16 noviembre 2010

Represión en el Sáhara Occidental


El otro día escribía por aquí que en los últimos tiempos José Luis Rodríguez Zapatero ha tenido la costumbre de arrodillarse ante dos entes que sin duda le superan, los mercados y el Papa de Roma Ratzinger, sin darme cuenta de verdad que hay un tercero que también le supera y es la cruel y terrible dictadura del Reino de Marruecos ante la que también suele inclinarse. Ya lo dejó claro este sin vergüenza tras la crisis de los activistas canarios retenidos ilegalmente en El Aaiún, algunos amigos a los que aprovecho para saludar y recordar que nos veremos pronto, cuando no sólo no le salió de los testículos reunirse con ellos tras el incidente sino que dejó por zanjado el asunto dando todo el crédito a Marruecos, un país que se distingue por reprimir a sus ciudadanos y que es la mayor tiranía que existe en esta parte del globo. No es sólo que los ciudadanos españoles no puedan sentirse respaldados internacionalmente por un país decente cuando viajan a defender los Derechos Humanos a dictadura alguna por culpa del impresentable de Zapatero sino que tenemos un gobierno que pierde completamente la decencia cuando se pone del lado de los poseedores de los derechos privados de los contratos comerciales, la Ley Sinde contra las descargas es otra muestra más de la forma de obrar de este gobierno, y calla como un cobarde cuando son pisoteados los Derechos Humanos. Como canario nacido y criado en las islas, muchos fueron los canarios nacidos en El Aaiún porque sus padres fueron allí a trabajar y ganarse el sustento que en nuestras islas se les negaba, me veo en la obligación de escribir estas líneas porque, en muchos casos, la causa saharaui es la causa canaria también
Acostumbrados como estamos a que las cosas malas ocurran siempre en la televisión, sacadas de países remotos con husos horarios distintos al nuestro, el hecho que a poco más de 100 kilómetros de distancia de Canarias un país árabe esté aplicando el estilo represor israelí a nuestra misma hora y sobre miles de civiles indefensos en los territorios ilegalmente ocupados del Sahara Occidental da mucho qué pensar. En Marruecos no existen las libertades y se desprecian de una manera reiterada no sólo los Derechos de los saharauis por la avaricia que suponen su petróleo, fosfatos, yacimientos de gas y banco pesquero, sino también la de su población más legítima, nunca se ha visto a Marruecos dar la cara por sus ciudadanos que emigran ilegalmente a España, así es que hay que esperar cualquier cosa de esta tiranía de un falso rey que se las da de amigo del Borbón español pero que en cuanto este se descuida se la juega por la espalda. De cínico puede calificarse el comunicado que Marruecos ha emitido en contra de la prensa española, acusándola de racista, tras prohibir la libertad de prensa en todo el país, no sólo en los territorios ocupados, con métodos completamente expeditivos. Ya conocemos las miserias de la prensa convertida en negocio que venden las desgracias como espectáculos para aumentar su caja de resultados pero que se secuestren y expulsen periodistas en El Aaiún o en Rabat tiene todo los visos de que Marruecos está eliminando testigos incómodos para hacer lo que les da la gana, a nivel de brutal represión, contra los ciudadanos saharauis. La instauración de la Ley Marcial por Mohamed VI y los juicios sumarísimos contra saharauis acusados de instigar a la revuelta son un signo de que algo grave está sucediendo en el Sáhara Occidental. La red era un bullicio el domingo pasado las horas antes del ataque por parte de Marruecos del campamento desalojado pero en ninguna edición online de ningún medio español se advertía de la inminencia del ataque sino que se empezó a difundir la noticia en las primeras horas del lunes 8 de noviembre. Como siempre las redacciones estaban ocupadas con la basura de la liga de fútbol y otras tonterías por el estilo. La prensa debe estar allí informando pero tampoco son la solución debido a que la mayoría de los medios de comunicación, en realidad todos, ejercen una influencia muy perversa en lo que es la opinión pública en general. Más confianza me merecen la gente que está allí trabajando en organizaciones humanitarias como Silvia García y Javier Sopeña recientemente buscados y expulsados de El Aaiún y hasta eurodiputados como Willy Meyer o Sevim Dagdelen deportados de manera expeditiva.
España es ahora mismo, como país, uno  de los responsables de lo que está sucediendo en El Aaiún y tiene a su conciencia la vida de los civiles que han perdido la vida en las revueltas de estos días o habrá de hacerlo en los próximos si sigue la campaña cercana con cierto tufillo de exterminio puesta en marcha por Marruecos. Las relaciones comerciales entre este país y España, que son básicas y necesarias para los dos países, no deben estar sometidas por Marruecos como están y se demanda del gobierno español una respuesta muy dura en contra de Rabat y de lo que está pasando en los territorios ocupados ilegalmente y de los que España, según tratados y resoluciones internacionales, está obligada a vigilar por haber sido potencia colonizadora. Que España no haya sabido imponerse ante esta dictadura, exigiendo el trato justo y humano a su población y a la de los territorios ocupados, ha dado alas a Marruecos no sólo para que haga lo que le dé la gana sino que esté utilizando métodos bastante nazis y a la manera del gobierno israelí que mucho han repugnado a millones de personas en el mundo. En el PSOE hay voces discordantes en contra de esto que está ocurriendo a menos de una hora de vuelo de Las Palmas de Gran Canaria y salvo alguna honrosa excepción, recuerdo ahora las palabras por varias veces del alcalde de Donosti Odón Elorza, los demás que no están de acuerdo y que no lo dicen se muestran como lo que son: unos cobardes.
El conflicto abierto estos días tras el brutal desalojo del Campamento de la Dignidad en los territorios ocupados ilegalmente en el Sáhara Occidental por Marruecos en 1975 debe ser tutelado de cerca por la comunidad internacional. Estados Unidos y Francia, eternos aliado de Marruecos ya que el papel que España ha demostrado tener en el asunto es triste y falta a la vergüenza de sus ciudadanos decentes, deben hacer todo tipo de presiones sobre Marruecos para que entren los territorios ocupados observadores internacionales, organizaciones humanitarias que han trabajado de cerca el conflicto y la prensa para que no enteremos, en la medida de lo posible, qué es lo que está ocurriendo en estas tierras ocupadas de una vez por todas. La descolonización del Sáhara Occidental tras 35 años de haber estado olvidado para todo el mundo es un tema urgente que se tiene que resolver de una vez por todas. Si se demuestra que en estos días, o incluso en la intifada de 2005, se han cometido algún tipo de tropelía contra los ciudadanos saharauis un Tribunal Penal con Jurisdicción Internacional debería de constituirse para llevar, si los hubiera, al banquillo a los acusados de crímenes que pudiera atentar contra la Humanidad. Uno ha vivido lo suficiente y sabe que esto difícilmente va a suceder porque, hasta que se demuestre lo contrario, son más importantes en este mundo las mercancías y los que ostentan la propiedad de éstas que los Derechos Humanos. Sólo deseo que si alguna vez alguno de los indeseables que han tenido responsabilidad en todo este conflicto tenga algún tipo de escrúpulos que los sufra en su consciencia como es debido empezando, por supuesto, por José Luis Rodríguez Zapatero aunque este parezca inmune a todo.
Canarias 24 Horas, 15 de noviembre de 2010.