus
posibilidades. El resultado es el que hemos visto estos días, sólo es una
punta de un iceberg y si hay voluntad de seguir sacando mierda tendremos
revelaciones que nos van a escalofriar, es que el mismísimo presidente del
gobierno, Mariano Rajoy Brey, lleva décadas cobrando en negro del partido,
participando de la economía sumergida y, cuando menos, no puede explicar sus
declaraciones de la renta de los últimos años con su nivel de vida y cuyo sueldo
en A subió hasta un 30 por ciento cuando dejó de cobrar en negro porque no es
que pierda dinero con la política, como dijo, sino que vino hasta ella para
forrarse. Y todo esto sin que veamos transparentemente las cuentas de la Casa
de los Borbones cosa que, probablemente, nos estará vetada si es que en este
país no pasa algo, de una puta vez, que remueva los cimientos podridos en los
que se sustenta.
Lo
dicho, se prepara una gran operación de impunidad en la que una casta como es
la de los políticos buscará la manera más efectiva para sus intereses no sólo
de salir lo mejor parados de todo lo que está apareciendo ahora sino, además,
de seguir viviendo tal y como lo hacían a pesar de saber que este mundo, tal y
como lo hemos conocido, se desmorona y nada volverá a ser igual. De que esta
casta salve el culo una vez más seremos responsables todos como todos hemos
sido responsables del enriquecimiento
ilícito con el que la clase de los poderosos se ha instalado durante todos
estos años. Lo que ha hecho Mariano Rajoy, el expresidente Aznar y
absolutamente todos y cada uno de los distintos miembros sin excepción de la
cúpula nacional del PP durante 20 años, llevar una doble vida financiera y
tener dos tipos de contabilidades, lo hemos hecho muchos de nosotros alguna
vez, en la medida de nuestras posibilidades por supuesto, porque este país es
un país donde la picaresca es la única expresión
cultural que nos identifica como nación, cosa que ya se contaba en el
Lazarillo de Tormes publicado, nada menos, que en 1554. Lo que molesta ahora
es, no sólo, la situación en la que ha estallado lo de los Papeles de Bárcenas en una coyuntura económica de completo
hundimiento sino también porque las críticas parten más bien por el
resentimiento del hecho que ellos hayan podido haber mantenido el engaño
durante tanto tiempo y muchos ahora estemos en la miseria, perdiendo nuestras
casa y recordando las excepcionales condiciones de vida que muchos tenían
cuando pensábamos que éramos ricos. En
un contexto económico más favorable, no hay que olivar que el PP en Valencia
tuvo mayoría absoluta en las pasadas elecciones autonómicas a pesar de toda la
porquería que salió en torno al señor de
los trajes, este tipo de cosas hubieran pasado de otra forma, seguramente
El País no hubiera sacado la información que tenían de las cuentas en negro del
PP, y se hubieran acabado diluyendo entre jornadas de fútbol, hipotecas de 200
mil euros y viajes de vacaciones a sitios exóticos pagados a golpe de Visa.
Antes que escandalizarnos de las miserias con las que nos deleitan los
Populares estos días deberíamos de fijarnos en las nuestras, mirar esas
facturas sin IVA e IGIC que hemos tramitado o tratar de explicarnos como un
matrimonio de clase media trabajadora y funcionaria le paga a una señora para
que limpie en su casa sin cotizar a la Seguridad Social mientras se quejan de
los derechos laborales que han perdido en estos años.
Estos
días los miserables se conjuran para
hacer desaparecer la información sobre la financiación irregular del PP que ha
saltado en forma de escándalo y que hacen que el mayor de los miserables a día
de hoy, Mariano Rajoy Brey, permanezca escondido de los medios de comunicación,
de los ciudadanos, del Parlamento y hasta de Ángela Merkel no sólo porque es un
inútil que no sabe hacer nada salvo ganar mucho dinero fácil sino un cobarde que
confía que las cosas desaparezca por si solas sino porque es un completo irresponsable.
Desde aquí vaya no sólo mi mayor desconfianza hacia el legislador que es capaz
de hacer que delitos tan graves como el de financiación ilegal de partidos
prescriba a los cinco años sabiendo que las cuentas de los partidos tardan seis
años en pasar por el Tribunal de Cuentas sino también por la justicia, supongo
que algún juez hará algo para encauzar todo esto pero baste recordar lo que le
pasó a Garzón cuando osó tocar la Trama Gürtel, porque al final son poderes
bien comunicados entre sí que quedaron atados
y bien atados tras la muerte del asesino Franco. Esta crisis ha tenido
cosas positivas como la de que los ciudadanos, que repito en actitudes no nos
diferenciamos mucho de corruptos como Rajoy, nos hayamos visto frágiles y nos
estemos dando cuenta ahora, a golpe de ladrillazos en toda la cara, que el
nivel de vida en el que estábamos instalados era completamente insostenible y
que si lo público no funciona, porque todos parasitamos de él, nos vamos todos
para el carajo como así está sucediendo.
La
regeneración de la vida política no se arregla con leyes de transparencia
aprobadas a última hora y para salvar los trastos tras casi 40 años de la mayor
de las opacidades, empezando por la Casa de los Borbones cuya familia y demás agregados
han vivido por encima de nuestras
posibilidades, sino con la gesta que los ciudadanos conquistemos la
vida política y aprendamos a
organizarnos entre nosotros para tomar, de una vez por todas y de manera
definitiva, la vida pública que nos pertenece y que nos fue arrebatadas por
organizaciones políticas, empresariales y sindicales que más tienen que ver
entre sí que con nosotros y cuyo motor de intereses que les hace funcionar es
el crimen organizado y el uso de dinero negro porque son la mayor mafia de
nuestro país. Dicen que la nuestra es la generación más preparada de la
historia reciente, en el paro hay millones de jóvenes que hablan idiomas y
tienen máster, cosa que ya es mucho más que los dos últimos inútiles que han
gobernado el país, Zaptero y Rajoy, que por no saber no saben bien ni su propio
idioma y mucho menos un simple inglés. Es imposible que entre esta gente, y
mucha otra que tiene más edad pero que cuenta también buena cualificación, no
se pueda encontrar personas que sean capaces de dirigir nuestro destino de
manera más adecuada que no sea el miserable bipartidismo imperante para elegir entre la doble marca Rubalcaba Rajoy.
Canarias 24 Horas, 11 de febrero de 2013.