21 diciembre 2009

Aminetu Haidar regresa al Aaiún

Foto Cortesía de Arriba las que Luchan bajo licencia Creative Commons Reconocimiento / No Comercial / Compartir Bajo la Misma Licencia.




La economía de mercado vuelve cómoda en extremo a la gente. Ya no nos acordamos cuando éramos más pobres y hemos asumido de sumo grado el consumo desaforado tanto que ahora nos molesta no tener crédito para consumir, llevar nuestras propias bolsas a los supermercados, que la sandía tenga semillas, que no nos dejen fumar en lugares cerrados donde hay otra gente que no lo hace y coger la guagua cuando tenemos el coche en el taller. Vivimos instalados en la supuesta comodidad que nos promete el capital y nos hemos olvidado cómo hacíamos cuando las cosas bien hechas nos costaban algo y nos negamos a educar en estos valores a nuestros hijos porque queremos para ellos la pura sociedad del derroche. En este paradigma la actitud de Haminetu Haidar durante 32 días de huelga de hambre, llevada a cabo con todas sus consecuencias y hasta el final si hubiera hecho falta, vienen a ser una carga de profundidad a la falta de valores de nuestra sociedad y un golpe en la cara a cierta progresía que la miraba con desdén por el color de su piel, por ser mujer y, sobre todo, por empeñarse en una idea a todas luces justa defendida desde el más extremo pacifismo y con una coherencia sin parangón. Esa progresía, socialista sobre todo, amante del realpolitik llegó a acuñar la expresión de ya ha llamado la atención pero es mejor que deje la huelga de hambre porque es más valiosa viva que muerta deben estar ahora meditando que es posible hacer las cosas bien hechas manteniendo la coherencia que parchear las situaciones en base al pragmatismo político. Aminetu ahora es todo un símbolo, no sólo para su pueblo sino para el transcurso de este siglo XXI que será sin duda es el de las mujeres, de que otra forma de entender el mundo es posible ya que se deben hacer las cosas de manera pacífica pero contundentemente.
No sólo la actitud serena pero sin fisuras de Aminetu Haidar ha servido para devolverla a su tierra con su gente, sus hijos y su familia sino que esta misma actitud, a prueba de bombas y sobornos como regalos de pisos y de la nacionalidad española, ha venido a demostrar que no estaba equivocada y que no mentía cuando decía que había sido expulsada a Lanzarote por un acuerdo entre Marruecos y España. Miguel Ángel Moratinos ha acabado manchado en todo esto, nadie en España o Marruecos llegaron a valorar la tenacidad de esta mujer, y se ha acabado demostrando que mintió tanto él como el propio Presidente Zapatero cuando dijo que ningún cargo del Ministerio de Exteriores dio órdenes de dejar entrar en Lanzarote a Aminetu porque desde el día antes Marruecos había avisado a España, el ministro de exteriores marroquí habló con Moratinos, que iba a ser expulsada del Sáhara nada más llegara de Estados Unidos e incluso fueron avisados cuando volaba deportada a esta isla canaria. En esos 32 días a Aminetu le ofrecieron cosas que muchos emigrantes que vienen a España a superar el hambre sueñan, hasta la nacionalidad española por una vía muy singular pasando por el Consejo de Ministros, que cualquiera que no hubiera sido Aminetu hubiéramos tomado a los pocos días sin rechistar. Ella no accedió a esa forma de chantaje porque lo que quería era volver a su casa con los suyos y no tenía por qué pedir perdón a nadie y menos a una mal llamada monarquía que es rica y vive a todo tren precisamente por explotar a su pueblo. Ya hemos dicho que a veces la vía fácil no es la más correcta y Aminetu desde que llegó expulsada a Lanzarote parece que ni se la planteó.
Su huelga de hambre empezó con una pequeña reseña en los diarios canarios y acabó llegando hasta la Presidencia de países como España, Francia, Estados Unidos, el fracasado documento del Parlamento Europeo y el mismo seno de Naciones Unidas. Su falta de alimento ha venido a recordar al mundo el sufrimiento del pueblo saharaui, en general de todo el pueblo marroquí sometido a la dictadura de un tirano vividor, y a demostrar la hipocresía que países como España, que no saben cómo tratar a una de las dictaduras más crueles de nuestro planeta pues los intereses económicos, la sucia economía que está por encima de millones de personas y sus Derechos Humanos,  son más importantes para España por todo lo que le ofrece Marruecos.
