Edurne
Uriarte no podía haber tenido más suerte en su carrera como periodista en una época en que los
profesionales de los medios padecen la mayor tasa de paro de la historia de la
democracia ceremonial: de la cutre, y deficitaria sin duda, pantalla de
ultraderecha Intereconomía ha pasado a ser tertuliana de una TVE remozada hacia
la falange que pagamos todos en el programa Los
Desayunos ahora sin una incómoda
Ana Pastor. Sin ser quién es, la esposa del actual ministro de Educación José
Ignacio Wert y extertuliano de la Cadena SER, nadie la conocería ya que ahora
mismo a cualquiera que se le pregunte sabe su nombre sino que es la mujer de Wert porque no tiene méritos
propios para ser conocida por su nombre sino con quien duerme. Por decenas se
cuentan ya los casos de nepotismo en los nueve meses que la extrema derecha del
PP lleva en el poder sin que nadie se escandalice realmente porque en una buena
tierra de caciques como es España los que han gobernado, el PP y el PSOE, han
colocado siempre a los suyos en los mejores puestos sin pudor alguno relegando
al del otro y condenando al
ostracismo al disidente.
Si
Ignacio Wert es capaz de hacer este tipo de cosas con su familia en una radio
televisión pública, que pagamos todos, pero que ha sido puesta al servicio
exclusivo del PP qué no será capaz de hacer en materia de educación un tipo
que, por las últimas decisiones, no tiene ni puta idea de lo que es la
educación. Sin echar de menos al PSOE en el gobierno sí que se añora a un tipo
decente, honrado, competente y el único que en más de tres décadas ha intentado
un pacto por la educación, sin duda el mejor ministro que tuvo nunca Zapatero,
como fue Ángel Gabilondo. Las necesidades de la educación en España no son las
de poner la religión allí donde estaba ética y ciudadanía, ni hacer reválidas
cada cuatro cursos en la educación obligatoria, ni la de subvencionar al Opus
en sus colegios segregados por sexos que deberían ser ilegales ni tampoco quitar
competencias a las comunidades autónomas. Las necesidades de la educación son
más bien dos: la de promover un pacto estable y duradero independientemente de
quién gobierne, mientras los miserables del PP y PSOE se pelean por llevar a
cabo su reforma cada vez que puede nuestros jóvenes se hunden en las simas del
informe PISA, y asegurarse que la educación recibe el dinero necesario, no el
desviado en subvenciones, y se la preserva de cualquier recorte. Todo esto es
justo lo contrario a lo que está haciendo el ministro Wert que no sólo busca
imponer su reforma educativa franquista
sino que esta legitime lo que está haciendo el resto del ejecutivo Popular en
materia de recortes pues la educación estará supeditada al cruel déficit y al
pago de la deuda y los distintos rescates a los que nos habremos de acogernos.
Desde
los años ochenta y el primer gobierno del PSOE de Felipe González se decidió consagrar
un sistema educativo mixto público privado que se gestó en el franquismo y
donde el dinero de todos los contribuyentes no sólo iba a parar a los centros
públicos sino también a sufragar la enseñanza privada con un término que se ha
dado en llamar concertada. Este tipo
de enseñanza sólo ha sido y se ha comportado como pública a la hora de recibir
fondos de todos los contribuyentes, los profesores son elegidos normalmente a
dedo y se evitan el sistema de listas y oposiciones de la pública pero sus
nóminas son pagadas por la consejería correspondiente, aunque se hayan
permitido el lujo de segregar a los niños que admiten en sus escuelas, los de malas notas y los inmigrantes no los quieren, al mismo tiempo que se cobra una suerte
de impuesto revolucionario a los padres por actividades que pueden pasar de los
100 euros, comedor aparte, o de pactar con las editoriales los libros de texto
hasta un 40 por ciento más baratos, sin repercutir dicho precio en los alumnos
cosa que sería ilegal según la ley del libro, haciendo una competencia desleal
a las librerías. En el Foro Contra la Incineración de Residuos hay un reportaje
muy clarificador sobre este tema con relación
al Colegio Nuryana en La Laguna donde se reflejan todos
los defectos y vicios de este sistema mixto de enseñanza que se ha fraguado en
este país por la caradura de los empresarios de la enseñanza, con el
beneplácito de la casta política, los sistemas de inspección escolar de las
comunidades autónomas y por la indiferencia ciudadana mientras los colegios
públicos debían de soportar hasta casi medio centenar de nacionalidades por
escuela como pasa en las zonas turísticas de Canarias.
