Para
hacernos una idea completamente diáfana de quiénes ha sido, son y, si no lo
remediamos, seguirá siendo la chusma que nos ha estado gobernando basten las declaraciones
del presidente de la Caja Insular de Ahorros de Canarias, curiosamente también
de esa pseudo ONG completamente perversa que es la Cruz Roja, Juan Manuel
Suárez del Toro ante el juez instructor del Caso
Bankia, Fernando Andreu, en las que decía que él en el Banco Financiero de
Ahorros, el súper organismo que controlaba la entidad fusionada, votaba lo que le decían sin decir quién le
ordenaba, dijo no saber los problemas por
los que atravesaba la entidad cosa que parece que supo por la prensa y que simplemente cobraba
por asistir a dichas reuniones. Mientras en este país muchos buenos economistas
están en paro, o con mucha suerte trabajan en precario, un completo inútil para
la gestión bancaria era puesto a dedo, como ocurrió en todas las cajas de
ahorros pero que es especialmente doloroso en el caso de la Bankia fundada por el PP y actualmente intervenida,
y tiene la solmene cara dura de decir que, en definitiva, lo único que hacía en
claro en esta entidad era cobrar su sueldo millonario. Este ha sido un país de
chorizos y es más que probable que los que siempre hemos, de una manera u otra,
denunciado las situaciones que han sido posiblemente corruptas nos hayamos
quedado cortos viendo ahora el montante de esta crisis que no es tal cosa sino
que tiene todos los visos de ser la mayor estafa colectiva a la que se ha
enfrentado la humanidad.
Cada
día lectivo en España se ejecutan hasta 500 sentencias de desahucio, 400 mil
desde que comenzó la crisis allá por el año 2008. Una sangría lenta y
silenciosa hasta hace poco y cuyos responsables políticos son José Luis
Rodríguez Zapatero, 300 mil desahuciados en su conciencia, y Mariano Rajoy Brey
con 100 mil. Ni que decir tiene que los partidos que han apoyado a estos dos
malogrados, el PSOE y el PP, han sido y son los principales valedores de este
sistema político bipartidista que han gobernado de manera turnada y que lejos
de haber pinchado la burbuja inmobiliaria que nos ha llevado a esta gran estafa
la promocionaron, el PP aprobando la perversa ley del suelo de Rodrigo Rato en 1998 y el PSOE aprovechando la
supuesta bonanza de la economía para crecer con demagogia y populismo. La
Constitución de 1978, mancillada por ambos partidos en un fin de semana del
verano de 2011 para incluir en ella la reforma que prohíbe a las
administraciones recurrir al déficit público, ha sido papel cagado en lo que se
refiere a la vivienda como un derecho de la ciudadanía. El hecho que se llegara
hasta el punto en el que se ha llegado con la especulación inmobiliaria significa
que en este país se han primado los derechos privados de las cuentas de
resultados de las entidades financieras frente al derecho de todo ciudadanos de
tener una vivienda digna. Mientras el PSOE gobernaba no hizo nada con el tema
de los desahucios, que ya se veía venir con esta intensidad, y tuvo que ser el
PP el que hiciera una supuesta ley y código de conducta no vinculante que la
banca se ha pasado por donde mejor ha podido pues lejos de detenerse el
problema parece que se ha amplificado. El PSOE y el PP, a ambos partidos se les
han perdonado deudas con entidades financieras, han mirado para otro lado hasta
que en los últimos días dos personas se han suicidado momentos antes de ser
desalojados de sus viviendas hasta que la presión ciudadana y mediática sobre
el tema ha sido insoportable y han dado un miserable golpe de efecto anunciando
que en breve llegarían a un acuerdo para intentar mitigar los desahucios dejando
claro, por supuesto, que tanto el PSOE como PP se deben más a los poderosos
banqueros que a los millones de ciudadanos que, increíblemente, todavía les
votan.
