25 enero 2010

Los conjuros de Don Hilario




Es posible encontrar un ayuntamiento que reúna más cafradas por imputado cuadrado que el ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife pero habría que llegar hasta Marbella, en muchos caso la trama marbellí se queda corta en comparación a las cosas que pasan en la capital de Tenerife, para que esto sea así. Con su alcalde y varios concejales imputados por corrupción en algunos casos abiertos al igual que un par de funcionarios públicos y antiguos concejales del PSOE por el caso de Las Teresitas, con una oposición socialista que tiene a inmorales entre sus filas que no van a votar en contra del PGO porque tienen intereses en que se abra esta nueva veda de especulación, con un Encefalograma Llanos más pendiente de medrar y de recuperar su juguetito para ayudar a hacer dinero a sus amigos como hizo antaño con la Sociedad de Desarrollo antes que de comportarse éticamente, con un grupo como Ciudadanos por Santa Cruz empantanado y con el hijo del principal empresario artífice del pelotazo de Las Teresitas lavando la cara a su padre y mientras 70 mil viviendas pueden quedar fuera de ordenación para que las empresas de ex presidentes del Gobierno de Canarias puedan seguir enriqueciéndose con el negocio de la construcción sólo le faltaba que un auténtico holligan que representa el más chocarrero nacional socialismo canario fuera amenazando a sus ciudadanos a pedradas por ser lo que éste define como godos.
Hilario Rodríguez no es el personaje más siniestro que existe entre las filas de CC pero sí es sin duda el que tiene la boca, y hasta las manos, más sueltas a falta que alguien lo eche de su partido o lo ponga en su sitio. La gran desgracia de Canarias es que estos personajes, que mejor estarían vendiendo pipas en una gallera o de sparring en lonas de boxeo, ocupen no sólo puestos de relevancia en partidos políticos sino cargos importantes de representación de todos los ciudadanos cobrando de nuestros impuestos. Lo peor de todo, el anatema que pende sobre nuestras cabezas de canarios, es que encima este tipo de personas puedan llegar a ser concejales de seguridad ciudadana cuando en realidad son un peligro manifiesto para las buenas formas, la democracia y la gente que se mueva a su alrededor. Hilario no deja títere con cabeza y tiene claro que para perpetuarse debe hacer prevalecer sus modos terriblemente antidemocráticos para amenazar a la gente con piñazos, tonicazos o hasta hacer conjuros santeros yoruba porque no sólo es que sea el presidente de esta secta en Tenerife sino que utiliza su correo institucional, que le pagamos los ciudadanos, para las comunicaciones privadas de este negocio que mueve mucho dinero a base de engañar a gente de bien. A pesar de todo eso sí todavía el ciudadano se le resiste a sus maneras no tiene más que hacer un gesto y enseguida tiene encima esa suerte de guardia pretoriana, completamente extralimitada en sus funciones, llamada UNIPOL, y creada a imagen y semejanza de ese cachorro del tardofranquismo que es su jefe Miguel Zerolo que no reprueba su actitud más que nada por pura estrategia del despiste pues le conviene que este tipo de cortinas de humo exista para que nadie se fije en él en las tres tramas judiciales que tiene abiertas que no es poco.
Hilario Rodríguez es uno de aquellos miembros iniciadores del MPAIAC de San Cubillo y que tan en boga se han vuelto a poner desde que el inefable director de El Día, un trasnochado franquista, racista e insularista, le haya dado por servir con sus editoriales a los intereses profundos de una parte muy importante de ATI que han planificado la resurrección de esta suerte de nacionalismo como la mejor forma que conocen para chantajear al Gobierno de España insinuando que el separatismo puede ser un problema para el estado en Canarias como lo es en Euskadi. Precisamente estos días el resurgimiento del nacionalismo más excluyente e intolerable se están dando en partidos como el PP y CiU que han entrado a saco en una no anunciada campaña electoral jugando a la propaganda del miedo a base de hacer electoralismo con los emigrantes amenazando con no empadronarlos en ayuntamientos, cosa completamente contraria a la ley, con la única intensión de llegar a la opinión pública incriminado a esta gente que, recordemos, fueron la auténtica aceite humana del motor del crecimiento de no hace tanto tiempo en el que la economía, aunque pendía del ladrillo, era boyante. En Canarias sólo es cuestión de tiempo esperar a que los elementos de la extrema derecha comiencen por enésima vez a hablar de imposibles leyes de residencia para limitar el tráfico de personas cuando la mejor manera que ha habido para contener la inmigración a Canarias ha sido la propia crisis económica. Hasta el Diario del Movimiento Nacional Socialista Canario, el ATI Día, reconocía el otro día que a Canarias, a causa de la crisis económica, no llegaba ni un solo cayuco desde hace más de tres meses.
Estas semanas, después de la gran revuelta de las clases medias chicharreras contra el PGO de Santa Cruz grandes afectadas por el pelotazo urbanístico que ATI planea para sus amigos en pleno centro de Santa Cruz, volvía a salir a la palestra este concejal que provoca grandes inseguridades ciudadanas al amenazar al vecino que leyó un comunicado porque no le gustó el tono de su voz. ¿Es tan complicado entender que los cargos públicos se deben a la ciudadanía, que es de la que cobran su sueldo, y que tienen no sólo que ejercer su labores políticas con el mayor de los respetos hacia ésta ciudadanía sino con total transparencia? En un régimen normal este tipo de actitudes, y los personajes que las sustentan, no tendrían cabida alguna pero recordemos que estamos en la República Bananera de Canarias. El caso es que si los partidos censuraran abiertamente este tipo de actitudes y formas antidemocráticas de conducirse en las instituciones que ensucian no sólo se quedaría sin militantes sino que habría un gran vacío de poder en estas instituciones. Hubo un mal entendido de lo que realmente era la democracia cuando arrancó el proceso autonómico de Canarias en los ochenta del siglo XX y se acabaron heredando las estructuras franquistas y caciquiles de poder por mucho nacionalismo patrio canario que afirmen defender personajes como Hilario que están situados en una peligrosa y extrema derecha.
No nos engañemos, actitudes y expresiones antidemocráticas de este tipo refuerzan al sujeto que las mantiene e Hilario Rodríguez es, hoy por hoy, más fuerte que hace un par de semanas no sólo entre los suyos, que deben celebrar sus chanzas, sino en su partido y en el ayuntamiento de Santa Cruz. Después de la lógica pero poco útil indignación que han causado las declaraciones de Don Hilario estos días a una radio amiga entre la opinión pública el tema se volverá a olvidar para acabar reforzando con toda esta polémica al personaje. Y es que las convicciones democráticas de la inmensa mayoría de la casta de políticos canarios es mínima y anecdótica por no decir nula. El sistema necesita de este tipo de persona, con escasa inteligencia pero con gran impacto entre la población por el miedo que causan y porque importantes sectores aplauden sus actitudes, para reforzarse en el día a día. Mientras la ciudadanía corriente pierde con este tipo de actitudes Hilario gana no sabemos si porque el sistema ya no tiene remedio o por un conjuro yoruba que nos mantiene inmóviles delaten del televisor. Me da miedo pensar en una nación canaria con gente de esta calaña. Sin duda su primer acto institucional sería cambiar el nombre del archipiélago por el de Bananaria.
Canarias 24 Horas, 25 de enero de 2010.