Bastó
simplemente que Papandreu rascara apenas en la costra del sistema para que
todos aquellos que se arrogan de democráticos dejaran ver, quitándose la piel
de cordero que les esconde, lo que son realmente estos personajes mediocres y gentuza
irresponsable como Sarkozy y Merkel: unos lobos. Lo malo de tanto cinismo es
que nos hemos convertido en inmunes para reconocer lo evidente y hemos dejado pasar como normal e inexorable todo
aquello que en realidad es degenerado. No es cierto que la Democracia se arregle con menos democracia
como hemos visto hacer esta última semana tras el amago de referéndum para
aceptar las durísimas condiciones a la ciudadanía griega por parte del núcleo
dirigente de la Unión Europea de Francia y Alemania sino todo lo contrario:
esta crisis es fruto de una falta absoluta de valores de índole democrática y
una falta mínima de transparencia en la gobernanza. Muy mal tienen que estar
las cosas, pero realmente mal, para que un país con un escaso peso económico
entre los 27 países de la UE como es Grecia, algunos economistas lo cifran en
no más de un 2 por ciento, no sólo haya puesto en jaque a la economía
comunitaria sino a la mundial esta semana y que la solución que se propone sea
un absoluto rechazo a todo lo que huela a soberanía popular.
La
propuesta de referéndum de Papandreu, hecha en un país en ruinas que hace 25
siglos fue la cuna de la democracia y que ya muchos irónicamente dicen que será
nuestra ruina, no fue una propuesta sincera sino un farol en toda regla que
buscaba no sólo presionar a los países europeos sobre la quita de la deuda
griega sino que se entendía como un acto para resolver un asunto doméstico y presionar
a la oposición del partido conservador, la misma que maquilló durante muchos
años las cuentas del país con la ayuda de Goldman Sachs. Si de pequeño a
Papandreu no le enseñaron que jugar con fuego podía ser peligroso de mayor se
atreve a hacerlo con algo tan importante, algo por lo que mucha gente ha
luchado y ha dejado sus vidas, como es la Democracia y ha sido capaz de jugar
con ella comportándose con sólo como un Maquiavelo del siglo XXI sino dejando
la palabra Democracia, junto con el concepto que implica, a la altura del
betún. Esto, sin embargo, es un mal de este movimiento conservador y oportunista
llamado socialdemocracia que en países como España, Gran Bretaña, Alemania o
incluso Francia han llegado a ser peores que los partidos conservadores no sólo
desarrollando las políticas antisociales de estos partidos sino llevándolas a
cabo en connivencia con éstos cuando no de motu proprio.
Sin
embargo creo que lo repugnante de todo el asunto no es el episodio
protagonizado por este Maquiandreu
moderno sino la crítica unánime en contra del legítimo derecho del pueblo
griego, de todo pueblo en realidad, para pronunciarse sobre un tema que les va
a tener atados durante generaciones y cuyas consecuencias las van a sufrir
personas que todavía no han nacido. Si entre los políticos hubiera imperado
otro tipo de voluntad los banqueros estarían en la cárcel hace un buen tiempo y
todo, no sé si de mejor o peor forma, sería ahora completamente distinto. Lo asqueroso
ha sido escuchar no sólo a los políticos en general, estos malnacidos lo único
que saben hacer desde has tiempo es guarecer su propio culo ante todo lo que
está cayendo y hasta se entiende su
actitud, sino a los tertulianos y opinadores
al servicio del sistema haciendo no sólo un absoluto ejercicio de cinismo sino
unas piruetas verbales insostenibles para opinar que la Democracia se la defiende con menos o hasta ninguna democracia.
Salta
a la vista que el sistema político no está hecho para defender los derechos de
la ciudadanía, ni para que éstos se extiendan ya que el trabajo a destajo de
millones de chinos sin las más mínimas garantías laborales viene para apaciguar
nuestras deudas púbicas, sino para imponer los derechos del capital, de los
llamados mercados y los derechos de los bienes y las propiedades de las grandes
empresas auspiciadas por la banca que es la que, en última instancia, pergeña las
políticas que nos afectan no sólo ahora sino a generaciones venideras cuyos
miembros están hoy aún pendientes de nacer. La democracia es una ceremonia sin
el más mínimo sentido democrático donde todo se basa en elegir, por ejemplo, entre
la derecha a la que representa Rubalcaba o la ultraderecha liderada por Rajoy.
No creo que sea hoy otro sentido el que se pueda dar a las elecciones porque ya
hemos visto que esto no se arregla en las urnas ni llevando a un parlamentario
a Madrid como dicen los caraduras de Coalición Canaria cosa que también ha
calado en alguna que otra organización de la supuesta izquierda alternativa
canaria, esa que tan bien conjuga en negativo el yes we can de Obama, para hacer lo que desde tiempos inmemoriales
hacen los representantes políticos electos: reírse en la cara de la ciudadanía
y faltarles el respeto con este tipo de cinismo.
Los
ciudadanos están muy cabreados. En Grecia es hoy en día un peligro ser político
y andar por las calles pues parece que dicen que tiene peligro de ser
linchados. En lugar de que los políticos griegos que engañaron al mundo pillen
cárcel por el fraude que han hecho y con el que han hipotecado la vida de
millones de griegos los próximos 50 años la oposición pacta un gobierno de
salvación con sin un Papandreu que deberá de dimitir. El cinismo es tan grande
que desde el 1 de noviembre el Presidente del Banco Europeo es e italiano Mario
Draghi que tuvo responsabilidades en la empresa Goldman Sachs cuando fueron
maquilladas las cuentas griegas por las que todos debemos estar muy preocupados
porque lo dicho, el mundo está pendiente a una economía que no representa ni el
dos por ciento de la Unión Europea. Poner a un lobo a vigilar las ovejas
no sé si será lo correcto pero es una
muestra más del cinismo en el que nos hemos instalado, supongo que ya para
mucho tiempo. Si hay algo que no tiene límites es la capacidad de sufrimiento
de los individuos pero las revueltas sociales en lo que se ha dado en llamar el
primer mundo están a punto de estallar porque se están rebasando los límites
que la gente puede aguantar. Ojalá me equivoque pero este tipo de cosas en unas
generaciones que sólo hemos conocido el bienestar, aunque fuera tan falso como
resultó ser, va a significar un paso traumático por decir algo suave.
Canarias 24 Horas, 7 de noviembre de 2011.