Hubo un tiempo en el que parecía que la existencia de grandes organismos supranacionales, como la Unión Europea, iba a significar un giro irreversible para la humanidad en el que lo local se defendería mejor a través de estos grandes bloques. De los teóricos progres que defendían esta idea ninguno se atrevía a reconocer que la influencia de este marco ideológico eran conceptos de intelectuales neocon como el de fin de la historia de Fukuyama o el de identidades postnacionales de Habermas. Paralelamente a esto en el año 1989 cayó el Muro de Berlín, con ello empezó de facto el siglo XXI, y comenzó una lucha, que todavía no ha acabado, por la búsqueda de identidades nacionales y guerra terrorista. Sin duda las estructuras de violencia que genera el sistema capitalista de mercado globalizado han tenido que ver mucho en esto.
La Unión Europea ha resultado ser un organismo de una opacidad terrible a los ciudadanos y con una democracia poco transparente por no decir nula. Respaldada por una burocracia a escala supranacional ha acabado tomando decisiones y legislando de manera impositiva sobre las soberanías nacionales de los estados miembros con formas que se entienden más por presiones de grandes lobbies empresariales que de las necesidades y deseos de los ciudadanos. Nadie nos preguntó si queríamos el euro como moneda común y al final para único que nos ha servido a los ciudadanos es para saber cómo nos roban en nuestra tierra en comparación con otros estados que han atravesado una inflación terrible con la implantación de una moneda para que los ricos se forren más todavía a nuestra costa. Luego dicen que ha que sentir admiración para un demagogo como Felipe González uno de los padres de este invento
Este esquema no es tan simple y la existencia de una entidad como la Unión Europea es positiva sólo que le falta calidad democrática. En el caso de la lucha contra el puerto de Granadilla ésta se hubiera perdido haría mucho tiempo si no existieran las instancias europeas a las que se llevó el tema y que, recordemos, fue en el seno de la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo donde se dio el primer debate entre opositores y partidarios al proyecto.
Si una función clara cumple el estado es la de servir a la burguesía para dominar a los ciudadanos y explotarlos en su trabajo. En el caso de Canarias cuando se habla de la independencia del archipiélago es factible imaginarse al Rivero de turno organizando el tinglado con empresarios de la talla del Plasencia o el Santana Cazorla y se le ponen los pelos de punta a uno. Y es que en caso de que Canarias fuese independiente serian estas las fuerzas que gobernarían el archipiélago y no otras porque ya se sabe que burguesía y poder político son reverso y anverso de una misma situación.
Valga toda esta retahíla para mostrar mi más absoluta repugnancia contra el partido pseudo nacionalista y oportunista que se llama Coalición Canaria y que de un tiempo a esta parte hace una especie de propaganda independentista que en mal compromiso y pésima posición está dejando a un tipo de nacionalismo que puede ser considerado como serio y que tiene todo el derecho a exigir la independencia y la posible autodeterminación de Canarias. Un nacionalismo, además, que en las islas tiene su tradición e historia y del que se nutre muchas veces los actuales movimientos sociales con personas no sólo concienciadas sino capaces.
Hace unos años ATI compró, como si de una franquicia se tratara, las históricas siglas de PNC a un triste Juan Manuel García Ramos que ya no sabe ni donde tiene la mano con la que fuma los puros a los que es tan aficionado. En una operación de cosmética y maquillaje pretenden ahora utilizarlas poniendo como ejemplo al nacionalismo serio de CiU cuando no son más que unos aprendices de un partido mafioso como el que llevó de nuevo en Italia a Berlusconi al poder.
Desde las hordas de Paulino Rivero se ha utilizado todo lo posible contra los gobiernos de Zapatero y no han dudado en emplear como arma el fenómeno de la inmigración irregular, los incendios que asolaron nuestra tierra en el verano de 2007 o el triste tema de la desaparición de niños en el archipiélago para chantajear al estado. Ahora hacen lo propio con el nacionalismo como si estuvieran diciendo que o hacen caso a nuestras peticiones o el independentismo va a ser un problema más junto con el terrorismo y separatismo vasco. No sólo los disparates vertidos por algún presidente de cabildo vienen a favor de esta tesis sino que el mayor medio de propaganda de CC, el grupo de comunicación El Día, se ha postulando hacia esta vía de una manera tan ridícula que hasta le ha hecho hasta perder contratos con grandes grupos de comunicación para distribuir en las islas cabeceras de periódicos gratuitos. Un artículo publicado hace unos meses en el diario La Provincia daba buena cuenta de cómo los servicios de inteligencia del estado estaban investigando esta nueva forma de nacionalismo por si podía constituir un peligro a la soberanía nacional.
El tiempo acaba poniendo las cosas en su sitio incluso el montaje que están haciendo estos de Coalición Canaria. Hoy en día se entiende como comunicación política la subversión del lenguaje y la manipulación de la realidad. En este caso la esta operación es de libro y sólo cabe esperar a que este engaño caiga pronto en el entredicho. Esto por el honor y el sufrimiento de todas las gentes que de manera sincera han luchado por esta tierra y han dado hasta su vida.
Canarias 24 Horas, 21 de abril de 2008.