Por fortuna para las grandes corporaciones del capital España no es como Grecia. Si en España existiera un mínimo de decencia sindical a las medidas unilaterales y ultraliberales impuestas por un mediocre y cada vez más peligroso José Luis Zapatero, sin duda el peor presidente que ha existido en España en la democracia y que hacen del paleto de Aznar al ponerlo a su lado una eminencia económica, hubieran tenido un impacto rotundo en la calle y ya habrían empezado las movilizaciones que unas medidas tan regresivas y violentas deben dar lugar. En principio, y su hubiera decencia sindical, las protestas no deberían de acabar hasta que cayera el mismo presidente del gobierno y sus ministros, que medran en una suerte de ministerios la mayoría estúpidos que sólo sirven para promocionar a novatos como él mismo Zapatero y engrosar las cifras del gasto, y se convocaran elecciones anticipadas. La consideración positiva de Zapatero siempre ha sido porque ha estado enfrentado a un partido como el PP, con un ladrón que tolera la corrupción como Mariano Rajoy, pero esta venia se le ha terminado desde el mismo momento en el que fue al parlamento a declarar medidas tan anti sociales pues este mediocre nos va a acabar llevando a todos a una regresión social y económica sin parangón alguno en la España contemporánea. Ahora mismo este tipo es más peligroso en la presidencia del gobierno que en cualquier lado. El caso es que, por una vez y sin que sirva de precedente, Rajoy y el PP no quieren tener funciones de gobierno porque saben que los de Zapatero la va a seguir cagando hasta el final y porque la paciencia es su virtud después de que estos acaben destrozando todo ya se podrán erigir como salvadores, cosa que a la derechona le encanta a pesar de todo lo que está cayendo con el Caso Gurtel.
Mientras haya una mayoría socialista en el Parlamento de España y en el Parlamento Europeo que no aspiren y que no sueñen a recortes sociales y a recortes de los derechos de los trabajadores, bajo ningún concepto. ¡No va a pasar! Estas palaras eran del Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero en un mitin electoral el 16 de mayo de 2009, hace ahora mismo un año, cuando pedía el voto, los mítines son un suerte de olvido colectivo para repartir caricias en los genitales, para el PSOE en las pasadas elecciones europeas. Hasta tres días antes este irresponsable tenía un discurso parecido hasta que este miércoles 12 de mayo se produjo lo que cada vez parecía más inevitable. El recorte de los salarios de los funcionarios en un cinco por ciento y la congelación en los próximos años aunque parezca una medida que a muchos puede parecer feliz por la envidia a este colectivo es simplemente un termómetro que indica que el resto de los trabajadores vamos a tener que usar cadenas en nuestro puesto de trabajo como medida probablemente primera pues el deterioro laboral va a ser de espanto. La agresión a los pensionistas, Zapatero ha tenido el descaro de pasarse por el forro de sus cojones el Pacto de Toledo, es algo que ha quebrado una de las pocas cosas que ha sobrevivido a muchos gobiernos de distinto signo, y que Aznar ni se atrevió a tocar, y que es algo que sólo con esto justifica una huelga general en todos los sentidos. Los recortes sociales en un país como España donde el gasto social está muy por debajo de la media de los países de la UE 15 es algo que va a volver a costar superar muchas décadas si es que realmente, con tanto liberalismo en todos lados, se va a superar algún día.
Los sindicatos mayoritarios, UGT y CC OO, son una parte más del problema y ya no representan a ningún trabajador salvo a los intereses muy particulares de unos cuantos zánganos y a los negocios empresariales en los que estas entidades pulen los dineros de los ciudadanos que les llegan a sus manos vía impuestos en forma de subvenciones. No son capaces ni de ponerse de acuerdo con las movilizaciones, que deberían ser inmediatas y que para antes de que acabase el mes deberían tener declarada una huelga general, y lo más que han hecho es declarar una jornada de paros en la función pública cuando el tema de lo que ha hecho esta semana Zapatero es algo que afecta a toda la ciudadanía y que va a suponer una merma de derechos sociales y laborales de millones de personas. Estos sindicatos están completamente comprados por los empresarios y gobiernos, estos mismas organizaciones ejercen de empresas y dejan en la calle a trabajadores de peor manera que muchas empresas, y más nos valiera la pena que se disolvieran y que el dinero que trincan de todos los contribuyentes fuera a parar a otro tipo de organizaciones más movilizadas y hasta, por qué no, a la iglesia católica que en el caso de Cáritas pasa por la izquierda a este tipo de mafias sindicales compuestas de liberados y sindicalistos.
La opción de Zapatero, después de dejarse caer casi a diario donde pudiera que su gobierno no iba nunca a hacer recortes sociales cosa que no ha sido verdad, no sé si a esta alturas hubiera podido ser de otra manera pero sí que ha sido de las peores posibles. España como país y los millones de trabajadores de este fracaso que se llama así hemos sido escogidos para defender al sistema financiero internacional y a un puñado de tipos a la sombra que son los que tiene el poder en el mundo y que usan a interinos como Zapatero para que pongan cara a las medidas liberales y unilaterales que sirven para salvar a la economía especulativa mundial de sus perdidas. Y es que, en una buena parte, el dinero ni se crea ni se destruye sino que se transforma y todos estos recortes brutales que hemos de sufrir estos años van a ir a parar a estos especuladores que ostentan un poder nada democrático y que enjugan sus beneficios a la sombra. Una subida de impuestos a los que más tienen y un control político y democrático de la economía especulativa es lo que habría que hacer junto con un sistema de impuestos para las transacciones financieras especulativas, tipo Tasa Tobin, que se repartan en gastos sociales para los más necesitados es lo que habría que hacer y no el disparate que Zapatero ha hecho esta semana.
Falta que España sea como Grecia y que la guerra social ocurra en la calle pues es lo que esta situación merece hasta que las cosas no se vuelvan a reconducir hacia un reparto más justo de las riquezas. Y no estoy hablando de batallas campales, tan tristes como en Grecia donde costó la vida de unas personas, pues este tipo de violencia no es deseable y repugna por completo. Estoy hablando de unas movilizaciones en la calle que hagan que los ciudadanos volvamos a usar con orgullo este apelativo tan denostado últimamente en una clase de trabajadores y parados tan aborregados y adocenados como hace tiempo que no se nos veía por ningún lado. Y que haya violencia es algo completamente no deseable pero que si esta surge, esperemos que no, ya sabemos quién tiró la primera piedra. Y es que el PSOE, Zapatero y buen número de sus ministros con estas medidas completamente retrógradas y anti sociales lo que han hecho es generar nada menos que eso, violencia. Si algún día sucede algo, y esperemos que no tengamos que lamentar nada, ya sabemos quiénes son los verdaderos violentos y los que han generado esta: los liberales que dictan esta normas tan insolidarias como ha hecho Zapatero esta semana.
Canarias 24 Horas, 17 de mayo de 2010.