11 febrero 2008

Rancia derecha popular


Nunca me creí aquello de que José María Aznar hablara catalán en la intimidad. Y no es porque este personaje sea nulo para aquello de los idiomas, bastante vergüenza ajena ha hecho pasar cuando dicta conferencias en ingles en Georgetown o hace declaraciones en italiano pero hay que reconocer que el tío se atreve con todo, sino que siempre ha estado más en la sintonía del dicho Pujol enano habla castellano. Un tipo que se regaña ante la constitución que dice defender pero que no duda en boicotear siempre que puede, en 1978 hizo campaña periodística contra la actual Carta Magna, que se creyó el rey de mundo cuando junto a Bush metió a España en una guerra terrible o que mintió sobre la autoría de los atentados del 11M para que su partido no perdiera las elecciones es la punta del iceberg que ejemplifica la gentuza que habita en el PP.
A mí no me vale aquello de que dentro de este partido hay multitud de sensibilidades y una heterogeneidad de personalidades y caracteres porque aunque esto sea cierto no se las ve por ningún lado ya que no ponen orden en su partido o no se largan de éste por el giro que en los últimos nueve años ha dado hacia posiciones de ultraderecha. Y no me sirven tampoco actitudes de plañidera como la de Ruiz Gallardón que en el fondo por mantener un supuesto buen rollito lo único que hace tratar de mantener el estatus que ha logrado estos años y que, en el fondo, le da dinero trabajando bien poco. Curioso es como desde el mismo edificio de Puerta del Sol en el que tanto le gusta denunciar que su padre fue torturado por la policía del régimen franquista haya conspirado Esperanza Aguirre para hundir sus aspiraciones políticas.
Los partidos de la ultraderecha europea miran con envidia el caso español. Si a nivel comunitario los partidos fascistas han perdido el grupo parlamentario que tenían en el Parlamento Europeo en España los ultras gobiernan en multitud de ayuntamientos, comunidades autónomas como Madrid o Valencia y son actuales líderes de la oposición en el Congreso de los Diputados y tienen serias posibilidades de ganar las elecciones el próximo 9 de marzo. Y de nuevo vuelvo a decir que para nada vale aquello de la multiplicidad de sensibilidades dentro de un partido amplio y supuestamente plural como dicen que es el PP. Los Populares se han aliado con la más ancestral iglesia católica, enemiga absoluta del ser humano, para decidir por nosotros mismos con quién nos hemos de unir, cuándo hemos de nacer y para hacernos morir con dolor a pesar de que el sufrimiento en los últimos momentos de la vida sea, gracias a la medicina, hoy por hoy completamente evitable. También quieren resucitar la España de la gallina en el escudo, eternizar el problema vasco en torno al terrorismo para tener asustados a los ciudadanos para sacar rentabilidad política de ello y hacer girar la vida pública en torno a una especie de tribunal celestial de orden público que dirija todos nuestros actos.
Acabada ya la pedorreta infantil que al principio de campaña electoral puso al PSOE y al PP a hacer estúpidas ofertas mediáticas en torno a torticeras rebajas fiscales, lideradas por un liberal como Solbes o un nefasto ex presidente de Endesa como Pizarro, esta semana se han dedicado a buscar el voto en los entornos más conservadores, allí donde habita el fascismo, arremetiendo contra los inmigrantes con declaraciones como la del ex ministro del tocino Cañete que dejan ver la catadura moral de estos señoritos que mandan en el PP y que pudieran tener serias incitaciones a la xenofobia. No les importa llegar hasta donde sea con tal del ocupar el poder que tanto ansían. Ya en marzo de 2004 fueron capaces de mantener una mentira mediática brutal como la de la autoría de ETA y su nunca probada implicación en los atentados del 11M de Atocha. Han estado cuatro años dudando de la legitimidad de los resultados electorales del 14 de marzo y se sabe que muchos dirigentes han dicho en privado que por un centenar largo de muertos de mierda perdieron las elecciones. Sin duda dejaron muchos pelotazos a medias, contaban con ganar aquella vez, como la del trasvase hidrológico del Norte de la Península al Mediterráneo y que sin duda, y si los 500 millones de árboles que han prometido plantar en cuatro años dejan ver el bosque, tratarán de poner otra vez en marcha si ganan estas elecciones.
A m me parecería que me dejan más ejercer la democracia si pudiera votar para elegir quién va a mandar en Telefónica, Endesa, Repsol o incluso Microsoft o Google. La política corriente se ha convertido en legislar para que los mercados se desregulen y las grandes empresas puedan ganar más y más dinero para, en una tiranía absoluta, colmar su incansable avaricia. Nunca antes el poder político había estado tan supeditado al poder económico como lo está hoy en día. Tanto si Zapatero como Rajoy ganan estas elecciones harán viajes al extranjero no para representar los intereses de los ciudadanos en el mundo, si no se pondrían a tratar con justicia la pobreza y a arreglar de veras el tema de la inmigración, sino los de las grandes empresas. Las encuestas señalan que el PSOE va a ganar las elecciones el próximo 9 de marzo. Si pasa esto, el Partido Socialista es un partido de derechas con claros favoritismos por las políticas neoliberales, habrá pasado la opción menos mala. Lo malo de verdad es que el PP gane las elecciones. Todavía está en el recuerdo de muchos aquellos terribles años de la mayoría absoluta del PP y de la guerra en la que nos metió el genocida de Aznar. Yo, como el 14 de Marzo de 2004, si el PSOE vuelve a ganar las elecciones no me alegraré por ello sino porque el PP las haya perdido.
Canarias 24 Horas, 11 de febrero de 2008.