18 junio 2010

Que se largue Zapatero

Si hay alguien a quien se le pueda aplicar la inmoral reforma del mercado de trabajo que el gobierno piensa aprobar, bajo los ecos mediáticos del debut de la selección española en el mundial de fútbol de Sudáfrica, es al mismo José Luis Rodríguez Zapatero. Al terminar su mediocre semestre de Presidencia Europea se podrá demostrar que la empresa a la que pertenece ha entrado en franca quiebra y se le podrá despedir tranquilamente como podrá pasar dentro de muy poco con millones de trabajadores que verán que sus relaciones de trabajo con los empleadores se sitúan al nivel del lodo. A 20 días por año trabajado, sabiendo que lleva seis años como presidente y que su sueldo mensual a día de hoy es de unos 7.665,2 euros su liquidación sale a 30.660 euros. Que los coja el día uno de julio, cuando acaba toda esa pantomima de la presidencia española, y que dimita y se largue del gobierno de una vez por el bien de muchos millones de personas.
Zapatero no sólo quebró irremediablemente la paz social con las medida ultraliberales impuestas a la economía española por las grandes potencias y el FMI en contra de las clases sociales más desfavorecidas y los pensionistas sino que va a consagrar el atentado con su reforma del mercado de trabajo que convertirá a millones de trabajadores en carne de matadero empresarial. Con unas medidas francamente regresivas, como ya hizo Felipe González, privará a los trabajadores de derechos laborales ganados con mucha sangre y sudor y que ya nunca volverán a ser posibles y España se convertirá en un país con un mercado de trabajo completamente regulado por las voluntades de los empresarios que ya cuentan con un arma para la picaresca de los despidos y la posibilidad de suspender hasta convenios laborales sectoriales: un despido prácticamente libre por no decir que gratis. Por decencia política y por dejar de insultar a muchos que todavía creemos en el socialismo igualitario y los movimientos obreros el PSOE debería de eliminar o modificar dos siglas de su nombre. Me refiero a las que se refieren a Socialista y a Obrero y dejar su nombre en Partido Español o añadir los términos Banquero y Empresarios a los que tanto han favorecido en los 19 años que han gobernado en democracia. Estas semana se ha conmemorado en el Congreso, con un encuentro entre Felipe González y Zapatero a pesar de no poderse ver, el primer siglo desde que el fundador de este partido, Pablo Iglesias, fue diputado por las cortes. Sin duda si este líder fundador levantara la cabeza se volvería a morir del susto por ver la cueva de ladrones en la que se ha convertido el partido que con bastantes esfuerzos contribuyó a fundar.
Que exista Zapatero no convierte al PP en mejor partido sino todo lo contrario. De hecho Zapatero se ha valido estos seis años de que el principal partido de la oposición está liderado por la ultraderecha española y al lado de este partido sus tendencias parecen de izquierda revolucionaria cosa que nunca ha sido así. El 13 de marzo de 2004 yo no voté al PSOE pero me alegré no de que este partido ganara las elecciones sino que el infame de Aznar las perdiera sobre todo por el asco que dieron con la manipulación de casi 200 muertos del un atentado terrorista de Atocha. El PSOE pactó con Izquierda Unida y los principales logros sociales, como el matrimonio homosexual y no me refiero al electoralismo barato de Zapatero con lo de los 400 euros, fueron por tener a IU de socio pero éstos nunca supieron rentabilizar mediáticamente este positivo influjo progresista. Lo que más me molesta de todo esto es que mis críticas al PSOE coinciden con las de esta derechona involucionista pero es que así están las cosas. Espero, eso sí, no parecerme nunca a fascistas como Pio Moa o Federico Jimenez Losantos ni a una numeraria del Opus como Pilar del Castillo alias del Caudillo que curiosamente fueron militantes de izquierda de corte y tendencia maoísta cuando eran más jóvenes. La pena de todo esto es que seguro la fuga de votos, y de militantes socialistas pues muchos en privado están muy cabreados con el gobierno, no irá a parar a IU sino que acabarán por derechizarse porque ya sabemos que el próximo gobierno de España será del PP que tiene ahora la excusa perfecta de hacerse el progresista porque el PSOE les está haciendo el trabajo sucio en desmantelar prestaciones sociales y regular al estilo Chino el mercado de trabajo español.
