Cuesta
empezar a decir algo sobre la crisis que se cierne sobre todos nosotros primero
por pereza, personas más autorizadas que uno han dicho cosas más coherentes de
lo que yo diré aquí, pero especialmente porque todo lo que se enuncie en estos
turbulentos tiempos corre el riesgo de perder vigencia no sólo a los pocos días
sino a las horas de publicado. Lo que sí está desvelando esta crisis, que es
más moral y política que económica, es que ha tenido lugar por el triunfo claro
de la falta de moral y de la vergüenza en todos los órdenes de la vida. Los
políticos de todo signo, PP, PSOE, IU y demás franquicias nacionalistas, así
como los sindicatos anti obreros CC OO y UGT utilizaron las antiguas cajas de
ahorros como si fueran sus cortijos particulares, cosa que nos ha llevado hasta
el abismo en el que nos encontramos. De todas formas yo voy a escribir algo más
que nada por descargar un poco y por cumplir que crisis más fuertes, en lo
personal, no me lo ha impedido cuando menos el hecho, cada vez más cercano, que
España sea completamente intervenida.
En
realidad la intervención del país por parte de nuestros acreedores ya se ha
producido de facto y tiene fecha: 12 de mayo de 2010 cuando aquel inútil de
Zapatero, que hoy gracias a que Rajoy demuestra la misma inutilidad supina elevada
al cubo se le mira hasta con añoranza y con el cariño que le dedicamos a una
mascota perdida, decretó unos recortes en el sector público y en el estado de
bienestar que, por entonces, eran históricos pero que la terquedad de esta intervención de facto ha venido a
profundizar en fases sucesivas. Hacia lo que nos encaminamos estos días es hasta
la intervención completa de nuestras cuentas y de nuestras políticas por parte
de los acreedores que, conociendo el calado de moral baja de los que nos han
gobernado, hasta podría ser buena noticia si no fuera porque las condiciones
sociales que nos van a imponer para cobrar la deuda van a ser completamente
leoninas y por las que muchos nos acabaremos quedando por el camino. Después de
una Unión Europea construida por mercaderes, hasta la Reserva Federal Americana
es más intervencionista con su moneda
que lo es el Banco Central Alemán Europeo,
mal construida y que financió la corrupción en España con el tema de los fondos
de cohesión que tan bien le vinieron al país para despegar el posfranquismo
repugnante en el que nos hallábamos sumergidos aunque sirvieran para forjar un
nuevo caciquismo autonómico a parte de todos los parabienes que nos trajeron
esos fondos.
Ya
a nadie la cabe la menor duda: el nuestro es un país de chorizos. España es
como el amigo de la infancia que nos aparece un día y nos pide una importante
suma prestada para pasar una mala racha y
pagar el alquiler pero sabemos que lo que hace es irse de juerga por las
noches, levantarse a las tantas y lo que quiere es seguir con esta triste
dinámica con el dinero que le prestemos. La crisis de la prima de riesgo que
hemos atravesado esta semana más que de solvencia, dicen los expertos que lo
que estamos atravesando es un problema de liquidez derivado de la situación
económica, es una crisis de confianza. Viendo el festival de despilfarro que se
ha montado en este país durante años por los dos grandes partidos y viendo los
agujeros bancarios y las facturas que aparecen en los cajones de autonomías
como Valencia o Madrid es lógico que Alemania no quiera prestarnos el dinero
que nos hace falta para salir de esta y por eso nos exige que vayamos al fondo
de rescate donde las supervisiones son mayores. En menos de seis meses Mariano
Rajoy lo ha hecho tan mal que el poco prestigio que España como país pagador
que tenía se ha ido por los suelos. En este país ha surgido en los últimos
años, al amparo de los euros de cohesión y la casta política y financiera que
los administraba, una suerte de mafia y crimen organizado que nos pone a la
altura de Grecia o Italia donde este tipo de crimen tiene una tradición bien arraigada.
Si ya no nos fiamos nosotros de nuestros políticos es lógico que fuera tampoco
lo hagan y con más razón.
La
crisis de liderazgo es internacional y significa la derrota más que absoluta de
las democracias occidentales en pos del capitalismo más cruel y especulador que
ha existido jamás sobre la faz de la tierra. Ahora el sistema está tan podrido
que no existe nadie que sea capaz de devolver la esperanza a millones de
ciudadanos occidentales que durante muchos años hemos sido los privilegiados de
este mundo y, cuando menos, de los países que viven sumidos en la mayor de las
pobrezas. Nadie más que Obama ha tenido tanto apoyo democrático en lo que llevamos
del siglo XXI y, literalmente, los poderes fácticos que gobiernan a la sombra
se lo han merendado haciendo que en 4 años ni una sola de sus propuestas
tímidas pero vistas por muchos como radicales
con las que llegó a la Casa Blanca se hayan puesto en marcha. Estamos, por
tanto, más que vendidos porque si algo ha triunfado en estos años de bonanza ha
sido la falta de vergüenza.
En
un artículo firmado por tres economistas españoles que trabajan en
universidades anglosajonas publicado
en El País se aboga por un nuevo gobierno de tecnócratas como un
mal menor a los gobiernos de ineptos que hemos padecido estos años. Hay que
decir que la posible solución es tentadora pero también hay que pensar que
todos los tiranos siempre han dicho que vienen a resolver el problema mientras nosotros tenemos recientes a dictadores como
Primo de Rivera o Franco que, de una manera u otra, se creyeron dotados con cierta
capacidad divina de solucionar los problemas y, en el caso del segundo, nos condujo
a medio siglo de retraso con respecto a nuestro entorno donde todavía no se ha
hecho justicia con cientos de miles de muertos por la represión. No sé si un
gobierno tecnocrático o uno elegido en esta farsa que se llama democracia ceremonial es mejor a que nos
gobiernen directamente los agentes financieros que nos están estrujando pero se
echa de menos en el citado texto una declaración que abogue por una democracia
real y por la imposición de la ética en un mundo completamente degenerado.
Estos
días puede pasar cualquier cosa, me encuentro bastante negativo y veo una
intervención completa a nuestra economía de manera inminente, pero pase lo que pase hay
algo que es necesario evitar: que los causantes de este desastre económico sin
precedentes de la economía española y los que han hecho un agujero inmenso en
las cuentas de Bankia se vayan de rositas y, como otras tantas cosas, queden
completamente impunes como tanta impunidad se ha visto en España durante el
siglo XX. Una operación manos limpias
como la que se hizo en Italia en los noventa, aunque no con muy buen resultado,
se hace completamente necesaria por encima de partidos, jefaturas de estado y
con la vista puesta de que caiga quien caiga. Si esto no es así volverá a
confirmar la máxima que este país es un país de chusma, de mediocres, de corruptos,
de ladrones y donde la falta de vergüenza acaba siempre triunfando.
Canarias 24 Horas, 4 de junio de 2012.