Si Isaac Valencia en
una copiosa comida de papas y costillas hubiera dicho lo que dijo en
nada menos que todo un congreso insular de Coalición Canarias, eso
de que las costas canarias están a merced de
que el moro venga un día y nos lleve por delante,
hubiera sido igual de grave pero no hubiera tenido que transcender a
lo público y sus comensales lo hubieran podido mandar a tomar por
culo, como se dice coloquialmente, que es lo que se debe hacer con
gente que se manifiesta de esa manera y que no tienen ni puta idea de
lo que están diciendo. Y es que en Canarias la ignorancia se valora
positivamente a la hora de adjudicar cargos de gestión públicos y
políticos. Al igual que se exige la dimisión del presidente de la
Federación de Municipios Pedro Castro por llamar tontos
de los cojones a los votantes de la derecha
en un foro público habría que hacer algo importante con Isaac
Valencia más que el leve tirón de orejas que Paulino Rivero le dio,
él estaba en aquel congreso y que se sepa no dijo nada sobre el
asunto, más acosado por la polémica que por gusto propio. De
momento hay una denuncia ante la fiscalía de un Gustavo Matos del
PSOE, más volcada a quedar bien ante la galería que otra cosa, que
es lo más que ha transcendido de unas palabras tan graves hechas por
un cargo público imputado por prevaricación precisamente por tratar
de favorecer los intereses de una multinacional extranjera como
Alcampo y que el alcalde de La Orotava no debe ver como amenaza
porque, en efecto, sus propietarios tienen mucho dinero. Y es que la
actitud de echar la culpa al que viene de fuera, ya sea godo,
moro, negro, sudaca, güiri o
canarión que también sucede, es una huida
hacia delante de este tipo de impresentables que si tuviéramos que
tipificar del alguna manera lo haríamos como belillos
porque sin duda los males de Canarias están en ellos y no vienen de
fuera.
En las
islas estas gracias y payasadas han salido
siempre gratis cuando la verdad debería suceder que este tipo de
actitudes salieran caras al que las pronuncia porque están haciendo
mucho daño en nuestra sociedad. Un medio que tiene oficializado el
insulto, la xenofobia, el odio entre canarios y hasta el fascismo por
su pasado de diario del Movimiento Nacional es el periódico El Día
que ha servido de órgano oficial de expresión a este tipo de
actitudes y a los políticos de ATI que son sus mayores mentores. Por
suerte, hace una semana la fiscalía ha tomado buena nota y ha
admitido a trámite la demanda interpuesta por Ben Magec contra este
periódico por una cosa que alguien se atrevió a afirmar que era una
poesía, y que por asco no reproduzco aquí, y que fue publicada en
una sección de ese periódico. Ya las editoriales escritas por su
carcamal director José Rodríguez Ramírez no sólo en la etapa más
triste de la llegada de cayucos a las islas, decía aquello que al
mezclarse el negro con el blanco este color se perdía, sino sus
ataques sin fundamento, guiados por el resentimiento, a isla de Gran
Canaria potenciando una división insular que en el corazón de las
personas corrientes de este archipiélago no existe. Y es que el
papel de los medios en la transmisión de valores negativos hacia la
inmigración y al racismo sociológico en el que se vive en nuestra
sociedad es clave para entender lo que está sucediendo o, esperemos
que no, lo que todavía queda por suceder. Y es que en Canarias por
lo general los medios de comunicación están configurados para que
sean mera correas de transmisión de los valores ocultos de este
sistema y eso se nota. En las islas se crean emisoras de televisión
con el fin de que sean deficitarias, que diga algún empresario del
sector que su televisión ha obtenido ganancias durante un ejercicio
fiscal, pero pensadas para apoyar a un grupo empresarial determinado
si no es el grupo en concreto el que las crea. En consecuencia los
intereses son siempre oscuros por parte de estos medios y lo peor de
todo es que cualquiera, ¡hasta yo puedo publicar en este medio de
Canarias 24 Horas!, puede ser periodista.
Al mismo tiempo que nos sorprendería que cualquiera sin la debida
titulación fuera taxista, policía, matrona, dentista, astronauta o
profesora universitaria vemos normal que cualquier juntaletras
de copia y pega sea periodista o hasta escritor. No hablo de los que
cobran en precario echando más horas de las que deben en la
redacción sino a esas estrellas del
periodismo canario que llegan a presidir
entes públicos de radio y televisión con las enseñanzas que les da
la universidad de la vida.