No
todo es negativo en este tipo de cosas en estos días y hay que alegrarse con el
hecho que Carmen Ormaña haya conseguido, tras una huelga de hambre, que Bankia le
hayan concedido un alquiler social tras haber sido desahuciada por esta entidad
intervenida, que recibe dinero de toda la ciudadanía, hace unos meses. Esta
ciudadana no ha estado sola sino que ha sido acompañada por más ciudadanos pero
también manipulada por dos señores que hay que echarles de comer aparte,
pertenecen ambos al pleno del ayuntamiento de Santa Cruz, como José Manuel
Bermudez de CC y José Manuel Corrales desahuciado de Socialistas por Tenerife y recogido en la casa de Izquierda Unida Canaria por Ramón Trujillo. De Bermudez
poco hay que decir que no se sepa salvo que el amago de cerrar las cuentas de
Bankia del consistorio le ha salido bien y, de momento, hasta parece que
trabaja y todo para ser un alcalde que casi nunca está en su sitio salvo en
actos populistas en los que se pueda apuntar un tanto mientras su patrimonio en
el sur de la isla de Tenerife se presenta más que dudoso. De José Manuel
Corrales hay mucho qué decir porque esa supuesta izquierda impertinente y falsa
que hay en Tenerife no se ha atrevido a ponerlo en sus sitio y, es más, hasta
le salvan el tipo siempre que pueden como ha hecho el citado Trujillo. Si para
alguien se inventó la palabra traición
fue para él. Corales es un tipo gris siempre en busca de un echadero
permanente, ya se la ha jugado a tres partidos políticos en Canarias, IUC, PSOE
y SXTF, y que, siempre yendo a la saga detrás de los que trabajan, se ha
apuntado un tanto con la huelga de hambre de Carmen Ormaña. Los que le conocen
nunca lo han visto hacer lo mismo durante mucho tiempo seguido pero, según
declara, ha estado tres días sin comer, no ha dicho el qué, en solidaridad con
la afectada pero, tristemente, consiguiendo que se hable de él más que de ella
como, en efecto, hago yo ahora hablando de este impresentable en lugar del
pequeño éxito de esta ciudadana desahuciada que, sin duda, cuando se puso en
huelga de hambre no pensaba que su acto fuese a servir para salvarle el tipo a
estos personajes que, ahora y no en su momento, se han interesado jamás por
ella.
Que
plantarle cara a la gran banca española es algo que se debía haber hecho hace
tiempo nadie duda ni siquiera cobardes como Rubalcaba que ahora dice que lleva
ocho meses trabajando en una ley antidesahucios cuando en los casi ocho años
que estuvo su partido en el gobierno miraban para otro lado y los últimos, por
supuesto, de manera bastante miserable. Los vasos comunicantes que se tienden
entre la política, las altas finanzas y los grandes empresarios de España no
van a dejar, de ninguna de las maneras, que los ciudadanos nos salgamos con la
nuestra ni derribando esta ley hipotecaria que, hasta con la luz de la Unión
Europea, es ilegal pues patea completamente los derechos de los ciudadanos
entregando demasiado poder a las entidades financieras. Hasta los jueces han
necesitado dos muertes para quejarse de que la ley que deben llevar a cabo es
demasiado dura y nada garantista para los ciudadanos. Ojalá que las
perspectivas sociales y políticas que estos días se han abierto en contra de
los desahucios sirvan para algo pero, humildemente, mi experiencia me dice que
las cosas se acaban siempre torciendo del lado de los poderosos. A esta situación
no le valen ya parches y hay que acabar con la hegemonía de los dos grandes
partidos políticos que son cada uno la cara y la cruz de una misma moneda. La
ciudadanía debe asaltar, de una vez por todas, el poder popular para que los
miles de responsables que nos han llevado a esta crisis estafa acaben por pagar con sus huesos en la cárcel.
Canarias 24 Horas, 12 de noviembre de 2012.