En
2008 el funcionario de la Comunidad Autónoma de Canarias José Miguel Ruano, por
entonces consejero de presidencia del gobierno de Canarias, declaraba que cuando la cabra la haces funcionaria deja de
dar leche. Este señor, por decir algo amable de tan rotundo sin vergüenza,
hacía estas mismas declaraciones cuando ocupaba un despacho en el Edificio
Ovalum de Las Palmas de Gran Canaria que costaba a los contribuyentes de la
comunidad autónoma 210 mil euros al año y que había sido acondicionado con algo
tan necesario para la Consejería de la Presidencia como una ducha de
hidromasaje para uso exclusivo del consejero. Claro que él no iba a ser menos
pues recordemos que por aquellos días la exconsejera de educación Milagros Luis
Brito se había hecho instalar un ascensor completamente privado, para no
mezclase con la plebe trabajadora, en
el nuevo edificio de usos múltiples en Tenerife o Paulino Rivero se recorría
Canarias en sus viajes privados y romerías en helicóptero pagado por el
contribuyente mientras el matrimonio Rivero y su primera dama, Ángela Mena,
pasaban facturas de corbatas y peinetas exorbitadas al gobierno de Canarias.
Entonces
el cómplice de gobierno de CC no era
un sucio y traidor PSOE como se ha acabado por convertir en esta legislatura
sino el PP que, consecuentemente, guarda silencio pues la construcción de esta
instalación de hidromasaje fue aprobada por Paulino Montesdeoca que era
director general de patrimonio y contratación y que pertenecía al Partido
Popular de Canarias. Cuatro años después y tras haber estallado la peor crisis
que nos hemos enfrentado desde el final de la Segunda Guerra Mundial los
ciudadanos, contribuyentes netos a este montaje llamado democracia, nos
preguntamos no sólo por qué le teníamos que pagar los lujos a un impresentable como
Ruano, lujos que casi nadie nos podremos permitir nunca, sino cuándo fue el
momento en el que decidimos renunciar a nuestra parte de la soberanía popular a
una casta de parásitos, de la que forma parte este señor, y tapándonos la nariz
para que nos administraran al tiempo que saqueaban lo público para sus
intereses particulares pensado quizá que esto era un mal menor cuando ha sido el comienzo de todos nuestros males.
Pero
antes que José Miguel Ruano llegara nada menos que a la Consejería de
Presidencia, Justicia y Seguridad, se inventara
esa pifia de despilfarrar dinero público como ha sido la policía canaria,
conocida como guanchancha, y se
pusiera a insultar a los funcionarios, que pueden tener todos los defectos como
colectivo que se quiera pero no sólo son más decentes que individuos como este
sino que son usados por políticos de esta calaña para lanzar humo y tapar
errores muy graves de gestión, él también fue funcionario. En concreto tuvo el
cargo de letrado del Parlamento de Canarias y fue el ideólogo de la expropiación del edificio aledaño al
Parlamento, que da a las calles de Teobaldo Power y Castillo
conocida como Casa Singer, que tantas
complicaciones ha dado y tanto nos ha costado a los contribuyentes a parte de
pasar por la vergüenza de ser la primera sede parlamentaria del mundo de
naturaleza okupa e ilegal.
Curiosamente esta trayectoria profesional
como funcionario ha sido borrada en el currículum que
aparece en la web del Parlamento de Canarias, sólo se indica su licenciatura en
derecho por la Universidad de La Laguna, donde sólo aparecen los altos cargos
políticos de designación digital que ha ocupado.
Cuando
el PP todavía soñaba con desmantelar la educación tal y como está haciendo
ahora a nivel nacional Mariano Rajoy y sus secuaces, José Miguel Ruano puso en
marcha un calculado desmantelamiento de la educación pública canaria penando la
interinidad del profesorado, haciendo planes de empleo camuflados con
oposiciones y subvencionando más que nunca los centros concertados. Las cifras
negativas se dispararon: aumento de la ratio de alumnos profesor, tasas
espectaculares de fracaso escolar convenientemente disfrazado y encubierto con
el sistema de promoción del alumno propiciado por la LOGSE al tiempo que gran
cantidad de jóvenes abandonaban el sistema educativo hacia la construcción y la
hostelería propiciados por un sistema económico que construía sobre una
peligrosa burbuja especulativa que estallaría justo una década después. Esta
labor de destrucción del sistema educativo público canario fue continuada por su sucesora Milagros Luis Brito, llevando al
paroxismo los dogmas de su ideólogo Ruano, hasta el punto que se decía que la
educación en Canarias funcionaba de
milagro finalizando la primera década del siglo XXI con las peores cifras,
objetivamente hablando, de todo el estado español como se ha encargado de
reconocer tozudamente en informes independientes como el Pisa año tras año.
Para
demostrar que los políticos son una casta parasitaria y son el comienzo del mal
de todos los males que padecemos los ciudadanos recientemente tenemos el
ejemplo del gran Domingo Berriel. Yo no voy a poner en duda que como cualquier
ciudadano el consejero que mayor daño ha hecho nunca al medio ambiente de
Canarias en los 30 años largos de historia democrática tiene derecho a pedir
una subvención para arreglar embalses de agua en sus fincas privadas de Fuerteventura
pero hacerlo como ha hecho es algo completamente indecente, inmoral y carente
de toda ética. Que prácticamente sea él mismo el que se dé la subvención, a
falta de saber si el dinero que usa el Cabildo de Fuerteventura para estas
ayudas las da su consejería, sí que debería ser impedimento el hecho que este
individuo haya sido director del Consejo Insular de Aguas de esta isla. Aunque la
estrategia de Berriel fue colárnosla doblada a los ciudadanos y levantarse 51
mil euros limpios en subvenciones, personas como Jesús Giraldez supieron denunciar el tema
en su blog, si no jamás nos hubiéramos enterado de nada, y se
armó un revuelo mediático porque la caradura en esta época es algo francamente
repugnante. Y ahora que el mismo Domingo Berriel pretende hacerse el espléndido
diciendo que va a renunciar al dinero, a pesar que como ciudadano dice que le
corresponde, es cuando más hay que tener la guardia porque a mentirosos que
parecen patológicos como este señor jamás hay que hacerles caso porque si ha
sido capaz de llegar tan lejos con un catálogo de especies tan infame como el
que promovió y aprobó este hombre puede ser capaz de cualquier cosa.
Políticos
de casta parasitaria como los que aquí hemos hablando, y otros que al lector se
le puedan ocurrir, están completamente inhabilitados para la vida civil como lo
están muchos psicópatas para estar en sociedad o maltratadores de mujeres para
vivir en pareja. Empeñarnos en arreglar nuestra sociedad desde la política con
gentes de este pelaje no logrará otra cosa sino alargar la agonía en la que
estamos metidos pues a la casta que conforman partidos como los trileros CC,
PSOE y PP se le unen aquellos que van de alternativos de izquierda pero cuya
última instancia es perpetuar este sistema de cosas. Y no es que dudo de la
buena voluntad de esta gente pero el sistema está tan podrido que no puede
salvarse desde si mismo sino es necesario fundar uno nuevo. El cómo se podría
hacer esto es algo que trae muchas incertidumbres y miedos pero, sin duda,
representa algo que podría devolver la esperanza que muchos ya hemos perdidos
en un sistema institucional que se aboca a la más absoluta pérdida de
legitimidad. Y mientras Ruano se va a perder esto porque está en la ducha pero
espero que algún día se le pueda reclamar sus malas gestiones de lo público y
pague sus consecuencias con todo el peso de ley.
Canarias 24 Horas, 21 de mayo de 2012.