La visita del Papa Ratzinger en pura orgía ultra católica este verano a Madrid viene acompañada de una gran multiplicidad de contrastes por no decir directamente contradicciones. Al mismo tiempo que Rouco y sus sectarios se echan las manos a la cabeza porque se están quedando sin curas la capital se llena de jóvenes mochileros y algunos botelloneros que, según la iglesia, están haciendo el agosto para nuestra maltrecha economía y la propia iglesia ya que, por lo que se lee por ahí, están cobrando la residencia a los peregrinos a pesar de contar con instalaciones cedidas gratis por el Gobierno de Esperanza Aguirre. Por un lado Ratzinger predica radicalidad cristiana, entre protestas no sólo de organizaciones laicas tratadas a palos por los nazis infiltrados en la policía del PSOE sino por cristianos de base honestos que son acuchillados, y por otros tipejos que participan en la organización de la JMJ y acaban con la aplicación de la ley antiterrorista por decir en foros que van a eliminar a putas, maricones y rojos que protestan contra la visita de Ratzinger. Si bien el gobierno trata de situar la visita dentro de los protocolos existentes entre jefes de estado corrientes el evento habrá de costar un indecente despilfarro de más de 50 millones de euros, muchos de los cuales los pagaremos todos los contribuyentes aunque seamos ateos, el PP se corre de gusto ante esta visita, regalando el transporte público a los peregrinos y deja usar los edificios públicos para propaganda de una secta. Cuentan que Jesús echó a los mercaderes del templo pero en este viaje del Papa hay mucho negocio, El Corte Inglés, el Banco de Santander y La Caixa están metidos en este evento, y acaban por revelar una verdad que sacude a gritos a la iglesia católica: que el Papa Ratzinger sólo viaja donde puede sacar tajada y propaganda mientras debería estar ayudando económicamente a Somalia o a Haití que son regiones que pasan severas crisis humanitarias y a las que la curia romana no visitaría ni con unas pinzas puestas en la nariz. Definitivamente, Ratzinger viene a un país para hacer una muestra de poder con los altos cargos del PP sacando su lameculismo curil del armario donde lo han tenido escondido estos años de Zapatero, antes de una derrota más que merecida del PSOE, como antesala del triunfo electoral del 20 de noviembre mientras un Papa miserable viene a insultar a la sociedad civil que no comulgamos con sus ideas a pesar que sufragamos los fastos de su viaje y el de su extensa cohorte de meapilas.
Acostumbrados
estamos que la iglesia católica se enfrente a la vida condenado todo acto de
planificación de la población en países pobres, a la libertad inalienable del
ser humano condenando los derechos, logrados tras muchos años de luchas, de
mujeres, homosexuales y personas que sentimos o pensamos de otra manera lo que
está consiguiendo este Papa de ultraderecha es algo que nos debe de dar miedo pues
su prédicas cargadas de intolerancia hacia lo diferente, mientras llama a los
católicos a hacer una especie de cruzada
por salvaguardar los valores de su
religión, pretende crear radicalismo en una sociedad civil acosada con el paro,
la miseria y la pérdida de derechos sociales. En este sentido estamos
asistiendo a la formación de una ideología ultra católica cuya evidencia clara no
sólo ha sido la detención y aplicación de la ley antiterrorista a un cretino
como el mexicano José Pérez Bautista que alentaba a atentar contra los
manifestantes laicos sino, lo que es peor, que los atentados de Noruega de hace
menos de un mes están todavía frescos en la consciencia colectiva. En mi
opinión, y espero equivocarme, este tipo de actos se van seguir dando ya que en
momentos de crisis como la actual que estamos viviendo las posturas radicales y
de odio contra los otros se terminan
por amplificar.
Mientras,
una policía crecida ante la próxima llegada del PP al poder, daba goma a los
manifestantes, o a gente que tiene la pinta de serlo o de no ser peregrinos,
contra la visita del Papa y de sectores laicos atendiendo a las provocaciones
de gente insolente que para nada representan la actitud de movimientos laicos,
y hasta de indignados, con un gobierno y un triste PSOE que ha acabado
perdiendo el control no sólo de la economía, de las políticas de empleo, de la
defensa de los derechos sociales, que se deja humillar por un tipo siniestro
como Ratzinger que viene de paseo por su tradicional cortijo de fe católica y
que ya ni es capaz de controlar al lumpen neonazi que medra en la policía
nacional de España. De la misma manera que he aplaudido a la policía cuando
hace detenciones contra la pornografía infantil, la pederastia es un pecado repugnante que
tanto tiempo ha practicado una parte importante del clero, o han sabido detener
a un pre terrorista como José Pérez Bautista los actos que hemos estado viendo
estos días, el ataque a menores y el apaleamiento de periodistas, es algo por
lo que hay que sentir repugnancia y este tipo de gentuza preconstitucional que
actúa en manadas vestidos de azul, no sólo se merecen una sanción ejemplar sino
que, además, sean expulsados de los cuerpos de
policías que actúan como represores, que son una vergüenza para la
democracia y que desvían el interés que éstos deben tener: garantizar los
derechos y las libertades de los ciudadanos. Desgraciadamente este tipo de
indeseables, que pasaron unas oposiciones con un test psicotécnico y una
entrevista personal, quedarán a salvo para que sigan haciendo de las suyas por
algo que distingue a estas profesiones
sobre otras: el corporativismo.
Debo
de acabar este texto con una aclaración que no debería ser necesaria pero que
espero pueda disipar toda crítica simple a estas letras. Mi crítica está
dirigida en su totalidad a la curia y la burocracia eclesial que es la que está
tratando de ensuciar la consciencia de muchas personas, en este caso hasta
decenas de miles de jóvenes llegados desde muchas partes del mundo, y nunca
critico las creencias individuales si están regidas por la tolerancia como bien
sabemos que la mayoría de la gente creyente en la fe cristiana profesa hacia
las personas que son diferentes a las suyas. Dentro del seno de la iglesia, una
parte de ésta que es luchadora y que pasa por la izquierda a mucho supuesto radical de barra de bar o que ocupa
cargos en partidos que no son izquierda aunque así se definan, hay voces
críticas que ven en esta ostentación de Ratzinger un derroche de
obscenidad y e inmoralidad y que dan el contrapunto a la orgía y pompa
desatada en Madrid estos días donde se ennoblece un único modelo de juventud
como absoluto cuando es válido como todos los demás. Cuando escribo esto un
hashtag es tema del momento en Twitter, #jmj15m, que cita una asamblea que se
realizaba en Sol entre jóvenes peregrinos de las JMJ e indignados del 15m
demostrando que, ante todas estas perspectivas, el diálogo siempre es posible.
Esperemos que los medios de comunicación se hagan eco de esta noticia aunque ya
sabemos que lo que vende es la carnaza. O por lo menos eso dicen porque nunca
se ha tenido paciencia desde las televisiones y los medios de comunicación de
ofrecer a la gente cosas positivas que, en un principio, a nadie le atrae pero
que necesitan trayectorias de largo recorrido.
Canarias 24 Horas, 21 de agosto de 2011.