Durante
los últimos días de 2011 saltaba la liebre en las redes sociales y mucha gente
comenzó a mirar como un escándalo que los sitios de El Corte Inglés, La Casa del
Libro y Amazon tuvieran entre su
catálogo en línea el libro Comprender y
sanar la homosexualidad de Richard Cohen traducido y publicado en España en
2004 por la editorial falangista Libros Libres,
la edición original es al menos de 2000 en Estados Unidos, y que hasta entonces
había permanecido prácticamente inédito
para millones de lectores. Para quien sepa un poco de libros tendrá claro que
un libro editado hace ocho años en una única edición está prácticamente
descatalogado, puede quedar algún ejemplar residual en alguna librería, y si no
se ha descatalogado oficialmente es porque a la editorial le interesa que
aparezca en catálogo para engordar sus supuestos fondos sobre todo para una
editorial como Libros Libres que ha
vivido durante mucho tiempo de las compras institucionales que le han hecho las
diputaciones y gobiernos locales del PP, como también por subvenciones, y que
lo han hecho no por lo excelso de su catálogo sino para inyectar dinero público
en una editorial privada puesta en marcha por instancias cercanas a la
ultraderecha de este partido político.
A
mí el libro de Cohen me parece infame, y sé de lo que hablo porque en la época en
que se publicó pasó por mis manos y me pareció no sólo un insulto a los
homosexuales sino a la inteligencia humana en general, pero la campaña que se
ha montado en la red, a estas horas en la plataforma
Actuable se ha recogido más de 47 mil firmas para que estas
tiendas online lo retiren, me parece no sólo un despropósito sino que
tristemente ha contribuido a hacer propaganda, completamente gratuita, a un
libro que siendo de unos planteamientos tan repugnantes había pasado
desapercibido para la mayoría durante estos ocho años. A mí no me gusta el
libro, supongo que como a la mayoría de las personas que tengan un poco de
sensibilidad, inteligencia y sobre todo vean como algo normalizado en nuestra
sociedad civil la homosexualidad, pero no creo que haya que hacer campañas en
contra de este texto ni para quemarlo ni para prohibirlo como se ha insinuado
por ahí a menos que de manera explícita en su línea editorial, que no recuerdo
en detalle la verdad, se haga apología en contra de un grupo social como es el
colectivo de homosexuales. Según datos
de Cegal en Red, asociación que ampara a la mayoría de los
libreros independientes de España, en sus librerías sólo se vendió un ejemplar
en 2011, en marzo, y actualmente no está disponible en ninguna de sus librerías
afiliadas. Sólo falta que este libro salte ahora a algún programa de telebasura
que enmierdando el panorama busque una polémica fácil para que, esto es de
cajón, la editorial se plantee reeditar el libro seguramente con un relativo
éxito de ventas las primeras semanas.
Puestos
a quejarnos de libros y a hacer campaña no sé qué están esperando los
promotores de ésta sobre el libro de Cohen para denunciar la basura y las
terribles falacias que publica Libros Libres
con cinco libros de un fascista ex maoísta como Pío Moa revisando la Guerra
Civil Española sin rigor histórico a favor del franquismo, en esta línea
destaca un libro de puras mentiras titulado Contra
la mentira, las patrañas que se han publicado en esta editorial a favor de
la tesis del 11m como un atentado llevado a cabo por ETA y sus campañas infames
contra todo nacionalismo que no sea el nacional católico español en especial
contra el catalán y vasco. Y es que salvo Pío Moa, este ser despreciable ha
levantado muchas polémicas entre historiadores serios que le han seguido el
juego hasta cierto punto, casi todo lo
que publica esta editorial pasa desapercibido porque, afortunadamente, una gran
parte de la ciudadanía está muy al margen de toda la basura que publica esta editorial.
Reconozco que con esto que escribo yo también le estoy haciendo un poco de
propaganda pero valga ésta para poner en duda lo que bajo mi humilde punto de
vista ha sido una torpeza, no dudo nunca de la buena fe de los promotores, con
esta campaña en contra del libro de Cohen.
La
red se ha vuelto un sitio muy tortuoso sin que nos diésemos cuenta. La
expresión lo vi en televisión para
dar credibilidad a una noticia o acontecimiento ha sido sustituido por la de lo encontré en internet. Ahora mismo la
red se ha convertido en un sitio magnífico para colaborar e intercambiar
pensamientos pero es millones de veces más peligroso para expandir patrañas que
la televisión lo ha sido hasta hace unos años. La red está cargada de personas
con buena fe pero también de empresas que hacen jugosos negocios con nuestros
clics y gabinetes de opinión que contratan a trolls, los hay también voluntarios claro, para cambiar y
tergiversar las opiniones vertidas en foros y sitios de opinión largando cuando
menos medias verdades pero, por lo general, mentiras y pura demagogia. Las
nuevas tecnologías necesita un nuevo tipo de ciudadano, tecnológicamente activo
pero también desconfiado y con la capacidad de contrastar todo lo que le llega
como verdadero a su cuenta de correo electrónico. Hace tiempo un sexagenario
columnista de los movimientos sociales tinerfeños, que antes de jubilado fue
periodista y columnista de prestigio, me hizo llegar a mi correo una
información que documentaba de una manera grotesca, en realidad era lo que en
términos de internet se conoce como hoax,
que el megalítico monumento del Stonehenge
era un fraude que había sido realizado en 1901 a
lo que le señalé su error por lo que publico para sus contactos una suerte de
rectificación. Años después me enteré que en un periódico vecinal este mismo
sexagenario censuró un artículo en el que dejaba mal a un pariente suyo, ya
fallecido, porque lo señalaba con argumentos y pruebas como había sido un falangista
infiltrado en el PCE.
Hacernos
ciudadanos cuesta. Es un trabajo constante que jamás estará terminado pero que
se enriquece con el día a día. Lo fácil es ser impulsivo, supongo que en los
seis años que llevo escribiendo he cometido alguna falta como de las que ahora
mismo me quejo pues no voy a ser yo quien diga que estoy libre de culpa, pero
saber esto resulta clave para no sólo entender en nuevo paradigma de
comunicación en el que estamos viviendo sino como salir victoriosos en nuestra
lucha diaria. Es algo tan descomunal que resulta harto fascinante. Espero que
esta reflexión sobre el dichoso libro de Cohen sirva para contribuir a un
debate en positivo pero sobre todo para que se entienda que la buena fe, por si
sola, no siempre tiene por qué ser positiva.
Canarias 24 Horas, 9 de enero de 2012.