El morbo, la exageración, la mentira, la criminalización del
extranjero porque es pobre, negro o marroquí, la falta de ética
periodística y muchas cosas más alimentan las redacciones de los
medios de comunicación que, aunque sean privados y su destino sea
ganar dinero, deberían anteponer ante todo el compromiso con la
sociedad que por ser medios de transmisión de noticias tienen de
manera intrínseca. Para hacer información acerca de la inmigración
la pluma del periodista debe ser tan precisa como el bisturí del
cirujano y eso no pasa casi nunca desgraciadamente y no sólo en
Canarias.
Seguramente la falta de
ética de los medios de comunicación de mierda a las masas, junto
con la irresponsabilidad de los políticos y la tolerancia judicial
son auténticos caldos de cultivo para actitudes racistas poco
entendidas históricamente por estas tierras. Sin ánimo de
dramatizar, teniendo todas las precauciones posibles hacia el tema,
sin saber exactamente qué pasó allí en aquel partido de fútbol y
por supuesto sin hacer generalizaciones me parece que los incidentes
xenófobos ocurridos estos días en La Verdellada de La Laguna pueden
tener algo que ver con todo esto. No en vano en Tenerife gente muy
cercana al periódico El Día, junto con un partido político con
mucho dinero y poquísimos votos con el CCN de Ignacio González
hijo, organizaron una manifestación racista y xenófoba el 29 de
octubre de 2.006 que aunque fue un fracaso de participación sí que
tuvo gran repercusión mediática y hasta llegaron a pedir firmas
para una ley de residencia de nula legalidad y
claramente xenófoba. Y es que cuando el fenómeno
de la inmigración se caracteriza como un problema por parte de
medios y políticos irresponsables a la ciudadanía, la mayoría de
las veces más preocupadas por escapar en sus cosas que por hacer
análisis de los acontecimientos, acaban asumiendo estos discursos
catastrofistas y falsos que no conducen a nada. Mayor presión sobre
el territorio ejercen las multinacionales que campan por doquier en
las islas o los residentes de origen comunitario que tienen mucho
dinero para comprar grandes extensiones de tierra que las personas
que vienen atraías por el, hasta hace poco, turgente sistema
económico de las islas basado en la degradación del territorio y el
cemento como fuente de
generar riqueza a grupos empresariales sin escrúpulos que no dudan
en sacar lo que pueden de estas islas y luego, como se verá estos
años, dejarlo tirado.
Al igual que el gallo
no recuerda cuando fue pollo, humilla a los más jóvenes en el
gallinero, parece que el canario no recuerda cuando fue pobre. Y es
que no hace tanto tiempo de eso y quizá sea esta una de las pocas,
probablemente la que más ha perdurado en el tiempo, generaciones de
canarios que no han tenido que emigrar para no pasar hambre fuera de
su tierra y se han visto sorprendidas por fenómenos migratorios
hacia estas islas. Quizá este recuerdo no esté en mentes inclinadas
hacia el caciquismo como la de Isaac Valencia pero sí en la de
muchos canarios como las gentes de Fuerteventura y Lanzarote que
fueron a trabajar al Aiún en el Sáhara Occidental cuando ese
territorio era colonia española pero que seguramente el imaginario
de Valencia la situaría en tierra de moros.
El canario debe ser consciente de lo que significan los fenómenos
migratorios no sólo por reconciliarnos con nuestro pasado sino
ser justos con este presente que demanda mano de obra migrante.
También por nuestro futuro que a causa de la profunda crisis
económica que nos tocará vivir en los próximos años, a día de
hoy nadie sabe decir lo qué va a pasar, debido a la complejidad de
los factores que la han desatado. En Canarias cabemos todos y más
que leyes que puedan tratar de controlar la población y que irían
en contra de los Derechos
Humanos lo que se debe hacer
es modificar el sistema económico basado en la dilapidación
continúa de nuestro territorio por otro basado en el I+D+I. Pongo un
ejemplo. Nadie duda de que hoy por hoy los mejores programadores del
mundo sean de la India al tiempo que la comunidad hindú lleva
asentada en Canarias más de 50 años generando beneficio a nuestra
región. La relación mentalmente es muy lógica, aprovechar la
sinergia de una gente que lleva asentada en Canarias mucho tiempo y
que ha generado riqueza, pero en las islas se sigue apostando por un
sistema económico desfasado que a corto plazo crea beneficios
inmensos para unos pocos pero miseria para muchos.
Canarias 24 Horas, 8 de diciembre de 2.008.