De común acuerdo es que los políticos estén siempre un punto por encima sobre el común de los mortales y la ciudadanía pues no en vano nuestra clase política es heredera de la secular clase caciquil canaria y poco trato les interesa con nosotros, por si se pueden infectar, salvo un mísero voto cada cuatro años previo pago de un bocadillo de mortadela. Dentro del trile de los tres grandes Partidos Rebenques Institucionales, una suerte de PRI mejicano pero a lo bananero, como son PSOE, PP y CC, los que sin duda están más encumbrados son los de Coalición Canaria pues estos gobiernan en todos sitios aunque pierdan, cosa que pasa hace más de 20 años. Se puede decir que sobre todos estos se encuentra el Presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, pues desde hace una buena época lo han visto levitar no se sabe si porque es una de las personas más autoritarias y antidemocráticas que han existido en Canarias en la reciente democracia, a su padre investigado en la Segunda Guerra Mundial por la inteligencia británica por ser posiblemente nazi quizá hubiéramos tenido que preguntarle, o por su ridículo capricho de introducir en Tenerife un tren magnético en una tierra donde el tren no cuadra bien y del que sólo se han vendido unas pocas unidades en todo el mundo.
Hace una semana en un programa de la emisora de la radio pelota y chivata de CC, Radio Club Tenerife, Ricardo Melchior se despachaba a gusto contra lo que llamaba ecologistas de trinchera, sin que nadie en el programa lo pusiera por lo visto en su sitio y sin ofrecer un mínimo derecho a réplica a los mentados, y decía que esta gente era capaz de introducir especies protegidas en el entorno de las obras del puerto de Granadilla para detener éstas. Un señor como Melchior, al que jamás se ha visto debatir nada en un foro ciudadano a pesar de que sus caprichos influyen en la vida de cientos de miles de personas, como a nadie de CC en realidad, se permita el lujo de insultar a una importante parte de la ciudadanía sería, en territorios donde la decencia política está a la orden del día cosa que sabemos que en Canarias no ocurre, razón suficiente para que un personaje así cesara de su cargo de manera fulminante. El sitio de Ricardo Melchior no está a dos metros sobre el suelo, sitio que sus delirios de grandeza parece conferirle, sino al servicio de todos los ciudadanos y no sólo de aquellos que tienen grandes empresas y que son los que manejan el entablado económico constructor del archipiélago. Que sea yo el que tenga que decir esto, no soy el único claro está, no sólo me produce cierto desazón, pereza y hasta vergüenza ajena de que vivamos en unas islas donde los políticos no saben dónde deben estar porque este tipo de cosas de Perogrullo deberían ser tan evidentes como que para vivir hace falta respirar. Aún así los miserables que se benefician por su labor, entendiendo por labor los favores que CC hace para sus amigos desde las instituciones que controla en forma de favores ya que este señor les ha hecho mucho bien, acudieron a aplaudir sus palabras como tristes adulonas que son. A Melchior todo esto le viene grande porque de su poltrona no los saca nadie ni con agua caliente.
