Actualización 2 de mayo de 2013: Pasados cinco años desde este incidente tengo que decir que de igual manera volvería a escribir un artículo parecido a este ante una injusticia de tal calibre a pesar que Adán González es un tipo de persona que poco, o más bien nada, se merece que den la cara por él. Hay gente que pasa por la vida y que es un valor seguro y eterno y otras que son como la calderilla que la tienes en el bolsillo, la gastas en un momento dado y nunca más la echas de menos. Adán González es, sin duda, de esta segunda categoría. Por coherencia mantengo esta entrada de la que no me arrepiento pero a la que quiero añadir esta nota para que quede constancia.
Será que por el hecho de que conozco a Adán Lorenzo González Navarro desde hace unos buenos años, por tanto sé cómo es pero sobre todo también sé cómo no es, me quedé alucinado cuando me enteré de que el equipo de gobierno de la Universidad de La Laguna, a cargo del Rector Eduardo Domenech, ha incoado un expediente de expulsión contra este alumno de la Facultad de Filosofía. El motivo que se esgrime es que en una protesta estudiantil del 11 de abril de este año en el edifico del Rectorado este alumno tuvo un forcejeo a las puertas de acceso a esta sede de gobierno, como se ve en el cutre reportaje de la Televisión Canaria había un centenar largo de alumnos, y los miembros de la empresa de seguridad privada subcontratada. Adán González es aquí un mero chivo expiatorio al ser uno de los portavoces de AMEC, sin duda el grupo de alumnos claustrales más críticos, por no decir el único, con las medidas ultra liberales que el citado equipo de gobierno quiere poner en marcha en la universidad lagunera para tratar de frenar así todas las discrepancias allanando el camino para poner en marcha, sin ningún tipo de disidencia, la directiva comunitaria que se conoce como Plan Bolonia. Lo que vuelve a producir sensación de ilusión es el hecho de que el procedimiento de expulsión que se quiere llevar a cabo se está realizando mediante un reglamento que tiene más de medio siglo desde que se redactó, extrañamente a ningún legislador se le ha ocurrido derogarlo, y que fue aprobado por un gobierno del dictador Franco en el año 1954 para, precisamente, someter y controlar a los estudiantes de la posguerra. Según este reglamento un alumno podría ser expulsado, por cometer una falta reiteradamente considerada como grave, cuando haga manifestaciones contra la Religión y moral católicas o contra los principios e instituciones del Estado (Capítulo III, artículo 5) Una alumno o alumna que pudieran llevar una camiseta con signos anarquistas o grupos satánicos durante varios días se los podría expulsar por este reglamento como lo están tratado de hacer contra Adán González con lo que se conseguiría que Domenech se quedara completamente solo en la Universidad.
La educación no está pasando uno de sus mejores momentos sino todo lo contrario. Tanto desde instancias políticas nada inocentes, PSOE, PP y CC, como desde organizaciones ultra religiosas y medios de comunicación afines se está tratando de crear climas favorables a sus intereses ideológicos y económicos a medio y largo plazo en el seno del sistema educativo. El disparate que se ha montado con una asignatura como la Educación para la Ciudadanía, deliberadamente adelgazada de todo el aparato crítico y científico de otra asignatura con más importancia histórica como ha sido la Filosofía, sería para tomárselo a risa si no fuera un indicador de la gravedad en la que el sistema se encuentra. A la falta de medios de la educación primaria, a la terca voluntad de la Consejera de Educación de buscar una solución al conflicto de la homologación que se extiende ya nada menos que 17 meses en Canarias, a los intentos partidistas y religiosos de configurar una educación para defender sus causas y hasta, a veces, determinados nacionalismos baratos hay que añadirle esta normativa llamada Plan Bolonia para homogeneizar la enseñanza superior en Europa para que, en efecto, sea una herramienta más de las empresas para crear a sus técnicos dóciles y maleables. El carácter humanista que puede haber en las Ciencias del Ser Humano y de la Naturaleza se las somete al dominio de lo tecnológico como instrumento de enriquecimiento de las clases privilegiadas.
Adán González, y todos los alumnos del mundo, no tienen sólo el derecho sino el deber de protestar contra todo aquello que les parece injusto. Si no lo hacen ahora puede que luego, con el adoctrinamiento de la vida, ya sea tarde. Esta sanción y el consejo al que debe enfrentarse es un error y esconde las ganas que PP y CC tienen de acallar al alumnado que, con los tiempos que corren, ya es un triunfo que sea capaz de estar movilizado. El silencio de la mayoría de los profesores, si no completamente desmovilizado sí con una gran mayoría que le debe mucho al poder que los sostiene en sus puestos de trabajo, es un factor que da mucho que pensar. En otros tiempos y, probablemente, con otro tipo de profesorado, la universidad se habría cerrado, si fuera necesario, hasta que semejante disparate como la incoación de un expediente contra este alumno fuera retirado. Con esta gente uno ya tiene pocas esperanzas. Todo lo contrario de las que tengo hacia estos valientes alumnos que, esperemos que por poco tiempo, se han tenido que acabar personalizando en Adán Lorenzo González Navarro. ¡Ánimo muchacho!
Canarias 24 Horas, 5 de junio de 2008.