La
compañía de transportes de guaguas de Tenerife, TITSA, es a día de hoy lo más
parecido a un cadáver que pueda existir en el mundo del transporte público pese a que, de manera natural, debió haber sido la compañía sobre la que se tuvo que haber vertebrado el
transporte por tierra en toda la isla. Lo peor del caso es que a día de hoy no
parece ni por asomo que la situación penosa de esta compañía púbica, de la que
dependemos muchos ciudadanos todos los días, ni se vaya a resolver ni se espera
que esto suceda. Pero, ¿quién o quiénes tienen o tenemos la culpa que esto sea
así? Pues está claro que todos, empezando por los políticos de todos los signos
que jamás han creído en el transporte público, éstos representan el más
absoluto desprecio a todo lo que sea el interés colectivo, pero también sus
gestores, sus trabajadores, los sindicatos de esta empresa y, cómo no, los
ciudadanos que deberíamos haber apoyado siempre a esta compañía como si fuera
algo propio en lugar de obsesionarnos con llegar a todas partes con nuestro
coche.
Analizar
las actitudes ciudadanas o de por qué somos tan inconscientes como para ser los
responsables últimos de todo lo malo que nos sucede, pues promocionamos que
ello sea así con nuestra falta de acción, daría para muchas tesis doctorales
así es que, en este caso de TITSA, quiero analizar la debacle en la que se
encuentra esta compañía fijándome en los factores internos y políticos de esta
empresa. Una muestra de la gran desidia que existe en ella es que durante muchos
años un empleado de la compañía montó un sistema fraudulento para editar bonos
de guagua en la que se llegó
a estafar a la compañía hasta, nada menos, 3 millones de
euros. Igual que es muy difícil vaciar una montaña, la de Tindaya por ejemplo,
con una cuchara de café lo es robar de una empresa tal ingente cantidad de
dinero como son 3 millones a base de editar bonos de 12 euros pero parece que
estos sucedió allí sin que nadie se diera, aparentemente, cuenta pasando por encima
de los controles que en estos casos deben existir para emitir bonos, que al
final son dinero, y por la contabilidad que debió estar descuadrada durante
mucho tiempo. Es verdad que con la llegada del actual gerente, Juan Carlos
Pérez Frías, el tema se destapó y se puso en manos de la justicia, desconozco
cómo va el tema hasta ahora porque no sale mucho en los medios ya que deben
estarle tapando el culo a alguien, pero hay que recordar que este señor es un
comisario político de CC para desmontar la compañía y salvaguardar los
intereses de Metropolitano de Tenerife que es el que se está llevando la mayor
parte del pastel que ha perdido TITSA en todos estos años. Al mismo tiempo la
compañía cuenta con unos trabajadores que son, en muchos sentidos, una élite de
la clase trabajadora que, salvo honrosas excepciones, cuentan con una nula
solidaridad obrera y que han llegado a la empresa para satisfacer únicamente
sus intereses personales sin pensar que este sistema de transportes representa
una pieza fundamental para que en la isla de Tenerife haya una cierta movilidad
sostenible, cosa que cada vez está más lejos no sólo como objetivo sino también
como entelequia. De igual manera que el sindicalismo traidor es uno de los
principales problemas que tenemos la clase trabajadora lo tiene TITSA con la
sección sindical de Intersindical Canaria que a día de hoy es más Coalición
Canaria que nunca pues esta infame partido político, de origen caciquil, tiene
obsesión por controlar todo lo que se mueva para seguir 20 años más en el poder.
No hay más que escuchar a la posición mansa de Virgilio Gómez sobre el ERE que
pende en TITSA y que amenaza con hundirla para siempre.
