El Cuadrilátero durante el dispendio de La Noche en Blanco |
El Cuadrilátero todavía a las diez de la mañana era un cúmulo de suciedad mientras Clavijo debía dormir plácido en su tranquila casa. |
El ayuntamiento de La Laguna celebró la tercera edición de La Noche en Blanco, o noche sin blanca pues así anda todo el mundo a final de mes pero también por como se deben haber quedado las maltrechas arcas municipales tras este dispendio, este 26 de noviembre a mayor gloria de comerciantes y empresarios del ocio nocturno. Nada que objetar a que promocione el comercio del centro urbano de La Laguna ni al indudable éxito que se debe estar leyendo ahora en todos los digitales pero sí a estos dispendios con dinero público que acabó siendo la noche de los coches amen que se llenara este espacio urbano con miles de personas rozando la seguridad en un lugar poco habilitado para ello. La obsesión de que en cada rincón hubiera alguna actividad fue tal que, desconociendo al lumbreras que se le ocurrió tamaña estupidez, que el alcalde de La Laguna Fernando Clavijo montó un concierto hasta las tres de la mañana en el centro de ocio nocturno conocido como El Cuadrilátero porque este señor, cuyo patrimonio ha subido obtensiblemente desde que es alcalde al tiempo que esto le servía para su esposa encontrara un trabajo en Metropolitano de Tenerife, ignora desde su cómoda casa el nivel de ruidos constantes que soporta esta zona y donde, todas las noches, son en blanco. Nada que objetar a que la gente haga música y pueda vivir de ello pero como dice un amigo ya no se es original ni el el pecado. Y es que la SGAE está en baja forma pero lo que allí se oía, en buena parte de la noche, eran simples versiones de canciones de los ochenta dándonos a entender algo que gusta mucho en este mundo de mediocres: enriquecerse a costa del trabajo de los demás. O de la salud de los vecinos como hacen en esta zona la mayoría de locales de ocio que está mal insonorizados y, algunos, hasta hace bien poco no tenían el requisito fundamental de la doble puerta para impedir que salgan al exterior sus ruidos. Con lo bien que hubiera quedado para esta zona hacer un tipo de actos culturales menos ruidosos pero que se acercaran más a las consciencias como pasacalles, títeres y demás actos que fomenten la participación y no la fiesta por la fiesta. Fernando Clavijo ha puesto una nueva espinita en la zona más castigada del municipio por los ruidos de gente desaprensiva con este macrobotellón. Todo valga para que sus mediocres mandatos se disimulen y sea recordado como el alcalde que hacía estos grandes eventos porque ya sabemos que es muy fácil disparar con pólvora ajena o, en este caso, jugar con la salud y bienestar de los demás. Desgraciadamente Canarias está llena de personajes tan lamentables y mediocres como este Clavijo.