El calvario de Haminetu Haidar no ha pasado con los 32 días de huelga de hambre que vivió en el aeropuerto de Lanzarote porque la vía de esta mujer, como ya hemos visto, no ha sido la más cómoda posible. Ahora mismo vive asediada por la policía y el ejército de Marruecos en su casa de Aaiún con una barrera de seguridad tal que impide el paso de cualquier persona que intente llegar a ella ya sean periodistas o médicos. Lo mismo sucede con los activistas por la causa saharaui en todo el país, las cárceles y los territorios ocupados. Este pasado sábado por la mañana Amientu salió arrastrándose de su casa con sus hijos para exigir que el médico que la estuvo tratando en Lanzarote, Domingo Guzmán, pudiera entrar en su vivienda y atenderla pues esta mujer padece graves problemas de salud no sólo por la reciente huelga de hambre sino por las distintas torturas a las que ha sido sometidas durante toda su vida por las autoridades marroquíes. Miserable es aquel que infringe dolor ajeno y no ayuda al prójimo a que este sea mitigado pero cuando lo hace un gobierno, no sólo les importaba un bledo que muriera en Lanzarote sino que le entorpecen la atención médica en su propia tierra y casa, habría que emplear términos más contundentes como limpieza étnica o genocidio. El clavario de Aminetu continuará durante más tiempo y sin duda hay que seguir temiendo por su integridad física ahora más que nunca. Es por ello muy importante que la llama que ésta débil aunque gran mujer ha encendido sobre el problema de Sáhara ocupado por Marruecos pase el filtro del protagonismo efímero de la prensa que vende a base de sensacionalismo y se integre más en el discurso diario para que, de una vez por todas, se busque una solución a este conflicto que dura ya casi 40 años.
El otro día el Premio Nobel de la Paz Barack Obama, que preside la nación más beligerante del planeta desde la Segunda Guerra Mundial, en su discurso de aceptación hablaba de la guerra necesaria para demostrar que no se merece el premio no sólo por el belicismo extremo, también por sus 30 mil soldados para Afganistán, sino porque todavía no ha hecho mérito alguno, y me temo que no hará mucho más porque las empresas americanas no lo dejen, para ser merecedor de este premio. El reconocimiento internacional de una señora de la categoría y nobleza de Aminetu Haidar es no sólo necesario sino urgente no ya para preservarla a ella sino también a su pueblo del yugo de la tiranía de un gobierno marroquí amparado internacionalmente al que nadie le molesta que sea una dictadura mientras en lo económico se comporte como se espera. Aminetu estaba sola en su huelga de hambre pero no en el aeropuerto donde estuvo los 32 días de esa huelga. Es destacable la labor de la Plataforma de apoyo a Aminetu Haidar integrada por saharauis residentes en Canarias, canarios de Lanzarote o de otras islas como la amiga Luz fue por allí e hizo unos reportajes fotográficos muy sugerentes y personas de gran reconocimiento social, como el actor Guillermo Toledo, que de una manera u otra dejaron sus cosas por hacer para estar allí apoyando a Aminetu en lo que hiciera falta  aunque en la mayor parte del tiempo no se supiera cuál iba a ser el desenlace.
El único tomate que hay entre España y Marruecos no es el que dice un cada día más miserable PP, que trata de sacar partido político de todo lo malo que le pasa al gobierno, sino la concesión a Marruecos por parte de España y Francia en los documentos difundidos tras la liberación de Aminetu Haidar en la que se reconoce la plena soberanía de Marruecos sobre los territorios saharauis ocupados. Eso es completamente ilegal según la legislación internacional y un país que colonizó un territorio, España huyó en desbandada del Sáhara, debe seguir velando por estos territorios hasta que el conflicto se solucione. Es hora de que el gobierno español diga la verdad sobre este asunto en el que, más que una oposición tenaz e interesada y unos medios de comunicación manipuladores, una débil mujer de 42 años, con mala salud y dos niños pequeños, ha conseguido que a más de uno le hayan salido los colores a causa de la vergüenza si es que alguna vez la han tenido. Este proceso ha sido una Victoria para Aminetu, una humillación para Marruecos, un silencio cómplice para el gobierno de España y una salida a la luz del movimiento pro liberación del Sáhara cuyos activistas viven avasallados en sus derechos civiles por el yugo de una dictadura que vende mucho a Europa y que cada vez tiene menos el beneplácito de la opinión pública. Este gesto de Aminetu, poniendo en peligro su vida y su salud futura, no habrá sido en vano si se consigue que pronto este conflicto enquistado en las conciencias de medio mundo logre algún tipo de solución.
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Canarias 24 Horas, 21 de diciembre de 2009.