No sé que esperaban Hermógenes Pérez, alcalde de Tacoronte, y el grupo de gobierno de Coalición Canaria cuando, y con el más de los absolutos secretos con el que lograron mantener durante años, al encargar la elaboración de un documento tan transcendental e importante, sobre todo a un pueblo de las características de éste, como es el Plan General de Ordenación Urbana a una empresa privada con la consigna de entrar a saco a la especulación cosa que un malnacido partido político como CC, fusión de la extrema derecha franquista chicharrera y la izquierda más sobornable, hace allá donde gobierna si nadie se lo impide. Aprobado formalmente para su puesta en exposición pública el 24 de julio por el pleno del ayuntamiento apenas se pudo mantener tres meses porque no pasó el periodo de alegaciones, periodo que por supuesto estaba siendo manipulado como siempre en estos casos hace CC y, lo que ha sido más importante, la presión de la ciudadanía de Tacoronte que en varias ocasiones se ha echado a la calle para protestar contra este plan de ordenación sobre todo el jueves 29 de octubre en el que salieron a la calle varios miles de personas. Sólo un dato, para evitar el típico mareo de cifras de que si fueron pocos o muchos hay que tener en cuenta que si se manifiestan 2 mil personas del total de una población de 20 mil se registraría un más que significativo 10 por ciento de la población que ya quieran muchas organizaciones que hacen grandes manifestaciones, con gran cobertura mediática, en lugares como Madrid. El caso es que el alcalde y su equipo de gobierno se han visto obligados, también en un pleno municipal, a retirar este infame documento en vista del enorme rechazo popular por parte de la ciudadanía y que sólo acababa de empezar ya que no iba a parar hasta echar por tierra este PGO.
A la impunidad secular que ha existido siempre en Canarias con todo lo que son gestiones y labores de gobierno, de ahí que las islas ocupen puestos muy bajos en relación a la transparencia democrática en la mayoría de sus administraciones, o que se vaya a pagar una pasta gansa por pelotazos como los de Tebeto o Montaña Rayada, donde los políticos no actúan de manera democrática sino como herederos directos de los caciques franquistas creyéndose con derecho a pernada se ha desarrollado una pequeña voluntad ciudadana con la capacidad no sólo de plantar cara a las cosas que les parecen injustificables sino, lo que es más importante, de ofrecer soluciones más plausibles, coherentes y acordes con el interés general que las que dan los políticos que cobran de nuestros impuestos por ello. Si se hubiera puesto en marcha este plan de ordenación Tacoronte se hubiera acabado siendo un municipio en el que la población se tendría que duplicar en los próximos diez años, se hubieran partido a la mitad numerosas zonas residenciales tradicionales con la construcción de carreteras de hasta cuatro carriles dejando abierta la ocupación urbana de importantes zonas agrícolas, se hubiera marginado la vida en torno a sus barrancos, se habrían puesto en marcha expropiaciones innecesarias, incluida la de parte de un colegio, y se hubiera convertido en barriadas sin servicios zonas como la del Barranco de las Lajas. Todo ello no sólo de espaldas a la ciudadanía sino profundizando en el estatus que Tacoronte tiene como ciudad dormitorio de La Laguna y Santa Cruz y, lo que es más grave, haciendo perder la calidad de vida que sus habitantes disfrutan, que están en su derecho de defender como sea, por la entrada en el mercado de la especulación, si es que el sistema económico especulativo del territorio vuelve a despertar cosa que esperemos que no suceda pronto, muchos miles de metros cuadrados del municipio. Parece que los testaferros de Antonio Plasencia deberán por esta vez esperar otro momento para comprar terrenos como locos en el municipio de Tacoronte.
Los políticos tienen muy grandes problemas para hacer efectivo el artículo 23.1 de la Constitución Española por el que faculta a que los ciudadanos se puedan representar a sí mismos, al margen del resultado de urnas que representan siempre una fotografía estática de un momento electoral más que un cheque en blanco de legitimidad futura, para hacer planes municipales con verdadera voluntad de democracia participativa sobre todo en municipios como Tacoronte en los que este tipo de cosas funcionarían muy bien no sólo por el cómodo número de habitantes censados sino por las características peculiares de su orografía y situación. El caso es que si el pueblo se le deja decidir abierta y democráticamente lo mejor lo que creen, y que suele ser de interés más general, que es mejor para los lugares en lo que viven pasará que este interés general esté muy alejado de los intereses especuladores que representan los tres grandes partidos canarios como CC, PP y PSOE. Los ciudadanos no somos tan tontos como muchos impresentables políticos pretenden hacer creer.
