Estamos
asistiendo a un desmoche sin precedentes del estado de bienestar, en todas sus
formas, y lo peor de todo es que estamos en un momento incipiente de todo este proceso
porque entre el PP y el PSOE todavía les queda mucho que recortar, extinguir,
privatizar, repartir a sus amigos, sacar al ejército a resolver problemas
laborales o enmierdar cien constituciones más. En un movimiento que nos hacen
ver como inexorable, hay que ofrecerle sacrificios al dios de los mercados cada vez más jugosos, se está dilapidando la
fortuna que tantas décadas se costó ganar construyendo un estado de bienestar,
imperfecto pero con elementos sociales como la educación y la sanidad semi púbicas, mientras no se llega ni a vislumbrar
el final de la crisis, la sangría del paro sigue en aumento y las policías del
PSOE y de CiU se ceban, con sus elementos fascistas incontrolados pero
seguramente aplaudidos por altas instancias políticas de estos partidos, de una
manera brutal y violenta contra los indignados del 15m que los grandes medios
de comunicación, todos pues ya no hay grupos progres que alienten el pensamiento libre, se han encargado de cargar
a la opinión pública de prejuicios mientras se criminalizan las organizaciones
sociales a través del miedo que muchos ya estamos empezando a percibir pues
parece que no hay futuro.
Rubalcaba
y Rajoy, representantes del bipartidismo a la manera de la doble marca Coca
Cola Pepsi Cola, están más ocupados en tirarse los trastos a la cabeza, uno a
lo cínico porque promete cosas que estando todavía en el gobierno no se ha
preocupado jamás en cumplir y el otro tragando nudos por no revelar el programa
oculto de su partido cada vez que da un mitin o hace declaraciones, cuando la
verdad que está detrás de todo es, esta sí, inexorable: que ninguno de los dos
va a gobernar de verdad porque se ha demostrado que la política es un oficio de
peones completamente sustituibles que ya no mandan nada. Los dos ofrecen su
manera de ver el déficit y proponen su particular método de sistema fiscal.
Para Rubalcaba hay que aumenta el impuesto de patrimonio y que paguen los que
más tienen, como si esto fuera tan fácil, y Rajoy dice que él no subirá
impuestos sino que con la adecuación de lo que se recauda se podrán hasta bajarlos
en una época que las entradas de dinero de todo el estado hacen aguas por todas
partes. Mientras tratan de ocultar el terrible problema del paro con ideas
ingeniosas como la de fomentar a los emprendedores por parte de Rajoy que es
líder de un partido que ha vivido de los grandes pelotazos inmobiliarios y con
décadas de gobiernos que se ha burlado de todo aquello que suene a I+D. Yo no
sé si se podrá hacer que los más que tiene paguen proporcionalmente más, creo
que mientras existan los paraísos fiscales y las artimañas legales para
escaquear impuestos esto es algo imposible, pero en Francia y en algunos países
los que más tienen han pedido asumir
un aumento de sus impuestos para que se graven sus rentas. No creo que estas
declaraciones se muevan por la solidaridad más pura sino que están haciendo,
por lo menos en teoría, una cura en salud de la que se le puede venir encima
porque parece que la crisis puede llegar más lejos y están viendo importantes
revueltas sociales y peligrar al completo todo su sistema de vida.
A
juicio de los funcionarios inspectores de hacienda, las voces sin duda
autorizadas que han sido completamente olvidadas en este debate, el problema
que nunca ha habido coraje para abordar es el control del fraude fiscal no
tanto de las grandes fortunas sino de las grandes empresas. En datos este
fraude se cuantifica que aproximadamente uno de cada cuatro euros que se
mueven, un 25 por ciento del total de toda nuestra economía, lo hace en negro y
se calculan en unos 89 mil millones de euros los que escapan al control fiscal.
Mientras la gran masa de los trabajadores, la ciudadanía en general que vive de
una nómina, pagan el sostenimiento de todo este montaje en el que nos
encontramos sumergidos vía el impuesto sobre la renta y que puede llegar hasta
un 35 o 40 por ciento para algunas personas. La gran asignatura pendiente de
toda la democracia, seguramente sea deliberado el que esto suceda así, es que las
grandes empresas evaden los impuestos mientras las pymes y las personas que
viven de las rentas del trabajo son aplastadas, de manera literal, por las
inspecciones fiscales hasta en el último de sus céntimos. Desde la instauración
de la democracia el PSOE ha hecho muchas cosas infames, que lo convierten en un
partido de derechas y que hace que sus siglas Socialista y Obrero sean
completamente prescindibles de su nombre, pero ellos solos han conseguido algo que
ni el PP logró en los ocho años de Aznar: que los empresarios se hayan crecido
con tanta chapuza de reforma laboral, también liberal, y que a los trabajadores
nos miren como una masa abocada a la esclavitud que les sirve para usar y tirar esperando que algún día se
les permita pagarnos solamente con darnos de comer como a los esclavos de
Norteamérica.
Tanto
Rubalcaba, como Rajoy, el PSOE, PP, IU y todo el sistema de partidos
tradicional, las instituciones creadas a su imagen y semejanza y el triste y
penoso sistema ceremonial de democracia en el que nos vemos insertados porque,
seguramente, nos hayamos resignado que sea el
menos malo de todos los sistemas, son algo del pasado que sólo nos traerá
la infelicidad y que por tanto hay que superar. Pongo algunos ejemplos de
política local. El PSOE en El Hierro se alía con el PP local echando a CC del
Cabildo demostrando que para ellos la política es lo mismo que ir a defecar. La
asamblea de Sí Se Puede acuerda ir a las elecciones del 20 de noviembre en un
frente común de una supuesta izquierda,
hasta aquí todo bien, pero en el lote están los tránsfugas del PSOE que crearon
esa formación de ex apoltronados llamada Socialistas por Tenerife como Ignacio Viciana,
Santiago Pérez o José Manuel Corrales que hacen ahora política basada en el
resentimiento tratando de desdecir lo que hasta hace pocos meses estaban
haciendo o callaban porque les beneficiaba. El sistema de partidos da completo
asco y no creo que se salve ahora mismo ninguno.
Canarias 24 Horas, 12 de septiembre de 2011.