Tras
un año en el poder Rajoy ya ha pasado lo
peor para el Partido Popular, las cuatro citas electorales en Andalucía,
Euskadi, Galicia y Cataluña, y en el horizonte de 2013 no se otea cita alguna
aunque bien es verdad que estos que vivimos no son tiempos normales y en los años venideros puede pasar de todo y, cuando se dice todo, hay que pensar en la peor de las
circunstancias posibles. Estos son los momentos de quitarse las máscaras en el
PP y aplicar sin pudor el programa oculto de este partido de extrema derecha y
que, a espera de que Mariano Rajoy se case con un hombre, tendrá el patético
record de haber incumplido todos y cada uno de sus compromisos electorales con
los que el 20 de noviembre de 2011 los ciudadanos hicieron que arrasara en las
urnas con una mayoría absoluta pocas veces vista en España. Precisamente en el
Consejo de Ministros del 30 de noviembre el Presidente Rajoy añadió el título
de ladrón a su currículum, después de que haya sido el mayor mentiroso nunca
visto en democracia occidental alguna, al robarle el incremento ordenado por
ley a los pensionistas en una acción completamente miserable, sin ser capaz de
dar la cara ante este colectivo y usando a una impresentable como Fátima Báñez,
que no puede sino ser calificada como atraco a cara descubierta ante un estrato
social como es el de los pensionistas que no sólo es de los más vulnerables de
nuestra sociedad sino que saca adelante a centenares de miles de parados que
han perdido ya todas las prestaciones por desempleo posibles.
Milagrosamente,
y tras estas cuatro citas electorales, se han desatascado los 40 mil millones
del rescate a la banca española y según se dice el dinero vendrá en los
primeros días de diciembre de 2012, para que la banca se lo funda como un yonki
con el mono, con unas condiciones nuevas a las que Rajoy no aludió ni por asomo
cuando compareció ante la opinión pública, debido a la presión social, horas
antes de irse a ver el partido de la selección española y llamaba a este
rescate una línea preferente de crédito
concedida a la banca española porque había
un problema que se ha solucionado mientras en su mente sólo estaba Polonia
y el España Italia. Las condiciones a la banca rescatada serán muy duras y,
como no podía ser de otra manera, pasarán caja al contribuyente que será el
que, en último término, acabe pagando la factura del rescate con sus impuestos,
con los recortes sociales, unas miserables condiciones de existencia y hasta
con su vida si fuere menester. De Bankia se deberán cerrar una de cada tres
oficinas, se eliminarán cerca de ocho mil puestos de trabajo y los dueños de
las preferentes, los que se hicieron accionistas del banco por avaricia algunos
pero también aquellos que fueron engañados por los directivos como ancianos o
analfabetos que no sabían qué estaban comprando, habrán de aceptar una quita de
hasta un 40 por ciento de lo que Bankia les adeuda todo con el objetivo que sea
un banco de menor dimensión y que obtenga unos beneficios de 1.200 millones en
2015. La gota que colma el vaso a todo esto es que se anuncia que a los
trabajadores despedidos no se les va a aplicar la nueva reforma laboral de los
20 días por año trabajado creando, con ello, una nueva fractura social con el
resto de la clase trabajadora que ve cómo sus trabajos están también en peligro
y que no podrán acceder a este privilegio
sino que su despido será como el que tira agua sucia por el retrete.
Cada
vez somos más los ciudadanos que nos negamos a creer que todo esto que está
pasando no sólo no sea inexorable sino que no se pudiera prever y, lo más
importante, que nadie en este país vaya a pagar por el desastre que un amplio
grupo de políticos y banqueros han organizado con la economía y, por ende, con
la calidad de vida de 45 millones de personas. Las élites económicas siempre se
han caracterizado por irse de rositas
cuando han dejado, tradicionalmente, el país en la mierda, ni uno sólo de los
asesinos que instigaron la Guerra Civil de 1936 y que nos trajeron el fascismo
por mucho tiempo ha pagado sus culpas, y a la ciudadanía, o de lo que quede de
ella, corresponde, de la mejor de las maneras posibles, hacer que estos
sujetos, políticos ladrones y sus amos los banqueros, paguen lo que a millones
nos tocará sufrir pues vamos encaminados hacia una economía del tercer mundo.
De momento estos días poselectorales hemos visto otra perita en dulce a la banca con el impuesto de Rajoy a la banca del
cero por ciento para anular las legislaciones autonómicas de Extremadura o
Canarias que graban los depósitos de la banca en estas comunidades autonómicas.
España
es una economía intervenida que durante el año 2013 deberá a sus acreedores la
nada despreciable suma de un billón de euros por encima del casi billón que está
situado el PIB anual de España. Esto significa que para pagar esta deuda
desorbitada habría que estar un año si pagar ni a un solo funcionario o
servicio púbico para liquidar la deuda. España no produce nada ni tiene
materias primas, el valor de su economía se basaba en el ladrillo desatado, y
vamos a tener un problema muy grande para pagar esta deuda. Es muy probable que
Rajoy tenga que decretar, más tarde o más pronto, una suspensión de pagos y
pedir una quita de la deuda a los acreedores. De eso al corralito financiero para evitar la fuga de capitales y la vuelta a
la peseta, o como se llame la nueva moneda nacional, estaríamos a un pequeño
paso. Por ello la figura de presidente del gobierno de un país intervenido por
la banca mundial y el FMI se convierten en un mero adorno y dará igual quién
gobierne de la doble marca de partidos PSOE PP pues durante mucho tiempo, puede
que muchos de nosotros no lo volvamos a ver, el país no volverá a tener una
cierta soberanía. Este mensaje es, pues, para los que ahora dirigen nuestros
designios como Ángela Merkel y la banca alemana trampeada que busca sanear sus
cuentas extorsionando a los países del sur de Europa, las llamadas economías PIGS. Por ello lo mejor que
pueden hacer si quieren cobrar su deuda inmoral es venir a España y llevarse encadenada
a la chusma que nos ha situado en este lugar para que los torturen a ellos
mientras los ciudadanos nos reorganizamos y, en vista de lo que ha sucedido
peor no lo podríamos hacer, y sus deudas estarán saldadas en menos tiempo del
que se piensa. En concreto que se lleven amordazado para que no escucharle al
expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, ese que decía que no había crisis y
que afirmaba que España tenía el mejor sistema financiero del mundo con sus malditos
test de estrés, porque aunque esta crisis
de modelo tiene sus raíces en el tardo franquismo fue él quien pudo haber
pinchado la burbuja inmobiliaria propiciada por Aznar y Rato. No sólo no lo
hizo sino que privilegió como nadie había hecho nunca a la élite de banqueros
de este país. De momento los ciudadanos exigimos justicia pero todo parece que
algún día acabemos pidiendo venganza contra esta élite político empresarial que
nos han llevado a la eterna ruina que siempre ha existido en España por culpa
de gobernantes mediocres y segundones.
Canarias 24 Horas, 3 de diciembre de 2012.