En estos tiempos de crisis económica mundial estamos asistiendo a un peligroso desmoche del estado de bienestar, de las relaciones laborales, de las prestaciones sociales, de las libertades, de las pensiones y de lo que es la esencia misma de las formas democráticas de gobierno, aunque eran precarias por lo menos existían, que no tiene precedentes en nuestro país en las últimas décadas. Estos van a ser tiempos duros pues se están dando pasos irreversibles en muchos sentidos y estamos ya inmersos en una sociedad que comienza a vivir y vivirá peor que nuestros padres y abuelos. Este desmoche tiene unas siglas y un nombre con apellidos: PSOE y José Luis Rodríguez Zapatero. No vamos a darles a estos ruines desgraciados de este partido español cuya estulticia de las gaviotas del PP le sirven de abono, porque ni es Socialista ni Obrero, la grandeza de haber hecho esto ellos solos pues necesitan cómplices para según qué destrozo. En el caso de las relaciones laborales y, sobre todo esta misma semana de hacer un sistema de pensiones público tercermundista y poner las bases de la privatización de éste, hay dos siglas que tiene la complicidad directa para que millones de personas sean condenadas a vivir una vejez que habrá de rondar el umbral de la pobreza. No son sindicatos, hace tiempo que renegaron de las luchas obreras para convertirse en mafias que pulen dinero público en cursos que nunca se celebran o en organizaciones que explotan a los trabajadores a un nivel superior que las ETT como ha sido el caso de Fundescan, y hoy tengo que referirme a ellos, con el mayor de los ascos del mundo, como UGT y CCOO.
Las Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores no son nadie para arrogarse en representantes de los trabajadores, de millones de ciudadanos, para firmar con el gobierno un recorte sin precedentes de unos derechos sociales que tanto tiempo ha costado lograr y que muchos, como el mismo fundador de CCOO Marcelino Camacho tuvo que pagar con un tercio de su vida en la cárcel, para que ahora estos canallas pasen por encima de su memoria vendiendo, una vez más, a los trabajadores ante un gobierno ultraliberal que trata de salvarse a sí mismo y a su partido a toda costa aplastando a la clase trabajadora. CCOO y UGT sólo se han representado a sí mismos, a sus fundaciones que actúan de manera paralaboral y a sus organizaciones de cursos fantasmas con lo que financian un montaje hecho a medida y semejanza de sus liberados vividores, en las negociaciones del pensionazo que ha acabado en la reforma y en la traición del pasado 27 de enero. El mismo 7 de enero se publico en el BOE un decreto firmado por ese pasmado que hace de vicepresidente, Manuel Chaves para quién su hija es lo más importante, en el que daba a los sindicatos un montante de 25 millones de euros del dinero de todos los ciudadanos para hacer cursos con una justificación de éstos muy lata por no decir inexistente y que va a significar una financiación como mínimo opaca. Desde ese día las negociaciones del pensionazo empezaron a ir como la seda y ya los traidores de CCOO y UGT no hablaban de huelga general. A nivel de perversidad deberemos tener claro que estas centrales pseudosinciales son algo mucho más perverso y dañino para la clase trabajadora que la patronal pues de estos último sabemos perfectamente el discurso que tienen pero no el de estas centrales pues el suyo está basado en la perversión del lenguaje y el programa oculto. Estos sindicalistos de mierda se han apoderado de nuestras voluntades de representación por la sencilla razón que le hemos dejado que lo hagan pero las cosas no se deben acabar aquí. Como mismo nos han arrebatado la representación de nuestros intereses, en un tiempo nos debió parecer que dar a esta gentuza nuestra voz era más cómodo, deberemos de recuperarla pues esta crisis no les habrá de salir gratis. Ellos deberán de desaparecer como sindicato mafioso de intereses y nosotros desarrollar otras maneras más efectivas, directas y democráticas de representarnos y de reclamar, de manera legítima, nuestros intereses. Sin ser yo nadie más que alguien que simplemente opina, hoy bastante cabreado la verdad, le pido a los trabajadores corrientes que pagan cuotas y están afiliados a estas mafias sindicales que abandonen el barco de esta gente que ya huele bien a podrido, dejen de pagarles y busquen vías alternativas para defender sus intereses por otros medios como sindicatos más pequeños que sé y me consta que se despellejan para defender a los trabajadores y no sus privilegios.