En ningún lugar del mundo civilizado sucede lo
que ha sucedido en Tenerife con la irrupción del tranvía. TITSA jamás ha pedido
ni solo céntimo de compensación a Metropolitano de Tenerife porque ésta empresa
le haya arrebatado los trayectos más jugosos, líneas 013, 015 y el hecho que la
015 entrara en el corazón mismo de Santa Cruz, que eran el motor económico de
esta compañía y gracias a los que podía mantener servicios deficitarios, pero
completamente necesarios, a otros puntos de la isla. Nadie dijo nada de esta
saqueo a las líneas motor de TITSA, ni sus trabajadores, ni los sindicatos, ni
los viajeros que nos quedamos flipados por un transporte sobre raíles ni mucho
menos los políticos de CC, PSOE y PP cómplices de este pelotazo que fue la
construcción de dos líneas de tranvía en Tenerife que han venido a significar
la precarización de la movilidad a cientos de miles de ciudadanos mientras
Metropolitano se lleva el pastel de la movilidad y es la niña bonita de los
corruptos del Cabildo que han visto en el tranvía una forma de satisfacer sus
necesidades. TITSA no sólo debería reclamar la deuda de los ayuntamientos con
el transporte urbano sino exigir a Metropolitano una parte de la ganancia que
les ha dado a este tranvía los supuestos 15 millones de pasajeros que dice esta
empresa haber tenido este último año por la pérdida de los derechos de
explotación de unas líneas que eran naturales y legítimas de la compañía de
guaguas. Esto no va a suceder porque en esta empresa sindicatos y dirección se
ha puesto a trabajar en conjunto para satisfacer los intereses ajenos de
Metropolitano en contra los ciudadanos que dependemos de ellos en movilidad y para
una cierta sostenibilidad de nuestro territorio.
A
los ciudadanos con la liquidación de TITSA nos espera una movilidad más
precaria, más horas esperando el transporte público en paradas cochambrosas y
una reivindicación del transporte privado sobre todas las cosas. Resulta
vergonzoso como en esta tierra en general una chusma política trate de salvar
sus proyectos de pelotazos con los trenes en las dos principales islas cuando
en la de Tenerife no se puede mantener su principal empresa de transportes, la
que a más sitios llega y la que a más gente mueve en todo este territorio, y
que se supone que es una ridícula deuda
de 4 millones cuando las cifras de los trenes son todas milmillonarias y un
sistema excesivamente caro de mantener, cosa que por aquí no nos podemos
permitir el lujo porque nuestras necesidades reales son otras.
Muchas
veces he defendido que la movilidad pública en unas islas como las nuestras
pasa por la guagua, afortunadamente no he sido el único, y he sido criticado
por flipados de los tranvías y los trenes que ven el progreso con una visión
provinciana de que lo que hay fuera es
mejor cuando nuestras posibilidades y nuestro territorio demandan otras
cosas más sencillas pero eficaces. Lo que he dicho está en mi blog y no puedo
inventarme la excusa, como sí han hecho otros, que ha sido atacado por piratas
informáticos para borrar mi pasado digital porque, ciertamente, los servidores
de Google son prácticamente inexpugnables y ya tendría gracia que fueran a atacar
el mío con los millones que hay en el mundo más interesantes. Lo bueno de esta
crisis es que está poniendo a todos y a todo en su sitio y que, como bien se
dice en Canarias, nos hemos estado tirando el pedo más grande que el culo. Las
nuevas leyes laborales diseñadas por PSOE y PP en los dos últimos años son la
excusa perfecta con la que se cuenta para liquidar definitivamente esta
compañía y rebajar los derechos laborales de los trabajadores de TITSA para que
esta empresa sea algún día interesante para inversores privados que desean
trabajadores baratos y que la acabarán por adquirirla saneada. En este sentido
el ERE que pende sobre la plantilla al completo no es una solución definitiva
como dice Virgilio Gómez sino el comienzo del fin. Luego los trabajadores de
TITSA harán huelgas que nos perjudicarán al resto de los ciudadanos y nos
pedirán una solidaridad obrera que jamás han tenido con otros porque siempre
han sido lo que son: una élite laboral con capacidad de perjudicar a cientos de
miles de personas pero son una solidaridad nula. Todavía estarán a tiempo de
hacerlo pero, seguramente, esto no va a pasar.
Canarias 24 Horas, 16 de abril de 2012.