Un precedente a este movimiento social contra el PGO es la plataforma surgida ahora hace tres años de Tacoronte se mueve para evitar la construcción de un puerto deportivo en el litoral de este municipio por las empresas del imputado empresario José Ana Pérez Labajos que al final se consiguió paralizar completamente. Aquella era una época en la que cualquier empresario con ínfulas de pocero era capaz de seducir a cualquier administración proponiendo los más disparatados proyectos y donde medraron muchos corruptos que ahora están cerca de la cárcel o dentro de ella. Parece que tras el fracasado plan de ordenación del señor Hermógenes se va a empezar a trabajar en uno nuevo a través de un sistema participativo, incluyendo por supuesto la opinión de los ciudadanos, según correos electrónicos que he recibido estos días. El caso es que, en este como en muchos casos, hay que estar siempre ojo avizor porque ya sabemos cómo las calzan los políticos profesionales que en cualquier descuido cuelan medidas impopulares vestidas de muchos supuestos beneficios como puestos de trabajo, desmedidos resultados económicos o que una región alcance a ser el centro de la galaxia. En este sentido el PSOE de Tacoronte se ha dedicado a enmierdar la labor de Pepe Casanova, concejal de Sí Se Puede, tergiversando el voto al plan que hizo el 24 de julio destinado a que se expusiera a la opinión pública este PGO, cuando se le conoce a él y a su organización una labor bastante grande de informar a los vecinos.
No se puede más que celebrar que los vecinos de Tacoronte hayan logrado meter en cintura a su alcalde con este plan urbano completamente descabellado pero valga, para finalizar este artículo, una reflexión sobre la apatía general de los canarios por la que sólo ven la boca del lobo cuando la tienen en sus narices y miran para otro lado cuando las fauces de éstos están en otro lado. La solidaridad, que siempre ha sido un bien común de los canarios con los que vienen de fuera, se aplica mal dentro de nuestro territorio y se impulsa desde dentro del sistema como pleito insular o como envidia de lo que hace el vecino en el barrio de enfrente. Que un heredero del franquismo con rejo racista como José Ramírez se haya encaramado a un independentismo separatista de lo que en sus editoriales llama la tercera isla, convenientemente secundado por adulones como Concepción y Cubillo, es algo que podía haber surgido en cualquier sitio pero reconozcamos que si está de pasar pasa en Canarias. Unos cuantos nos hemos ganado la fama de anti sistema y de estar contra todo cuando en verdad los que realmente atentan contra el sistema y los que están contra todo y dicen no a lo que signifique un progreso racional son los especuladores y los políticos que se meten en las instituciones para hacer el trabajo de allanar el camino a la especulación y por lo que se han hecho muchas fortunas en las islas y nos enfrentamos a una frontera de más de 400 millones a pagar en indemnizaciones judiciales por la mala cabeza, muchas veces hecha a posta, de nuestros gobernantes que esconden su mala gestión en una maraña burocrática que les protege mientras somos los contribuyentes lo que pagamos la factura con nuestros impuestos. Que haya que pagar este dinero mientras la calidad del empleo público se precariza o la sanidad, la enseñanza y los servicios sociales caen por los suelos en financiación al tiempo que se mantienen los presupuestos de la televisión pública de propaganda o se va a financiar una inútil policía autonómica es, cuando menos, para que en las islas haya un verdadero clima de revuelta social, cosa que no pasa. Decía Soria que desde el ejecutivo vio la crisis económica antes que empezara cuando con estas medidas injustas, que provocan una grave fractura social, y con lo que dicen que han arañado al gobierno de España no saben cómo mantener los servicios públicos y hacen unos presupuestos tan desastrosos están demostrando todo lo contrario. Hay que mirar en estas islas mucho más allá de lo que nos afecta directamente porque nuestro ecosistema y nuestra economía está en peligro y practicar la solidaridad que también hemos ejercido con los de fuera entre nosotros mismo y despertar de una vez. Y saben bien los vecinos de Tacoronte que no me refiero a ellos en particular y a los que vuelvo a felicitar y siento orgullo por lo que han conseguido estos últimos días.
Canarias 24 Horas, 9 de noviembre de 2009.