Y en todo esto están los sindicatos conocidos como oficiales y fíjense que los nombro a estas alturas del texto porque ya sabemos la poca mierda que CC OO y UGT representan hoy en día para los trabajadores. Fracasaron estrepitosamente en montar una huelga general en la administración y fracasaran en montar una huelga general por este decretazo laboral porque no tienen fe en lo que deben de representar, los derechos de los trabajadores. Entiendo perfectamente a un funcionario, que le recortan un cinco por ciento el sueldo y pierde un día de salario, que no vaya a la huelga para hacerles el paripé a estos zánganos y sin vergüenzas de CC OO y UGT que durante años le han lamido los genitales al gobierno, obteniendo prebendas a cambio, y que a día de hoy les importa una puta mierda los trabajadores, pues siempre los han visto como provecho personal, y son los auténticos responsables del fracaso del diálogo social, de que los empresarios se hayan salido con la suya y de que este gobierno próximo a banqueros y empresarios haya legislado a favor de la patronal. Patronal que ha ganado la batalla pese a que su líder, Díaz Ferrán, está más que deslegitimado por la posición de quiebra en la que tiene sus empresas. Normalmente suelo decir que CC OO y UGT deben de desaparecer de la vida pública porque con ello nos irá mejor a los trabajadores pero hoy quiero hacer un matiz. El sindicalismo, en los tiempos que corren, es hoy más que nunca necesario para defender los derechos laborales y sociales pero hace falta otro tipo de sindicalismo menos acomodado con los gobiernos y deudor de subvenciones que han hecho de entidades de gestión como CC OO y UGT verdaderos desmovilizadores de las luchas obreras, unos traidores a la causa y los auténticos responsables de lo que estamos sufriendo los trabajadores.
El mejor aliado de Zapatero no es el FMI ni Obama, pues es un tío que nadie puede ver, sino los mundiales del fútbol de  Sudáfrica 2010. En este patriotismo barato que se ha querido montar sobre este conjunto de diversidades que desde hace unos pocos cientos de años es España eso que llama La Roja juega mucho en ello y nunca mejor dicho. Como decían el The New York Times hace pocos días, el fútbol es el elemento que hacen coincidir a Franco y Zapatero en el tiempo a la hora de la manipulación y el control social, ahora que la selección de España tiene serias posibilidades de ganar estos mundiales. Me parece completamente intranscendente lo que puedan hacer y ganar once millonarios corriendo en calzoncillos tras una pelota cuando lo que se juega estos días es una sumisión completa del trabajador al empleador y que va a tener un franco carácter regresivo y cuyas posiciones previas si se lleva a cabo la reforma no se van a poder regresar otra vez. Me parece de vergüenza la actitud futbolística que estos días demuestra una supuesta progresía, que es más bien cómoda, con los deportes de masas pero sobre todo con el dichoso fútbol.
España no es Grecia, a día de hoy se cuenta ya cinco huelgas generales en este país, y creo que no lo va a ser porque aquí nos tomamos como algo inexorable todas estas jugarretas que están haciendo del gobierno pseudo socialista contra el estado de bienestar, las pensiones, los derechos de los trabajadores y a favor de los poderosos, la banca y los fondos de inversión. Da auténtico asco escuchar a la Ministra de la Vega y el Vouge decir todas las barbaridades que dice como si los ciudadanos fuéramos gilipollas, no tuviéramos memoria o todo lo que dijo de manera contraria a lo que dice ahora no estuviera grabado. Este decretazo que tiene previsto el gobierno para el día 16 no se puede llevar a cabo, es un franco retroceso en las garantías de los trabajadores y hasta en las libertades de los individuos en tanto que se podrán suspender derechos laborales, y debe de ser combatido en todas las  instancias. La huelga general con la que amenazan después de años de gratitud estomacal los sindicatos se debiera haber planteado antes no sólo por decencia sino por coherencia. El futuro de millones de personas se juega estos días no en un campo de fútbol sino en el Congreso de los Diputados y en un gobierno de mediocres dirigido por un estrellado José Luis Rodríguez Zapatero. 


Canarias 24 Horas, 14 de junio de 2010.