Lo más fácil que existe a día de hoy es criticar a las Comisiones Obreras y a la Unión General de Trabajadores. Pocas organizaciones mafiosas y de golfos traidores como estas centrales pseudo sindicales lo han podido hacer tan bien, evidentemente muy mal para la clase social a la que dicen representar, para que cualquier cosa mala que se diga de ellos, o que les pudiera pasar en el futuro como organización, se quede corta en comparación con lo que de verdad se merecen. Sin ellos los trabajadores estaríamos mejor, organizados por nuestra cuenta o en el entorno de otros sindicatos reales que todavía los hay, lejos de su lameculismo con los gobiernos de turno, sus complejos de inferioridad frente al poder patronal, sus cursos de mierda que nunca se celebran y con los que roban a millones de trabajadores para financiarse, su afinidad a partidos descaradamente ultraliberales como el PSOE y todo el uso miserable y mezquino que hacen de los trabajadores en general para mantener sus prebendas y a los gandules que mantienen como liberados sindicales. Lo complicado es hacer una crítica desde el progresismo de la izquierda que no se manche del resentimiento que han generado estos miserables pero, sobre todo, que no se parezca con la que hacen estos días la derecha mafiosa que se ampara en las siglas del PP.
Hemos escuchado críticas muy duras en contra de estos dos sindicatos que vienen de la ultraderecha del PP empezando por la señora Botella esposa de Aznar y alcaldesa sobrevenida de Madrid que nadie eligió en las urnas. Y es que UGT y CCOO después de muchos años de deber gratitud estomacal a los gobiernos de turno y mantener una falsa paz social, nunca puede haber paz entre trabajadores y empresarios pues por definición estas dos clases deben estar siempre en conflicto de intereses, en la que aprovecharon para consolidar sus cuentas de resultados y sus entramados empresariales que hacen los mismos contratos basura que luego parecen criticar se les ha ocurrido ahora hacer una manifestación en Madrid el día 11 de marzo aniversario de los atentados terroristas de Atocha. La verdad es que como ciudadanos los sindicatos pueden hacer una manifestación cuando les dé la gana porque el día en el que, tristemente, se conmemoran las 191 víctimas de Al Qaeda se harán más cosas en Madrid, no sólo en la capital, como misas, comidas familiares, partidos de fútbol, excursiones por la montaña y paseos por el parque. Ese día millones de ciudadanos harán muchas cosas y nada se debe dejar de hacer para honrar a las víctimas pues, seguramente, la mejor manera de hacer esto es teniendo la vida normal que a esas 191 personas y a sus familias se les arrebató aquel día de marzo de 2004. CCOO y UGT son muy dueños de manifestarse todas las veces que se les venga en gana, faltaría más. La pena es que la pose que están haciendo ahora en contra del gobierno del PP amenazando con una huelga general contraste con los ocho años en los que Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo se han puesto de rodillas ante el gobierno del PSOE, con ello han puesto de rodillas también no sólo a sus afiliados sino a la totalidad de la clase trabajadora que ha visto como trabajar se ha convertido en algo cercano a la esclavitud, para levantarse las subvenciones con las que mantenían su empresa sindical que sólo ha servido para mantener a miles de vividores a costa de la clase trabajadora en general. Viendo estas circunstancias y el revuelo que han montado con esta derecha rancia bien podía haber elegido otro día, el día 10 no hubiera estado mal, pero pudiera ser que esa fecha no les cuadrara con las reservas en restaurantes que ya tenían hechas.
En un país como España donde la corrupción ha constituido un estado paralelo compuesto por políticos, directivos de grandes empresas, banqueros y jueces que gobiernan a la sombra las organizaciones sindicales CCOO y UGT han entrado también en este sucio juego y son, a día de hoy, parte del problema que soportamos las clases medias depauperadas de trabajadores que somos las que mantenemos el sistema con nuestros impuestos. Todos recordamos la estafa a la que la UGT sometió a miles de familias con el tema de la promotora de viviendas PSV o más recientemente el montaje de la Fundación Fundescan de este mismo sindicato en Canarias donde les aplicaron las mismas leyes de despido que oficialmente criticaban a 160 trabajadores mientras sus directivos se apropiaban indebidamente del dinero de la Fundación o como vemos que antiguos miembros de CCOO denuncian que esta central sindical cobraba mucho dinero de los empresarios por hacer retroceder los derechos de los trabajadores negociando a la baja convenios de sectores como el la banca y demás. Probablemente la lista sería muy larga y el olvido ha hecho que sea complicado elaborarla de manera sistemática pero los casos están ahí y son sonoros ejemplos de corrupción y traición a los intereses de toda una clase social.
UGT y CC OO tienen una larga historia en la lucha por los derechos de los trabajadores, la Unión General es una sindicato histórico y Comisiones fue fundada por Marcelino Camacho durante el franquismo en cuyas cárceles pasó mucho tiempo por defender a los trabajadores, pero precisamente en la época en la que se supone que gozan de una mayor libertar donde estos sindicatos han perdido completamente su razón de ser y han pasado a convertirse en el peor problema que tiene hoy en día la clase trabajadora. Lo peor de todo es que se han arrogado con la supuesta exclusiva de ser la referencia en la defensa de los derechos de los trabajadores, posición que nadie les ha dado y que hace mucho que no se merecen, en virtud de unas elecciones sindicales que son puro amaño y de las que la mayoría de los trabajadores pasan completamente porque en sus empresas no hay posibilidad de representación sindical. Las leyes laborales y las conquistas sociales, que costaron muchas vidas y el sufrimiento de muchas personas, han sido completamente desmanteladas por el PSOE y el PP y a día de hoy son completamente irrecuperables con el modelo existente no sólo de representación política sino de defensa de los derechos de los trabajadores cosa que ha ocurrido con el beneplácito de estos supuestos sindicatos. En lugar de reconocerlo y buscar la manera de luchar contra el sistema que se nos impone desde Alemania y las estructuras mercantiles mundiales juegan a engañar a quienes dicen representar para salvar su propio culo.
Mientras los afiliados de CCOO y UGT que mantienen este montaje aguantan lo que se les eche, como hace el cornudo consentido, pensando que su labor es la del sindicalismo activo cuando lo que hacen realmente es financiar el nivel de vida de los cuadros directivos de estas empresas basadas en la venta de los derechos de los trabajadores y que hace ya mucho tiempo han perdido la vergüenza. Esta crisis se está gestionando para que las cosas se mantengan, cuando ésta pase que algún día lo hará, tal y como han estado hasta el momento sublimando cualquier política que se haga al demagógico plan de que cualquier cosa vale si se crea empleo. Hasta que los trabajadores, la ciudadanía en general, no seamos conscientes del poder que tenemos como masa y nos empecemos a quitar de en medio a esta casta formada por políticos corruptos, empresarios mafiosos y sindicalistos y veamos como un todo el problema, y no por partes como nos empeñan en hacernos ver, la situación seguirá beneficiando a las clases dirigentes mientras seamos los miembros de una clase media cada vez más pobre los que financiemos este montaje de democracia ceremonial.
Canarias 24 Horas, 5 de marzo de 2012.