29 octubre 2012

La eterna crisis del PSOE



Después de ver la debacle en la que se ha sumergido el PSOE tras las elecciones de noviembre de 2011 pero, sobre todo, tras las de Galicia y Euskadi de estas últimas semanas hay un sentimiento que, me temo, cada vez es más común entre cierta parte de la ciudadanía: que cualquier cosa que le pase a esta agencia política del más puro golferío es poco en comparación a lo que en verdad se merecen. Un partido político cargado de incongruencias, con gente trepa y corrupta de todos los calibres, que renunció al marxismo en la etapa del infame Felipe González para plegarse a las clausulas del liberalismo con la falacia de la social democracia y donde nadie se le ha ocurrido quitar de sus siglas la incongruencia de Socialista y Obrero no sólo porque un poco de vergüenza no viene mal sino porque hace muchísimo tiempo este partido no es nada de esto.
Decía a los pocos días de los malos resultados electorales Alfredo Pérez Rubalcaba que el PSOE y el PP no son iguales en su programa y que en su partido hay una diferencia muy grande con los Populares pero, sin duda, el que tire de hemeroteca desde mayo de 2010, la fecha en la que José Luis Rodríguez Zapatero empezó los terribles recortes en los que nos hayamos inmersos, verá que la diferencia práctica entre ambos partidos es mínima por no decir simplemente terminológica ya que si ahora gobernara el PSOE estarían haciendo unas medidas muy idénticas a las de Rajoy, si no peores debido a la ineptitud de sus dirigentes. Para esta mala cualidad, por cierto, la de Zapatero que hasta Obama, que también están en campaña para las elecciones presidenciales del 6 de noviembre, ha puesto como ejemplo de lo que no se debería hacer en estos casos y que por negar la crisis que se nos venía encima estamos donde estamos. Esta misma semana en la Cadena SER, una emisora muy centrada siempre en la vida y obras de Rubalcaba por cierto, era entrevistado el presidente del partido, y Presidente de la Junta ERE de Andalucía, José Antonio Griñán, y dijo que fue un error reformar la Constitución para limitar el déficit público porque esta reforma nos ha lanzado de lleno a la desidia de los mercados. Griñán, con una actitud de imbécil impertinente, se ha creído que los ciudadanos somos completos imbéciles y que nos puede insultar a nuestra inteligencia de una manera despreciable. Si Griñán tenía algo en contra de la reforma constitucional, como ahora parece que tiene, debió haber hablado en agosto de 2011 que fue cuando el PSOE y el PP pactaron esta reforma durante un fin de semana, con el mayor de los secretos y completamente a espaldas de la opinión pública y en contra de los intereses de la ciudadanía que, por lo menos, debió haberse manifestado a través de un referéndum pues la reforma que se pactó y ejecutó ha dejado, para siempre, vendidos a los ciudadanos pues la capacidad de déficit es una posibilidad no sólo para financiar adecuadamente a los estados sino para corregir, a través de una deuda razonable, las desigualdades sociales. ¿No había nadie en ese partido que hace un año ya estuviera en contra de la reforma constitucional perpetrada y que lo manifestara en su tiempo y forma? Yo supongo que sí pero lo que hicieron fue callar como algo que les retratará para siempre: unos cobardes que sólo son capaces de hacer estas cosas a agua pasada porque siempre es más fácil y cómodo. Esta crisis está poniendo bien en su sitio a todo el mundo y al PSOE, a dirigentes como Rubalcaba y Griñán, los vemos al borde de la infamia que es como se define la actitud cínica que tienen en la oposición y que debería de enterrarles para siempre.
El PSOE lleva décadas inmerso en una profunda renovación perpetua que jamás acaba de cuajar, porque siempre son más de lo mismo, y que, curiosamente, sólo dura hasta que pillan poder que es la fase en la que se olvidan de las promesas hechas para hacer una sociedad más justa y redistributiva que con ellos se apuntala pero que jamás acaba de cuajar. Los dos presidentes que ha tenido este partido, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, se les recuerdan discursos emotivos en varias noches electorales, he entendido el mensaje dijo González la última vez que ganó las elecciones o el no os voy a defraudar de Zapatero cuando ganó sus segundos comicios, pero ya hemos visto que la estrategia de partido en estos años ha sido añadirse una costra de izquierda radical en la oposición, saliendo como salía Zapatero tras pancartas o quedándose sentado al paso de la bandera americana, para luego, en el poder, olvidar todo eso y gobernar para los banqueros pues no hay que olvidar que el último consejo de ministros del inepto de Zapatero indultó a Alfredo Sáenz del Banco de Santander con una condena firme en su contra.
Para hablar de circo que le crecen los enanos tenemos que hacer una mención especial al PSOE en Canarias que se ha convertido, por una miserable cuota de poder que CC les ha dejado para seguir con sus negocios personales, en el cómplice perfecto de los casi 20 años que la Coalición lleva en el poder. Decir los nombres de Casimiro Curbelo el putero bombero, Macario Benítez, Juan de Dios Ramos en Teror, Juan José Dorta en Icod de los Vinos, Pepe Segura, Javier Abreu eterno enchufado en La Laguna, Jaime Cejas o Pedro Martín de Guía de Isora sería hablar de corrupción añadiendo, como hago ahora, el adjetivo de presunta aunque, afortunadamente, la gente no se chupa un dedo. Además hay un signo que también sirve para reconocer a esta cuadrilla de dirigentes de este partido en Canarias y es que cuentan con actitudes chulescas que provienen de antaño y que son conocidas como actitudes caciquiles.
Cierto es que el PSOE sirve, hasta cierto punto, para neutralizar a la ultraderecha de Rajoy pero no es menos cierto que entre el PP y el PSOE, los recientes movimiento sociales les han dado en llamar PPSOE, son una doble marca tipo Coca Cola Pepsi y una misma cara de la moneda que, con leves matices, se han turnado en el gobierno en los últimos 30 años y que son los responsables de la desarticulación tan grande que atravesamos en la actualidad y los responsables de la actual burbuja inmobiliaria que ha dejado hundido a un país de 45 millones de personas hasta no se sabe cuándo. Si queremos seguir engañados y que las cosas no cambien entonces deberemos participar en el fraude de la democracia ceremonial que, sobre todas las cosas, sirve para perpetuar a este partido único de doble marca PPSOE. Sin embargo, para salir de la situación de terrible injusticia en el que nos hemos instalado debemos radicalizarnos en nuestras posturas ciudadanas y luchar contra estas entidades políticas promotoras del pensamiento único de una manera radical y expulsando a estos millares de apoltronados que tiene la desvergüenza de llamarse cargos públicos con los medios adecuados a cada situación porque si no lo que nos espera son muchísimos años de la más pura miseria.
Canarias 24 Horas, 29 de octubre.