Estos
días he visto cosas que nunca me hubiera imaginado que pudieran suceder. He
visto como los ineptos se hacían con el poder absoluto y traicionaban a los que
les votaron, y hasta los que no fuimos a votar siquiera, para arrojarnos a
todos en el más terrible de los abismos. He visto funcionarios tomar las calles
cuando les han recortado la paga de navidad y que antes, cuando yo salía a
manifestarme por todo lo que consideraba injusto sin planteamientos egoístas,
me miraban de soslayo tomando una caña en una terraza de la Plaza de la
Candelaria de Santa Cruz de Tenerife. He visto a diputados del PP aplaudirse a
sí mismos mientras ponían en marcha un recorte de 65 mil millones mientras una
vomitiva hija de papá, sin aviones, les decía a los parados qué se jodan. He visto la prima de
riesgo a 612 mientras el gobierno permanece escondido y Montoro se ha tenido
que tragar la risa cínica que lucía unos días antes. Todas estas cosas algún
día se olvidarán pero reconozco que alguna me ha causado cierto placer, por
haber pensado que mucho de lo que está pasando era posible, si no fuera porque
yo también me voy a hundir con el resto.
Yo
que siempre he sido un admirador de la movilización social, en forma de
manifestaciones pero también de otras que las hay, no puedo sino mostrarme
contento porque tras el 15M millones de personas de todo tipo de condición,
incluidos los funcionarios que sin discutir que se lo han ganado han sido un
colectivo privilegiado, se han echado a la calle y se han movilizado para
defender no sólo unos derechos propios adquiridos, eso lo hace el individuo
egoísta y son un tipo de movilizaciones abocadas al fracaso, sino los de
carácter colectivo. Algún día esta crisis pasará, a pesar que sea de carácter
sistémico y donde todo lo conocido hasta ahora se tambalea y caerá para siempre,
y es completamente deseable que suceda una cosa: que este ánimo de combatir las
injusticias no pare jamás y que tengamos una ciudadanía no sólo responsable
sino además en constante formación continuada capaz de hacer frente a las
mentiras del poder. Esperemos que pasada esta mala época que vamos a tener, nos
costará muchos sufrimientos y lamentablemente alguna que otra vida humana,
nuestra sociedad como colectivo y también de manera individual cobre dimensión
real de su importancia social y no dejemos que estos nos vuelva a pasar aunque
las armas de manipulación sean cada vez más sofisticadas.
De la excusa de esta crisis, el poder liberal
ha aprovechado el momento para desplegar la agenda que tiene sobre la mesa
desde finales del siglo XX, hemos salido tocados todos con la desprotección de
nuestros derechos que tardarán mucho en recuperarse pero lo más probable es que
muchos de ellos no se recuperen más. Todo salvo tres colectivos, en honor a la verdad habría que considerarlos como castas, y que son el casi medio millón
de cargos políticos y de libre designación en este país, la iglesia católica
cada día menos santa, más repúgnate y entrometida por las alas que la
ultraderecha del PP le da y el negocio del fútbol en general. Cierto es que somos tricampeones pero este no ha
servido para que la misión principal del fútbol profesional, esos clubes que
deben millones y millones de euros a la Seguridad Social y a Hacienda, que es
la de servir de cortina de humo de todo lo que sucede haya tenido la eficacia esperada desde el poder. Es
más, como colofón a todo esto los futbolistas de la selección española, que no
dudo que sean todo lo humildes que se quiera en un oficio que ha servido para
crear un puñado de millonarios bastante indecentes, tomaron los 300 mil euros
de prima en un paraíso fiscal, se cogieron un borrachera bastante asquerosa en
horario de prime time y no se les ha
visto más no sea que se vayan a acordar de ellos.
Yo
poco tengo que decir aquí sobre el rescate completo, cualquier cosa que se diga
ahora puede durar segundos viendo como se precipitan los acontecimientos, que
se nos viene encima que no hayan dicho ya muchos economistas, gente que por
otra parte han parecido tener tan poca idea como yo pues desde 2008 no han
hecho más que equivocarse, o gente como Paul Krugman que han mantenido cierta
decencia en todo esto. Si en Canarias vimos con el alcalde populista del PSOE
en Guía de Isora sacaba a una virgen para que se extinguieran los incendios que
amenazaban a Chío en el PP, los que el cobarde de Mariano Rajoy ha designado,
apelan al BCE para que pare la crisis de la deuda y la bolsa española y compre
la tan ansiada deuda en el mercado secundario. Uno se pregunta que qué tipo de
soberanía puede ser aquella que debe traer el sufrimiento en forma de recortes
a su población y debe apelar a sinvergüenzas como Mario Draghi o Ángela Merkel
que ya han dicho que no ayudarán a los países con su deuda desbocada, como
Italia o España, para que los especuladores de las deudas públicas ganen
muchísimo dinero con el hundimiento de España. Ya digo, si no fuera uno más de
todos los millones que vamos a sufrir con todo esto estaría contento de ver las
caras de gilipollas que se le han quedado a la totalidad de la chusma dirigente
del PP que juran sus cargos en nombre de dios porque no pueden prometer por una
consciencia y un honor que no tienen.
Aunque
Europa es ahora un mal para todas las economías europeas, caerá España y
probablemente Italia pero los especuladores no se van a estar quietos y nos van
a meter en una recesión sin precedentes, la Unión Europea nos ha hecho mucho
bien. En esta unidad hemos ganado mucho en un continente que tuvo las dos
guerras más devastadoras de la historia de la humanidad en el siglo XX con
millones de fallecidos y que siempre ha estado a la greña de una u otra manera.
Un periodo de paz y prosperidad relativo en el Viejo Continente ha sido algo
muy difícil de ver en toda su historia. Tuvimos la oportunidad que se
construyera la unidad en base a principios sociales y no a la especulación
financiera sin límite en la que nos encontramos ahora mismo. Salir de Europa
ahora es algo que nadie se le ocurre y que nos traería muchos inconvenientes
pero permanecer en una Unión donde psicópatas como Merkel y Draghi llevan las
riendas será algo que nos traerá mucha desgracia sobre todo por haber cedido
soberanía a instituciones en las que la democracia brilla por su más absoluta
ausencia. Ya digo, me alegraría ver como les revienta la cara a algunos si no
fuera porque a todos nos la van a reventar ésta.
Canarias 24 Horas, 23 de julio de 2012.