La reforma de las pensiones no era algo necesario, el sistema no estaba formalmente en peligro y en este sentido este tema va a acabar siendo una especie de 11M para el PSOE ya que recuerda a aquellos días de infamias del PP en torno al triste atentado de Al Qaeda y la falsa autoría que se trató de achacar a ETA. Miente el gobierno cuando dice que el sistema a medio y largo plazo está en riesgo, debe ser corregido como debe hacerse con todo en esta vida, pero las razones de la reforma no son estas. Lo que hace el PSOE es sanear la deuda española para quitarse el lastre de las pensiones y tener siempre mayor liquidez para pagar a los inversores de la deuda pública que son los sistemas financieros que exigen sacrificios, en forma de vidas humanas, y cuya codicia ha provocado esta terrible crisis económica. El PSOE nos quita a todos unos derechos importantes que nos ha costado mucho tiempo ganar cuando sus cuadros dirigentes se procuran una jubilación dorada con muchos privilegios a base de depauperar considerablemente la vida de una capa muy importante de la clase obrera, clase desclasada y de la que hasta sus miembros les molesta que los llamen así, y encima nos quieren vender esta vulgar patraña como un triunfo del progresismo porque ya sabemos que Rubalcaba es un buen vende motos pero a veces molesta con su cinismo. Sólo escuchar a la incompetente que ha sido portavoz del PSOE en el Pacto de Toledo da bastante grima y demuestra en las manos de inútiles en las que estamos. La privatización de las cajas de ahorros es un episodio más en toda la estrategia del PSOE para sacar al mercado, para que les salga gratis, unos sistemas bancarios que son muy codiciados por el mundo financiero y que se llevarán a precio de saldo. Si el gobierno hubiera querido hacer un favor a los ciudadanos hubiera fundado una banca pública, en lugar de usar el dinero de nuestros impuestos para sanear la banca privada, y no regalar las cajas a los mejores postores.
¿Qué hacen en todo ello estas corruptas centrales sindicales? Cambiar el dicho de a las barricadas por el de a las mariscadas en busca de la subvención pactando lo que haga falta con el gobierno y usurpando de manera violenta y sin permiso la representación obrera para subsistir como asociación con ánimo de lucro que es lo que CCOO y UGT se han acabado por convertir. Mientras vemos que en Francia los sindicatos de este país salen a la calle cuando un ultraliberal neocon como Sarkozy trata de cambiar la edad de jubilación en Francia, que sigue muy por debajo de los 67 de España, en protestas que paralizan un país con un civismo que envidamos para el nuestro. Estos días vemos como en países como Túnez y Egipto se expulsan a dictadores como Ben Alí y Mubarak en protestas cívicas, que desgraciadamente terminan con centenares de muertos debido a la resistencia de estos podridos tiranos contra la voluntad popular, mientras nos pasan por la izquierda a muchos de los que vivimos en paraísos de la comodidad como el nuestro donde cada día tenemos menos que perder porque ya casi lo hemos perdido todo en estos dos años largos de crisis. Túnez y Egipto, a falta de que el régimen tirano y sucio del Marruecos de Mohamed VI que esperemos sea el próximo en caer, serán países a los que muchos deberemos de ir de turismo no para el ocio sino para aprender democracia práctica.
Otra forma de sindicalismo es posible, ahí están organizaciones como CNT y CGT para demostrarlo, pero a esta gentuza deberemos de demostrar que estamos por encima de ellos para que acaben en el puro ostracismo y que su desaparición sea efectiva porque se han acabado de aislar por completo de la sociedad que está viva y que no vive de las rentas, en un doble sentido, que viven los miserables de CCOO y UGT. Con las nuevas tecnologías y las posibilidades que dan éstas se pueden crear organizaciones cívicas, que no sean como estos sindicatos verticales del régimen, menos burocratizadas que éstos y que respondan de manera más directa a los retos y problemas de la sociedad y no a los intereses bastardos y meramente particulares de estos mal nacidos. Es en lo que tenemos que luchar en las próximas fechas porque si no todo estará perdido.
Canarias 24 Horas, 31 de enero de 2011.