Yo,
como todo el mundo supongo, he conocido a buenos profesores no sólo en el
pasado sino, además, en el presente cosa que parece imposible por las carencias
del sistema educativo que se basa en una buena ración de endogamia por parte de
los profesores, un sistema de beneficios y privilegios no escrito pero tolerado
por las inspecciones en torno a los profesores nuevos y los antiguos y un
desprestigio de la labor de enseñante de cara a una sociedad que debido a la
mala influencia de la telebasura predica justo lo contrario de lo que los
buenos profesores tratan de enseñar en sus aulas. El caso es que la enseñanza, a
causa de esta perversa endogamia, se ha torpedeado a sí misma debido a que los
respetables sueldos del profesorado han atraído a mucha gente de nulas
actitudes personales para la enseñanza y para estar con jóvenes, en las
oposiciones se valora las aptitudes en la materia a impartir únicamente, y se
han acabado por crear profesores de nulo compromiso con la enseñanza, quejicas
y con más vocación a los periodos de vacaciones y al sueldo que tienen a fin de
mes que a otra cosa. En este universo de mediocridad brillan los grandes
profesores que si bien pasan desapercibidos para su conjunto acabaran
produciendo un efecto parecido al puñado de profesores que nos dieron clase
cuando pequeños y que siempre recordamos sobre los otros del montón a los que
ya no sabemos sus nombres. Sé que esto que digo no es muy popular y que sería
más fácil criticar sólo al PP y a la reforma de Wert para que este texto gane
en popularidad pero si bien la responsabilidad política en la depauperación de
la enseñanza me parece impresentable no menos lo es la responsabilidad, la
falta de implicación y la mediocridad de muchos profesionales de la enseñanza para los que, y lo digo con
conocimiento de causa, lo último del sistema educativo es el alumno y sí el
mantenimiento de sus privilegios. De los sindicatos de enseñanza, sobre todos
los de Canarias que son los que más conozco, mejor ni hablo.
Como
la mayoría de las cosas en este país que han llamado España y que amenaza con
fracturas importantes, la educación no tiene remedio si no es volviéndola a
construir desde cero. Tal y como van las cosas antes que acabe esta década
habrá una nueva reforma educativa que reforme lo reformado de la anterior
reforma para parecer algo nuevo y no ser sino más de los mismo, desde 1970 ha habido siete reformas educativas,
y que tampoco se atreverá entrar de lleno en el problema de la enseñanza en
este país y que no son otras sino la falta de fe en los fines de la educación
como construcción de individuos concienciados, el dumping intolerable que establece la enseñanza concertada en
detrimento de la pública y la valoración del alumno como principal agente del
proceso enseñanza aprendizaje al mismo tiempo que la exigencia de éstos para ser
tratados como individuos y no con borregos por parte de las autoridades
educativas. Mientras esto sigua siendo así miserables del calibre de José
Ignacio Wert y su esposa o señoras como Pilar del Castillo alias del Caudillo, que fue la comisaria
política de Aznar en materia de educación, serán la norma en algo que produce
tanta tristeza como la educación, a la que se le exige de todo, y que debería
de crear ciudadanos y no operarios dóciles para el sistema laboral pero en la
que nadie jamás ha tenido fe en los últimos 40 años.
Canarias 24 Horas, 24 de septiembre de 2012.