Miguel Ángel Daswani, director de informativos de la Televisión Canaria, dice que recibió un correo electrónico según el anuncio de Actimel que ha protagonizado. Yo supongo que al día recibirá, como todo el mundo, más de uno. En realidad muchos. Pocos serán importantes, la mayoría chistes malos, presentaciones deseando la paz universal, cadenas chorras y mucho spam. Podía haberse fijado en los de viagra a dólar y medio o los de alargamiento de pene pero parece que este señor anda sobrado y vino a reparar en uno, como ese que nos ha llegado a todos, sobre las falsas propiedades del Actimel y el fraude que significan este tipo de productos. Como los demás deberemos ser gilipollas que ni contrastamos la hora que pone nuestro reloj con las condiciones lumínicas del día encontró, sobrecargando de trabajo a la gente de su redacción, que una universidad en Navarra decía maravillas del producto con una parrafada técnica que ni comprende el guionista que lo escribió. Daswani dice que a diario toma Actimel pero uno al mirar su constitución física no puede evitar reparar que en su cuerpo hay una inversión considerable en carne de cochino. Y no sólo hay que hablar de sus hábitos alimenticios en relación al cerdo sino que quizá habría que preguntar a sus compañeros subordinados cómo se comportó con ellos y sus maneras de esquirol cuando éstos protestaban por un salario más digno y mejores condiciones de trabajo en la subcontratación de los informativos de este canal.
Este tipo de publicidad no sólo es poco ética sino que debería ser ilegal. Buscando sacar una sinergia con las estructuras y las formas de los medios informativos del canal se engaña a la gente para hacer creer que un anuncio de este tipo está a una misma escala que una información supuestamente contrastada que se emite como noticia. En otro orden de cosas Daswani cobra de todos nosotros, ciudadanos contribuyentes, un sueldo que, sin saber cuál es, para la mayoría de los canarios, sobre todo ese 25 por ciento que anda por debajo del umbral de la pobreza, es simplemente inimaginable y, además, en las clausulas de su contrato tiene prohibido este tipo de sobresueldos. Canarias es, a parte de una mal llamada región ultraperiférica, la capital del escaqueo donde este tipo de cosas no sólo se permiten sino que se premian en la mitología popular.
Los distintos gobiernos de Canarias, desde la puesta en funcionamiento del ente público de la Radio Televisión Canaria el 21 de agosto de 1999, no han hecho sino engordar un monstruo devorador de dinero público que no tiene referente alguno para la gran mayoría de la población del archipiélago y que sólo sirve para trasvasar grandes sumas de dinero público a empresas privadas, antes al grupo Prisa y ahora a los socios de Antena 3, y encima este julio de 2008 ha llegado a los resultados de audiencia más ridículos de su historia con un 8,3 por ciento en la primera semana de ese mes. 43 millones de euros están saliendo del bolsillo de todos los canarios en el nuevo contrato programa para producir entretenimiento e informativos para un monstruo que no se sostiene de ninguna de las maneras y que, lo peor de todo, no produce nada bueno para la sociedad canaria.
En los últimos años del siglo XX el modelo de gran ente televisivo, público o privado, entraba en crisis debido a la segmentación de la audiencia, la entrada de nuevas tecnologías como la televisión digital por satélite, cable o TDT y la diversificación de la oferta televisiva en nuevos canales temáticos flexibles y económicamente delgados. En Canarias, una región con múltiples problemas de desfase estructural, económico y social, por estas fechas se optó por un modelo a lo gran ente, estilo la televisión manipuladora franquista de TVE creada en 1956, que buscaba más la rentabilidad política de CC que la profundización social y democrática de los ciudadanos. Se hubiera podido hacer una estructura de canales más delgada, más asequible y cercana a los ciudadanos como la Televisión Pública de la ciudad de Barcelona, la BTV, donde la participación social y ciudadana es la base de este canal pero se opto por la rentabilidad política y la propaganda. A los que gobiernan no les importa nada que todo esto sea una ruina porque somos los ciudadanos los que pagamos la factura.
La última cosa en contra de este canal dirigido a imagen y semejanza por el licenciado de la universidad de la vida Guillermo Willy García son las comparaciones con el Telemadrid de Esperanza Aguirre que ha significado para el Estado Español la televisión pública que más manipulación política ha estado sometida en la historia contando el precedente de la televisión de Franco. No sé qué hacía una ministra de defensa visitando Canarias por un accidente aéreo civil pero desde la televisión autonómica se censuró una entrevista a pie de aeropuerto que un reportero había pactado en Gando bajo los gritos de ¡no, a la ministra no! de algún jefecillo de informativos del ente público de la Televisión Canaria. Sucia siempre es una manipulación informativa del calibre que sea pero mezquina habría que tachar ésta cuando se está jugando con el dolor de las víctimas de una tragedia como el accidente aéreo del vuelo JK 5022 de Spanair desde Madrid a Las Palmas de Gran Canaria.
Si Canarias fuese un lugar decente, y no una república bananera, Daswani y García no estarían tomando Actimel, que en el fondo es una golosina, sino algún remedio para la gastritis que deberían tener porque se les está poniendo en su sitio por el aprovechamiento personal o partidista que hacen de su cargo. En una región como Canarias donde el periodismo es una mera correa de transmisión del sistema de cosas establecidas este tipo de estómagos agradecidos, hay muchos más en el mundo del periodismo canario, no hacen sino desprestigiar esta profesión. Cuando cualquiera con la titulación que da la universidad de la vida puede llegar a lo más alto de esta profesión mientras la mayoría de los licenciados en periodismo del archipiélago cobran por debajo del salario mínimo o han emigrado de esta tierra para ejercer como periodistas cualquier cosa puede pasar. A mi todo este tema de las arbitrariedades del poder me pone de muy mala leche aunque haya decidido, hace algún tiempo por cuestiones gástricas, limitar el consumo de lácteos. Y lo mío contrastado empíricamente en mi persona ya que no necesito tener un completo sistema de documentación trabajando para ello como hace Daswani en el anuncio.
Canarias 24 Horas, 1 de septiembre de 2008.