Creo que nunca le podré dar en nada la razón tanto como ahora al imputado Vicepresidente José Manuel Soria como cuando dice que Guillermo García-Alcalde, director del diario del grupo Prensa Ibérica La Provincia Diario de Las Palmas, la ha cogido con él a causa de que su grupo de comunicación no sólo no haya recibido licencias para emitir en los distintos concursos de la TDT en Canarias sino que haya sido apartado de las subcontratas para hacer la programación y los informativos de la Televisión Autonómica de Canarias. Que los diferentes concursos de la Televisión Digital Terrestre hayan sido absolutas chapuzas jurídicas que por el enfermizo empeño del Presidente Rivero de recurrir hasta la nausea nos van a costar a los contribuyentes muchos cientos de millones de euros en indemnizaciones o que la programación del Ente Público de la Televisión Canaria haya sido entregada a los amigos mediáticos del PP no es algo extraordinario en Canarias porque aquí los concursos públicos se amañan y se celebran más que en despachos de rigurosos técnicos en comilonas de papas, gofio y mojo o en su versión de alta sociedad de caviar, langosta y percebes. Que diarios como La Opinión y La Provincia Diario de Las Palmas hayan hablado ahora de estos chanchullos porque les perjudican a sus negocios no es una actitud menos miserable que la de los años que han estado beneficiados por el poder y han callado como bellacos. Para muestra de lo que sucede en Canarias con los concursos públicos, y para demostrar que las fuentes de energía renovables en las islas se las mira más como un negocio que como una alternativa viable para el archipiélago, la Consejería de Empleo, Industria y Comercio ha adjudicado a Endesa, la misma empresa que hace tres años dejó vendidos a cientos de miles de ciudadanos en la isla de Tenerife en un apagón tras el paso de la tormenta tropical Delta que derribó centenares de torres de alta tensión podridas, y no a Inalsa, una gestora de aguas, para la concesión de los parques eólicos en la isla de Lanzarote por un presunto error de cálculo que o bien representa un actuar chapucero o de bastante mala fe.
Los sucesivos gobiernos de Coalición Canaria que desde 1993 hasta nuestros días han gobernado en las islas han significado el establecimiento de un sistema oligárquico, que tomando como base el secular sistema caciquil canario, han llevado a niveles de enriquecimiento de las élites tales que ya querrían para sí las repúblicas más bananeras que se hayan conocido nunca en el planeta. Con el REA, el REF y la RIC se ha legitimado un disparatado atraco a la ciudadanía que vía impuestos indirectos y con el sudor del IRPF de sus nóminas han financiado, junto con los ciudadanos alemanes mayores contribuyentes netos de las subvenciones de la UE que en Canarias se han liquidado, un sistema económicamente injusto que ha dejado ya casi 300 mil personas viviendo bajo el umbral de la pobreza de los despojos de los que se han enriquecido, las mayores listas de desempleo del Estado Español, una sanidad y una educación de pena gestionada liberalmente y una degradación de nuestro territorio que en muchos casos ha llegado a niveles irreversibles.
La actual crisis y recesión económica global va a dejar a muchos más canarios con el culo al aire no sólo porque el nivel de incertidumbre mundial es de un inmenso calibre sino que nadie sabe lo qué hay que hacer empezando por un Gobierno de Canarias en el que la mediocridad del segundón imperan en todas y cada una de las consejerías. Echar la culpa a los otros, como se han caracterizado siempre los de Coalición Canaria cuando manipulan a la opinión pública para ocultar sus desmanes, no va a servir más que para agravar la crisis general que en Canarias se caracteriza además por una de carácter institucional que hace mucho tiempo que viene dejando indefensos económica y jurídicamente a los ciudadanos canarios.
La solución como dice José Manuel Soria que quiere el director de La Provincia Guillermo García-Alcalde, la caída del actual e incompetente Gobierno de Canarias, no creo que sea la mejor a todo este desastre institucional porque ya hay suficientes políticos trepas esperando la caída como si fueran garrapatas no sólo en CC y PP sino también en el PSOE. La mejor forma de salir de todo esto es la profundización de la calidad democrática entre la ciudadanía y que sea ella, de manera activa, permanente y eficaz, la que tenga la posibilidad de decidir las infraestructuras que hacen falta en el archipiélago, la política energética más correcta y eficiente para las islas, el modelo económico que Canarias necesita y la dirección que los presupuestos municipales, insulares y autonómicos deben tener. Cuestión compleja esta de la profundización democrática real y activa no sólo cuando la inmensa mayoría de la población anda despistada a otras cosas o cuando el Parlamento de Canarias se toma el lujo de rechazar Iniciativas Legislativas Populares como las últimas de Ben Magec avaladas con más de 56 mil o 45 mil firmas respectivamente. La cosa está complicada pero no cabe duda que muchos ciudadanos han demostrado no sólo ser más conscientes sino más capaces que los políticos que nos gobiernan a la hora de calificar y evaluar cuáles son las necesidades de los canarios y lo han demostrado con hechos, con manifestaciones, con Iniciativas Legislativas Populares, con decencia y con la solidaridad con los que llegan de fuera como pasó en el verano de 2006 en la playa de La Tejita cuando los bañistas socorrieron a los inmigrantes sin papeles exhaustos que llegaban en un cayuco y cuya noticia dio la vuelta al mundo. Hasta que no haya una depuración democrática de las instituciones sería mejor alejar de la autonomía determinadas competencias o revisar algunas como las de sanidad y educación que tan mal gestionadas han estado durante décadas por los políticos canarios. Ya se sabe que lo mejor que se puede hacer en las islas es alejar judicial e institucionalmente de las garras de nuestros políticos los conflictos como ha pasado con el puerto de Granadilla que han dado más frutos en las Instituciones Europeas o en el Tribunal Supremo.
Una vez más está claro que los medio de comunicación son correas de trasmisión de intereses muy particulares y totalmente ajenos, aunque disfrazados de un absurdo interés general que no soporta una mínima racionalidad, a la mayor parte de la ciudadanía. Recuerdo escuchar a alguien que dijo que había que felicitar a La Opinión de Tenerife por informar debidamente, en el resto de la prensa había sido algo completamente invisible, de una manifestación contra el puerto de Granadilla cuando lo que hacían era cumplir con un deber ético que como medio de comunicación tenía. Contra estos sistemas completamente verticales los ciudadanos tenemos el poder de la horizontalidad que Internet tiene todavía. Para eso, hasta que logren controlar completamente el medio, queda algún tiempo que debemos aprovechar para, entre otras cosas, salir de esta situación de corrupción y anquilosamiento en el que nos encontramos política, social y económicamente en Canarias.
Canarias 24 Horas, 12 de enero de 2009.