Con el permiso de don Carlos Alonso, Consejero de Economía y Competitividad del Cabildo de Tenerife que en el fondo tiene un cargo decorativos en el Cabildo y que a lo más que llega es a ser un insultador nato a órdenes de sus superiores, voy a dedicar mis críticas a Ricardo Melchior por la filtración, completamente interesada y oportunista, del vídeo de los graves y terribles actos vandálicos ocurridos en el tranvía de Tenerife en carnavales de 2010 y en los últimos meses en los servicios nocturnos. En una institución con unos índices de falta de transparencia democrática completamente disparatados que esto haya salido ahora a la luz pública ahora es algo de lo que su mayor dirigente, Ricardo Melchior, debería dar explicaciones inmediatas. Es curioso como una formación como ATI, que tan a gusto está siempre inventando imágenes de la isla de Tenerife que rozan el absurdo por no decir el esperpento para engañar fuera de las islas, sea ahora la que ha puesto el nombre de la isla de Tenerife por los suelos con esta filtración y este vídeo que ha sido recogido por la tele basura y la prensa amarilla para llenar sus páginas y minutos de televisión de manera despiadada y sin ningún tipo de reflexión crítica de por qué pasan esta cosas y, lo más importante, cómo podemos hacer que esto deje de suceder. Yo no voy a decir que no he sido siempre crítico con el modelo del Cabildo de Tenerife del sistema de transportes públicos en la isla, especialmente con el disparate del tranvía y del mucho mayor de los trenes, pero ya que tienen un sistema tranviario funcionando en una parte mínima de la isla es el deber de esta institución mantenerlo y hacerlo funcionar de manera adecuada. Si a las empresas privadas que participan en el capital de Metropolitano de Tenerife no ganan los suficiente, incluso registran pérdidas, que abandonen las contratas y que el transporte público se racionalice de una vez por todas en el área metropolitana y que no se haga lo que se ha estado haciendo: dificultar el uso de la guagua en La Laguna y Santa Cruz para que la gente tenga que coger el tranvía y hacer transbordos que van a parar a las arcas de los contratistas privados de esta infraestructura. La filtración hecha es completamente tendenciosa y sólo tiene objeto para que sea la seguridad pública, la policía nacional porque la autonómica no tiene competencias ni para bajar gatos de los árboles pese a lo que nos cuesta, la que se haga cargo de la seguridad de los tranvías cosa que es un disparate pues no sólo la empresa debe hacerse cargo de estas cosas sino que, desafortunadamente, la policía está para otras cosas y no dan abasto.
Me parece completamente preocupante que en el actual estado de cosas, de crisis económica y de recesión que todavía se seguirán sintiendo unas cuantas generaciones, el modelo del Mechior sea el de impulsar puerto fracasados como el de Granadilla o trenes que no caben en una isla como Tenerife o que para coger los 400 kilómetros por hora que prometen deberán salir y entrar un par de veces en Tenerife y nos trate de engañar de una manera tan burda porque, parece ser, que los canarios somos muchas cosas pero sobre todo gilipollas. Los viajes de Mechior a la Alemania de sus antepasados a ver trenes magnéticos, que por lo visto sólo existen en Singapur, los seguimos pagando los idiotas de siempre que vía impuestos pagamos todo este tinglado para que, un día sí y otro también, gente como él actúen por capricho y no para el beneficio general precisamente. Una nueva política de infraestructuras y transportes, también cultural y social, se necesita desde el Cabildo de Tenerife, institución que debería ser la más poderosa en la isla en detrimento a ayuntamientos en Tenerife, pero mientras siga siendo el lugar en el que la egolatría de Ricardo Melchior se desarrolla seguiremos padeciendo un mal gobierno que lo que hace es hipotecar nuestro futuro. Que el plan ferroviario del Presidente cueste el presupuesto del Ayuntamiento de Santa Cruz de 16 años o que si se gastaran ese dinero en guaguas tendríamos una flota siempre moderna en buenas condiciones durante casi tres siglos, haciendo una proyección teórica y siempre a precio actual, da buena cuenta de donde estamos embarcados y de cuáles son las manos que nos gobiernan.
Escribo estas líneas rápido y con prisa. A Canarias se acerca una tormenta y ya sabemos que es lo que pasa cuando el tiempo es un poco extremo en la isla de Tenerife: que Unelco Endesa fallan y pueden dejar días sin electricidad a miles de familias aunque ahora le han pasado la pelota del transporte a Red Eléctrica después de décadas de abandono por parte de la anterior compañía. A Mechior no le gustaba que le recordaran que era trabajador de Unelco en excedencia durante la grave crisis del Delta en Tenerife cuando, los días posteriores al desastre en el sistema eléctrico insular, parecía estar más del lado de la empresa que de los ciudadanos que soportábamos el apagón mientras amenazaba a los críticos con los tribunales. Y es que Ricardo Melchior siempre ha sido así, un señor con cara de bondadoso por fuera pero con unos ademanes muy autoritarios por dentro. No en vano se le conoce allí como el hombre del golpe del puño sobre la mesa pero ahora levitando a dos metros sobre ésta.
Canarias 24 Horas, 28 de noviembre de 2010.