Ni
Paulino Rivero, ni Ana Oramas, ni Ricardo Melchior, ni José Manuel Bermúdez, ni
Miguel Zerolo ni siquiera el primer imputado que tuvo esta formación en los
años ochenta Manuel Hermoso que supo eludir
la justicia cuanto todavía eran ATI como han hecho otros en el partido más
bananero que ha existido nunca, Coalición Canaria, pueden representar el
paradigma de esta formación carente de toda ideología salvo la de medrar en el
poder como tan bien lo hace el condenado a cuatro años y medio de
inhabilitación de cargo público por cohecho continuado José Alberto González
Reverón y, todavía, alcalde de Arona. Digo esto porque hasta el mismísimo
Presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero Baute, lo llamó en su día
para ver si le podía conseguir un enchufe a su sobrina en la policía local de
Arona: una de las chicas que se ha
presentado a las oposiciones es hija de mi hermano, a ver si puedes hacer algo.
Todo esto está ocurriendo en Canarias con la complicidad al completo del PSC
PSOE que por una miserable, rastrera, hedionda y ladrona cuota de poder en el
Gobierno de Canarias está haciendo el mamporreo a CC no sólo evitando que
desaparezca sino manteniendo a corruptos condenados como el mismo conseguiror
Berto Reverón al que, por cierto, en otra época criticaban sin tregua por
llegar a tener a la totalidad de su corporación imputada por diversos delitos.
En una lugar donde la decencia fuera la norma
fundamental del funcionamiento de sus instituciones, y de la clase política en
general, la mera sospecha de un cargo público, que cobran de nuestros impuestos
y cuya función principal es la de defender los intereses de la ciudadanía y de
la comunidad, una imputación y cuando menos una condena en primera instancia
como la de Berto debería significar una cosa: la inhabilitación de esta persona
para seguir en el cargo y su destitución fulminante o renuncia de este cargo
porque se supone que ya no cuenta con los requisitos de rectitud y honradez
mínimos para ejercer el cargo para el que fue elegido por la ciudadanía. En
nuestra sociedad se ha pervertido el lenguaje de una manera completamente indecente
hasta aprovecharse de la presunción de
inocencia que todo imputado debe tener hasta el final de las instancias
procesales pero esto no tiene que ver con que en determinadas circunstancias la
mera acusación de un cargo público sea suficiente para que éste sea cesado o
para que presente su dimisión más que sea por un mínimo de decencia. Es cierto
que hay una posible contradicción con que al final el imputado sea absuelto y
que le haya perjudicado el hecho de la lentitud de la justicia pero hay que
tener en cuenta que la lentitud de la misma justicia es responsabilidad única y
directa de toda la clase política que como legisladora que ha tenido cargos de
gobierno en este país y que han mirado para otro lado cuando, en épocas de
bonanza por ejemplo, no se invertía lo suficiente para que el sistema judicial funcione
de una manera eficaz y no deje a este tipo de imputados en una especie de limbo legal durante años hasta que se
celebran los juicios o, como en muchos casos, prescriben sus delitos.
Canarias
es una de las mayores vergüenzas existentes en los países de nuestro entorno
democrático por una nula calidad democrática, con una sociedad dormida cuando
no apesebrada por las papas, el mojo y el gofio de CC, una transparencia de
nuestras instituciones completamente nula y donde el caciquismo, que
tradicionalmente ha azotado a estas islas, no sólo no ha dejado de actuar en la
etapa democrática sino que se ha incrementado de manera escandalosa hasta hacer
que los caciques sean ahora más ricos que nunca y donde sólo 21 familias
controlen el 81 por ciento de todo el PIB de las islas. Desgraciadamente
Reverón tiene muy buenos aprendices y, por ejemplo, el alcalde de La Laguna,
Fernando Clavijo, es de la escuela de éste y sabe que la mejor manera de
gobernar es poniendo a sueldo a la oposición, como hacía Ana Oramas, y así
hacer lo que le dé la gana en La Laguna sin que nadie absolutamente sea capaz
de chistar a sus ocurrencias y extravagancias.
Pero
¿qué ha hecho CC a esta grave condena por un repugnante enchufismo de José
Alberto González Reverón, la primera de varias causas aún más graves que tiene
abierta en distintos juzgados? Simplemente mirar a otra parte mientras el
ilegítimo alcalde de Arona utilizaba cientos de miles de euros del presupuesto
de todos los contribuyentes para pagar su
defensa dejando claro que este señor es un chorizo, un mangante y una
persona que no conoce lo que es la vergüenza ni ha vislumbrado nunca el
significado de esta palabra. En todo ello ha sido el vicepresidente de CC,
Francisco Linares, el que ha dicho que la condena de Reverón, nada menos que
prevaricación continuada, no es justificación suficiente para que éste abandone
su cargo. Cuando uno oye esto, un simple trabajador como yo al que el PSOE y CC
le han subido el IGIC y está pagando ahora un 7 por ciento en la banda ancha
que uso para escribir esto y financiar este montaje que se llama democracia ceremonial canaria y que no es más que
un echadero que muchos se han preocupado en lograrse, le pasan muchas cosas por
la cabeza. Las que pueden nombrarse, sin miedo a una querella, son rabia,
impotencia, asco y, sobre todo, deseo de un pagar un céntimo más producto de mi
trabajo, al que ya se le arrebata una gran plusvalía, para financiarles el
chollo a esta chusma política de todos los colores, olores y sabores.
Esta
semana se ha conocido la imputación
de 33 antiguos altos cargos de Bankia donde destacan Rodrigo
Rato el supuesto hacedor del milagro
económico de la burbuja inmobiliaria, un mentiroso patológico del 11M como
Ángel Acebes, políticos de PSOE, PP,IU y hasta sindicalistos de Comisiones Obreras. Nadie se había atrevido a
denunciar la gestión de ese chiringuito financiero llamado Bankia salvo UPyD
porque recordemos que este partido, de tendencia falangista y que un fascista
declarado como Ynestrillas vota por él, no llegaron a tocar el poder de las
cajas de ahorros españolas y por eso se han atrevido
a poner la demanda como manera de hacerse propaganda electoral porque si no
hubieran actuado como la chusma de los otros partidos. Aún así bienvenida sea esta
denuncia abierta que, esperemos, las presiones políticas no lleguen a cerrar en
falso como siempre que pasa cuando se trata de impartir una cierta justicia en
este país que, al final, es un mero simulacro de ésta. Vamos a vivir una época
que va a ser muy turbulenta y donde pronto echaremos de menos los vicios de
nuevos ricos que teníamos hace apenas unos cuantos años. El único consuelo es
que personajes completamente inválidos e irrecuperables para la sociedad civil
como José Alberto González Reverón acaben sus días donde les corresponda y no
haciendo y deshaciendo con los impuestos de miles de ciudadanos para beneficiar
a sus fincas particulares. Que la justicia funcione es de las pocas cosas que
podríamos tener a bien los próximos años pero, seguramente, alguien llegará y
la acabará anulando. A eso hay que ponerle el cuño y ocurrirá como ocurren
todas las cosas en esta sociedad: porque los ciudadanos lo permitimos.
Canarias 24 Horas, 9 de julio de 2012.