Muy rara vez he subido contenido ajeno con licencias privativas en este blog no comercial pero en este caso debo de hacerlo porque creo imprescindible que esta viñeta de El Roto aparezca para ilustrar este texto. En caso de conflicto no tengo ningún problema en eliminarla. Está sacada de este enlace de elpais.com |
El otro día en una de esas mini tesis doctorales en forma de viñetas diaria con las que nos alegra El Roto cada mañana en El País nos exponía la siguiente verdad rotunda: torturad al que no sabe para que hable, matad al que sabe para que calle. El uno de mayo de 2011 será recordado como el día que Estados Unidos puso una piedra más contra su venganza infinita hacia la totalidad de los habitantes del mundo asesinando a un criminal como Osama Bin Laden y privando al resto del planeta no sólo de ver un gesto de nobleza sino de que a este criminal se le juzgara para que, al final, se hiciera justicia por el brutal y grave atentado contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001. A la espera que Obama aparezca un día ante la opinión pública con la piel blanca, ya hemos visto que la negritud de su piel que tan bien le sirvió para llegar a la Casa Blanca era sólo una diferencia de tono, pues se ha comportado a la manera salvaje que lo han hecho todos los presidentes americanos si no de su historia si de la contemporánea presente. A saber si ahora el primer presidente negro que ha adoptado una actitud WASP en vista a que el comportamiento de su gobierno es lo más parecido al de la mafia o a las viejas leyendas del oeste va a contratar a guionistas de cine y series de televisión como asesores personales pues su obsesión por la imagen le habrá llevado a creer que el mundo es una serie por entregas, cuyo actual mandato es la primera temporada, donde él es el protagonista máximo. Lamentable todo esto por parte de una persona en la que se depositaron muchas ilusiones a nivel mundial y que recibió el Premio Nobel de la Paz más injusto de su historia pues los suecos con el galardón trataron de mancharse de su popularidad como propaganda. Lo que ha dejado ver todo esto es que, en efecto, en el mundo hay poderes fácticos ocultos que lo gobiernan e imponen sus reglas y que por mucho Obama negro que trate de desafiarlos poco se puede hacer. Por no hacer ahí sigue el penal ilegal de Guatánamo como la mayor vergüenza de humanidad en las últimas décadas.
Ya sabíamos que algún día esto le iba a suceder a Bin Laden si lograban ir a por él, que supieran dónde estaba escondido no creo que les fuera tan difícil y lo sabrían desde hacía mucho y estaban esperando el momento oportuno para matarlo, pero quizá lo que más ha podido molestar es la forma con la que se ha manejado todo este asunto. Empezando por la nula protesta mundial ante este sucio asesinato y de la que un lameculos como José Luis Rodríguez Zapatero no sólo no supo desmarcarse sino que se unió a la euforia de la supuesta hazaña para tratar de chupar un poco de popularidad cuando a él apenas le quedan un par de telediarios y es un triste interino en La Moncloa. No hay duda que toda la ceremonia de confusión a la que hemos asistido con el asesinato de Bin Laden y las múltiples versiones que se han dado, hasta cinco he contado, no son una improvisación de la Casa Blanca sino que son parte de la estrategia, del guión televisivo en realidad, de confundir sobremanera a la opinión pública mundial para que acepten este asesinato como algo inexorable y necesario aunque no suficiente pues la impunidad seguirá durante muchos años. Los vídeos caseros de Bin Laden, las fotos de éste muerto que no se acabaron por filtrar, el montaje de las fotos de Obama cuando iba a hablar para Estados Unidos anunciando el asesinato, los planes de atacar la red ferroviaria americana encontraros en los discos duros en la casa (quien sepa un poco de criptología digital sabe que romper estos códigos lleva más de las 48 horas en las que se anunció la noticia) y todo lo que ha venido con esto lejos de ser una improvisación es parte de lo orquestado y ha sido filtrado de manera milimétrica sin perder un detalle. La propaganda que ha corrido a hacer el equipo de Obama, ya provenga de un presidente negro, de una mujer o de un blanco racista como Bush, es algo francamente repugnante que debería dejar sonrojados a muchos pero que la mayoría de dirigentes de este planeta si no aplauden abiertamente sí que lo celebran. En mi caso yo me creo más bien poco de todo esto que se ha dicho desde la inteligencia americana sobre la muerte de Bin Laden. Al contrario que lo que afirman multitud de cretinos que festejan la muerte de un asesino como el responsable del atentado de las Torres Gemelas o del atentado en Atocha Madrid el mundo ahora no es más seguro sino todo lo contrario. En mundo árabe está ahora un poco lejos de las posturas radicales de Al Qaeda y está haciendo su particular transición y este acto violento no va a favor de este proceso sino más bien todo lo contrario. Osama Bin Laden debería estar hoy capturado vivo y a disposición de un Tribunal Penal Internacional para ser juzgado y condenado por los terribles atentados que ha ocasionado y que han hecho que el terror sea algo corriente en nuestras vidas.
Parafraseando a El Roto este terrorista era más incómodo vivo que muerto. No sólo por lo que sin duda este sabía del funcionamiento de la inteligencia americana antes del 11S, de la que fue leal servidor, sino por la pelotera que podía haber creado este cautivo en cuanto a su custodia internacional y los problemas con su seguridad. Hasta se deshicieron rápidamente de su cadáver porque éste hubiera sido una fuente más de conflictos. El caso es que lo que se ha hecho aquí es sembrar mucho más odio, que esperemos que algún día no vaya a estallar en forma de atentados, para que el mundo siga unas cuantas décadas más sin avanzar de esta lacra de odio mundial. El asesinato de Osama Bin Laden es, a parte del alivio temporal de muchos que lo han usado para mejorar sus índices de popularidad, una noticia muy mala que podrá traer graves consecuencias. Para los que nos empeñamos en un mundo más justo sin terrorismo de estado, cosa que es lo que ha practicado Obama estos días, es lo peor que podía haber pasado y una imposición de la ley del más fuerte sin ningún fundamento democrático.
Salvaguardar la preponderancia mundial de Estados Unidos cuesta este tipo de cosas y costará durante mucho tiempo más en el mundo la muerte de millones de personas. Ser optimista con el gobierno americano en los más de cien años de hegemonía siempre ha sido una mala apuesta y nada nos hace prever que esta vez tampoco será así. Es la condena que tenemos los demás habitantes del mundo, soportar que cuando este gigante tiene gases un dictador se escape de la justicia o que ellos sean la justicia terrorista y fascista. Tarde o temprano esta hegemonía se va a acabar perdiendo por completo y ahí está China para derribar este tipo de gigantes de pies de barro. Sin acabar por resignarnos con lo malo conocido porque lo que está por venir puede ser peor la verdad es que el horizonte del futuro que todavía viviremos muchos de los que estamos en este planeta ahora no pinta nada bien.
Canarias 24 Horas, 9 de mayo de 2011.