Como quien no quiere la cosa las elecciones locales del 22 de mayo de 2011 están ahí, a la vuelta de la esquina, y las grandes formaciones trileras como CC, PSOE y PP empiezan ya a desenmascarar sus estrategias de cara a esta cita electoral. Unas elecciones locales para estas tres fuerzas, y sus homólogas electorales nacionalistas en otras comunidades, que suponen el reparto de mucho, muchísimo poder, y la niña bonita de todo ayuntamiento: las gerencias y concejalías de urbanismo que tan ricas y tanta fortuna han traído a una serie de personas que tienen la suerte de sacarse la lotería hasta cinco veces en diez años cuando el hecho de que esto suceda tan sólo una sola vez en la vida de alguien es casi imposible. En una época donde la clase política está completamente agotada, corrompida y diferenciada de la gran masa social por una serie de privilegios, que van desde lo laboral a lo judicial pues tienen sistemas de cotización y tribunales especiales para sus cosas, la sensación que dan es de hartazgo y corrupción a un tiempo igual que se sintetiza con la expresión ¡qué asco! Todo esto me recuerda a un viejo politiquillo que ha militado en partidos como el PNC y que al final se arregostó a una suerte de movimiento social cuando dicen, los que viven con él, que va a las reuniones de propietarios de la comunidad para, con su discurso gastado de político profesional, decir que hay que hacer esto en la escalera o lo otro en el ascensor pero que nunca, jamás, se le ha visto mover una paja de suelo para hacer algo por el lugar en el que vive sino seguir con el cuento de decir a los demás lo que tienen que hacer.
Al PSOE no hace falta hacer mucho esfuerzo para ponerlo en ridículo sino que este partido lo hace muy bien él solo. Lo más es que pide ayuda a lo que llaman los mercados para adoptar medidas sociales y laborales que se entienden bien en un partido de derecha tendiendo a la extrema y no de uno que se define en sus siglas como socialista y obrero aunque no se haya oído todavía que vayan a retirar éstas siglas de su nombre. Un partido que con Zapatero a la cabeza se ha dedicado a la delincuencia de los recortes sociales, que se encamina a la mayor debacle electoral y que en Canarias se ha roto en dos. Esta ruptura es patética no más por los que se quedan, que al fin y al cabo tienen ambiciones y lo que quieren es un pequeño carguito cuando pacten con CC y les dejen las migajas de lo que no se llevan, que por los que se van. Y es que estos, con un impresentable Ignacio Viciana a la cabeza, si lo hacen ahora no es porque estén en desacuerdo con las políticas tan terriblemente neoliberales que están llevando a cabo el PSOE sino porque los alejaron de la dirección regional, es decir, de una fórmula de medrar en lo personal porque esta gente, como políticos profesionales que son, no saben hacer nada que se pueda llamar trabajo y lo único que han hecho siempre es ser políticos.
Con sólo tener cerrada la boca los principales dirigentes del PP este partido tendría una mayoría absoluta si las elecciones generales se hicieran ahora mismo pues el PSOE y Zapatero les han puesto las cosas fáciles. El caso es que en este partido no saben tener la boca cerrada para cuando se trata de enmierdar la vida pública y darnos a la mayoría lecciones de su moral caduca pero no para dar explicaciones de los numerosos, e intolerables, casos de corrupción que en todas las instancias se han visto envueltos. Lo último, la guinda de un cinismo que a esta ultraderecha le gusta tanto cultivar, es oír a José Manuel Soria criticándose a sí mismo cuando critica a CC por las políticas nada activas de empleo y que son pura propaganda que el gobierno de Canarias tiene en marcha con escasos resultados y que todo el mundo, él y Rivero también por supuesto, tienen claro que no sirven para nada. El problema es que no lo dijo cuando era vicepresidente del gobierno sino que lo dice ahora que está en plena campaña electoral y lo cual plantea el dilema de qué es lo peor, si sus críticas ahora por cinismo o haberlo dejado de hacer cuando era un cargo que podía solucionar el tema hace ahora poco más de dos meses. Cascos rompe el partido en Asturias pero no lo suficiente que se desea pues, como los otros dos de los que aquí estoy hablando, lo deseable es que desaparezcan de la faz de la tierra.
He dejado a CC para el último lugar no porque los otros dos me den más apego sino que lo he hecho adrede. Este es el sitio que mejor le pega a esta formación, no en vano hoy en día son tercera fuerza en Canarias, pero tienen la capacidad de gobernar siendo los últimos en votos por un parlamento regional que se elige con el sistema electoral más injusto que ha existido nunca en un país civilizado que se considere democrático pues está hecho a la imagen y semejanza de un partido que vive del caciquismo y del más burdo pero efectivo clientelismo político. Lo peor del caso es que CC volverá a gobernar, con un belillo funcional como Paulino Rivero a la cabeza, tras las elecciones del 22 de mayo pero está por ver si lo harán en coalición con el PP como han hecho hasta ahora o con sus nuevos socios a nivel nacional como es el PSOE.
En Canarias el vuelco electoral es algo imposible porque aquí los poderes de la burguesía constructora local están muy enquistados en el sistema y porque la democracia no ha cuajado jamás de una manera efectiva en el archipiélago ya que nuestros políticos se han encargado muy bien de ello. Tampoco les ha interesado nunca, está claro. Mientras la izquierda alternativa, esa gente que podría representar a muchísimos ciudadanos pero que no se ponen de acuerdo porque a veces hay que lidiar con absolutos indeseables que son los que ensucian el debate, sigue apartada de la política por una buena dosis de responsabilidad propia pero sobre todo por un sistema electoral hecho a la medida del caciquismo a los ciudadanos poco nos queda esperar de la política. Por eso vivimos en una constante degradación del sistema político que más parece que estuviera siempre de rebajas que no que fuera algo para satisfacer las demandas de la ciudadanía. Por ello nos encontramos con una calidad democrática de las instituciones que están por los suelos, la ausencia de la más mínima transparencia democrática de la gobernanza, una escandalosa ausencia, que se traduce en puro pasotismo, de la ciudadanía del sistema democrático y un estado de corrupción que, con todas las precauciones que se quiera, raya el estado de corrupción más que generalizado. Con este panorama se quiere reeditar la situación actual el próximo 22 de mayo para que los de siempre sigan campando a las suyas. Yo hace tiempo que dejé de creer en las utopías pero no estaría mal que las cosas cambiaran un poco cosa que, desgraciadamente, no va a suceder en mucho tiempo por lo menos. Y digo esto con todo el deseo del mundo de equivocarme por completo.
Canarias 24 Horas, 10 de enero de 2011.