Sin duda un termómetro para ver el estado en el que ha quedado la educación en España después de que cada partido llegue siempre al poder con una reforma de la reforma de la anterior ley educativa reformada y de que muchas autonomías, como Canarias, hayan entregado sus competencias educativas a las peores instancias neoliberales es el absurdo, y muchas veces vomitivo, debate que se ha montado en torno a una asignatura como Educación para la Ciudadanía por parte de las instancias de la ultraderecha del PP y de la más rancia y medieval Iglesia Católica Apostólica y Romana de España. Esta asignatura de ninguna de las maneras va a ser la salvación para una ciudadanía cada vez más embrutecida, manipulada y desinformada que tantos años del más salvaje despliegue neoliberal radical que sin ningún tipo de contrapartida de Estado de Bienestar se ha impuesto como si fuera algo natural cuando no lo es para el conjunto de la población. Algo tiene que haber ido muy mal no sólo en materia educativa sino socialmente cuando muchos sectores de esta sociedad miran con nostalgia, y hasta prefieren abiertamente, una reforma educativa franquista como fue la ley de 1970 que los distintos engendros, de mejor o peor buena intención, se han ido haciendo durante los años de la democracia ceremonial.
Antes que una asignatura maría, cosa a la que está condenada a convertirse, como Educación para la Ciudadanía se pusiera en marcha existía en el sistema educativo otra de un mayor carácter científico y un concepto educativo para que realmente el alumnado se imbuyera de los valores de ser ciudadano. España ha pasado de ser el país de nuestro entorno donde la filosofía estaba más presente en el currículum escolar de secundaria a convertirse en algo cada vez más residual y acabar siendo una rareza. Los legisladores parecen pretendidamente ser ignorantes cuando cada vez que en una reforma se elimina todo aparato crítico del sistema educativo para convertirlo en un sistema más plegado al mercado laboral y a las exigencias de las empresas cuyo paradigma es el Plan Bolonia de universidades que va a dejar a éstas vendidas a las multinacionales y que las va a privar de un sentido crítico y de un afán de desarrollar auténtico conocimiento científico más que el puramente técnico instrumental. Allá atrás queda la LOGSE que fue una buena ley en el papel pero que los distintos agentes educativos, las comunidades autónomas, el propio Ministerio de Educación o cierto pero importante sector del profesorado anclado en la edad de piedra de la educación, se encargaron no sólo de frustrarla sino de matarla porque después de 1992 hubo una crisis económica y donde siempre se recorta en estos tiempos es de las prestaciones sociales, educativas, de justicia y sanitarias. El concepto de transversalidad de la educación en valores en todas y cada una de las asignaturas del currículum escolar se quedó como algo proyectado pero nunca puesto en marcha. Es un tópico que parece falaz decir que los gobiernos y los políticos que los representan no quieren una ciudadanía crítica pero es que con sus actos cada vez esto es más cierto.
Los sectores ideológicos, religiosos y de poder que llevan 21 siglos metiendo ideología, cuando no mierda, en las cabezas de los individuos para que con un portal y un crucificado se haya hecho el negocio más rentable de la historia de la humanidad han armado el revuelo estos años por una asignatura bastante light como la Educación para la Ciudadanía porque para ellos significaba que los jóvenes se iban a imbuir de los valores radicales de la izquierda más luchadora y se iban a hacer unos adictos al condón cuando la realidad no ha sido ni será esta. El currículum de esta materia en muchos aspectos es muy ambicioso pero en una asignatura que sólo se da en un curso escolar, creo que cuando los alumnos tienen entre 13 y 15 años, con una hora a la semana se puede hacer muy poco cuando el resto del sistema educativo se desentiende de los valores ciudadanos y cuando la sociedad, la prensa, la televisión y muchos sitios de internet que los chicos y chicas visitan son completamente hostiles a los valores de una sociedad habilitada para una convivencia mínima. Aún así esta asignatura es una de mínimos y que, desgraciadamente, es casi lo único que nos queda para defender cierto aspecto crítico en la educación. En estos meses el sector ultra que se ha encargado de oponerse a la asignatura como parte de su estrategia de un no a todo lo que signifique progreso y/o derechos para los individuos han montado en cólera contra esta asignatura. Así tenemos la ocurrencia de la Generalitat de Valencia de cursar esta asignatura en inglés como forma descarada de bloquear su desarrollo y que acabó con el esperpento de la mayoría de los alumnos suspendidos y dos profesores, uno de la asignatura y otro de inglés, en cada aula, el que en Canarias José Manuel Soria pusiera la asignatura en la mesa para el pacto de gobernabilidad de las islas y que para que un tontón como Paulino Rivero pudiera gobernar ésta se tuviera que retrasar un curso educativo cuando se había aprobado lo contrario, que abiertamente desde gobiernos autonómicos del PP se llamara a la insumisión a esta ley y que la condesa presidenta Esperanza Aguirre no sólo ampare a los que fuman en lugares públicos sino también a los que quisieran objetar de esta asignatura, no se sabe si durante un acto de vigilancia o contravigilancia de la agencia de espionaje de Madrid, o que un juez del Opus de Sevilla dictase una sentencia favorable a la objeción a ciudadanía.
Amén de los votos particulares que estarán por conocerse en las próximas semanas la sentencia del Tribunal Supremo en contra de la objeción de conciencia de la asignatura Educación para la ciudadanía, que costó tres día de reuniones y deja ver lo ideologizado en muchos aspectos que está el poder judicial, es rotunda: 22 votos contra 7 de un total de 30 magistrados uno de los cuales se ausentó por enfermedad. Roucco, el PP y todo el aparato ideológico mediático de la ultraderecha española ni se van a quedar conformes con el asunto, dicen que irán al Constitucional y al de Derechos Humanos de Estrasburgo, y mucho menos van a asumir responsabilidades de los auténticos disparates que se han escuchado estos últimos años sobre una asignatura que en mucho de los casos va a ser bastante inocua y aséptica o cuando menos va a parchear una pequeña parte de esta absurda realidad. La derecha que ha estado o aspira a estar en el poder nos demuestra un día sí y otro también que son gente sin escrúpulos que no dudan en espiarse entre ellos, pagándolo todo con dinero público, para ver si los burdeles que visita este o las propiedades que posee aquel sirven para chantajear en un momento dado. Suspenden en ciudadanía y por eso no quieren que nadie tenga valores de tolerancia y de progreso porque detrás de su semblante de personas rectas hay un ser retorcido como Hyde, la parte oscura del Doctor Jekyll, o el cuadro manchado de pecados que Dorian Gray escondía en su buhardilla pues este es el sentido autentico de estas dos obras de la Gran Bretaña victoriana del XIX.
Canarias 24 Horas, 2 de febrero de 2009.